Ť El libro recoge experiencias acerca de la realización de los murales
(A)Salto a la vida cotidiana recrea la estética de cuatro colonias populares
Ť Se trata de Los hijos de Aztlán, La buena vida, El retablo de los gatos y Somos raza o no somos
Ť Más de 19 mil metros cuadrados fueron pintados en taludes de la Delegación Alvaro Obregón
Merry Mac Masters Ť Sin rodeos, una dama del rumbo cuestiona a Gonzalo López:
?¿Por qué pinta cosas tan feas?
?Señora, yo estoy pintando a la gente que vive aquí.
?Pues
por eso, don Gonzalo, tenemos que tener algún modelo, algo mejor,
como los de la televisión.
?No, señora, es que aquí estamos manejando otro tipo de valores, como la personalidad recia y llena de carácter que tienen algunas personas de aquí. En los peinados, por ejemplo.
?Sí es cierto, ¿verdad? Por ejemplo, ése se parece a mi marido, cuando llega del trabajo con los pelos todos parados.
?¿Ya ve? Pues exactamente de eso se trata. De hablar de la estética y los valores con los que contamos, que por primera vez se magnifican aquí mediante este tipo de estética.
Incorporación de graffitis
El diálogo citado fue recogido por Gabriel Rodríguez Piña, uno de los colaboradores del libro (A)Salto a la vida cotidiana, murales populares en taludes (Instituto Nacional de Bellas Artes/Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, 2000).
A su vez, el volumen recoge la experiencia de los cuatro murales populares, de cerca de 19 mil metros cuadrados, realizados en los taludes de las colonias de la Delegación Alvaro Obregón, entre abril de 1999 y enero de 2000.
Se trata de Los hijos de Aztlán (colonia Francisco Villa); La buena vida (colonia Aguilas Tarango); El retablo de los gatos (colonia Jalapa), y Somos raza o no somos... (colonia Capula) llevados a cabo por un equipo encabezado por Gonzalo López (Huixtla, Chiapas, 1936), integrado por dos mujeres estudiantes de pintura y doce pintores de brocha gorda.
La realización de los murales se debió a una propuesta del grupo Quart que alertó acerca de la insuficiencia de estabililizar los taludes en las barrancas de la demarcación; también había que dignificar el entorno mediante ''el aprovechamiento integral de los mismos, recuperando las superficies resultantes con la presencia de pintura mural, para imprimirles una dimensión estética tendiente a modificar el paisaje urbano".
A su vez, los artistas efectuaron su obra trepados en arneses y apoyados desdearriba por un contrapeso, escribe Blanca Garduño, directora del Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, donde en mayo pasado se presentó una muestra del proyecto. Después itineró en el Museo de Arte Contemporáneo número 8 de Aguascalientes.
A los personajes de Gonzalo López se incorporaron los graffitis hechos por las bandas de esa demarcación, anota.
Limpiar los taludes
Ahora, hace falta cuidar las obras. Al respecto, Gonzalo López apunta:
''La gente no sabe cómo abordar los mensajes aquí contenidos, ya que continuamente arroja basura a los taludes, por lo que hace falta una persona que se encargue del cuidado de los murales, así como de quitar las hierbas que nacen en los tubos del desagüe y que forman parte de los respiraderos del talud."
(El libro (A)salto a la vida cotidiana. Murales populares en taludes será presentado por Raquel Bolaños, Carlos-Blas Galindo y Cristina Híjar hoy, a las 12:00 horas, en la Sala de Arte Público Siqueiros, Tres Picos 29, Polanco. Organiza el Taller de Arte e Ideología.)