SABADO 2 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Unos logran acuerdos; otros ratifican diferendos
Aprovechan mandatarios su visita a México para negociar
Ť Fernando de la Rúa se reunió con Madeleine Albright; Andrés Pastrana, con el presidente de Argentina y con Hugo Chávez
Alonso Urrutia y Alma E. Muñoz Ť Desde muy temprano comenzó el ir y venir de mandatarios en los pasillos y salones del lujoso hotel que los albergó en ocasión de la transición mexicana; fue un intenso trajinar para lograr acercamientos, alcanzar acuerdos, reactivar otros de carácter comercial, buscar respaldos financieros, limar asperezas o ratificar insalvables diferendos.
Decenas de pisos saturados de jefes de Estado, comitivas y, sobre todo, guardaespaldas. Los encuentros bilaterales fluyeron en los entreactos del escenario del cambio de poderes en México, en donde, más allá del protocolo al que obliga la "histórica" transición mexicana, cada presidente privilegió los acercamientos que requiere.
Pasado el mediodía, recién llegados del acto oficial que formalizó el inicio de la gestión de Vicente Fox, el presidente de Argentina, Fernando de la Rúa, se reunió con la secretaria de Estado estadunidense, Madeleine Albright, para tratar, entre otros asuntos, el respaldo de Estados Unidos al megapréstamo que negocia la nación sudamericana con el FMI.
De buen talante, De la Rúa habló de los términos del encuentro y no pudo omitir la sorpresa que provocó entre los mandatarios que "en un acto de asunción presidencial hubiera manifestaciones o expresiones de la bancada de oposición".
-Es que el PRI se estrenaba como oposición -dijo un periodista argentino.
-Claro, el PRI. No le aplaudieron ni al llegar ni al irse. Me pareció un buen discurso. No encuentro una gran diferencia entre su programa de gobierno con el nuestro. Quizá sólo una: él puede decir que encontró una economía en marcha.
Al retomar los términos de la reunión con Albright, declaró que hablaron de la calidad de la democracia en América Latina. "Le planteé la ratificación del principio de no intervención, pero también de no indiferencia, para actuar en el fortalecimiento de nuestras democracias". En su resumen del encuentro, además de los vitales asuntos financieros, hubo algunas alusiones a la Florida y el entuerto democrático de Estados Unidos.
A pregunta expresa sobre el caso de Miguel Cavallo, esta vez De la Rúa fue más explícito: en Argentina el asunto está sobreseído, nosotros no tenemos de que acusarlo, aseveró; es un asunto entre las justicias mexicana y española; si el juez mexicano dice que hay que aplicar la doctrina de extraterritorialidad, pues se hará.
Visiones compartidas
Siempre protagónico y con su ya perenne discurso bolivariano, el venezolano Hugo Chávez encontró la oportunidad de exaltar sus semejanzas con el mandatario latinoamericano de moda, Vicente Fox. "Hay empatía, compartimos las visiones del mundo, la del combate a la pobreza y la desigualdad, la necesidad de repotenciar la democracia. Tenemos formaciones políticas parecidas y no tradicionales".
Entre alusiones a la democracia, Bolívar, el beisbol y Sammy Sosa, Chávez informó de su encuentro con su homólogo brasileño, Fernando Henrique Cardoso, y de su enésima reunión con el comandante Fidel Castro, aunque, esta vez, para hablar de asuntos informales.
Sólo una pregunta interrumpió sus afables respuestas a la prensa:
-ƑQué espera del referendo del domingo? -se le preguntó, en alusión a la consulta para determinar si se remueven a las directivas sindicales de su país.
-El pueblo venezolano ha venido recuperando el sentido de la participación -cortó.
Contrario en la percepción sobre el comandante Castro, el presidente salvadoreño, Francisco Flores, ratificó las insalvables diferencias con Cuba, después de que el primero acusa a su gobierno de proteger a un grupo que atentaba contra Chávez y, en la reciente Cumbre Iberoamericana en Panamá, de proteger a terroristas.
"Le ofrecí al presidente Castro llevar una relación puramente bilateral aquí, en México, para resolver; sin embargo, él tomó otro camino, el de continuar en el espectáculo público, y ya no vi razón para reunirnos", expuso.
El mandatario cubano nunca coincidió en el hotel -donde sostuvo varios encuentros privados- con Flores. Un enorme séquito de guardaespaldas anunciaba a lo lejos los movimientos del comandante.
Su cuerpo de seguridad extremó las precauciones, y en ese afán impidió el acercamiento de la prensa al presidente de la isla. En los jaloneos, rompieron la cámara de un reportero gráfico de este diario, tiraron a un camarógrafo de la televisión colombiana y una de sus metralletas cayó accidentalmente.
Otro de los mandatarios más asediados fue el colombiano Andrés Pastrana, quien sostuvo encuentros con De la Rúa y Chávez. Mostró beneplácito por la disposición del nuevo gobernante mexicano para colaborar en el proceso de paz en su país y las coincidencias para "relanzar el Grupo de los Tres".
Añadió que se subsanaron las divergencias diplomáticas con Venezuela y que su embajador retornará la próxima semana, tras un reciente diferendo, a Caracas.
Por la mañana, visiblemente serio y ajeno aún al escándalo que generara el arresto del general Augusto Pinochet en su país, el presidente chileno, Ricardo Lagos, apenas esbozó algunas consideraciones sobre el significado del cambio de poderes en nuestro país.
"Es muy importante para la historia de México y da muchas esperanzas para toda la región a partir del gran liderazgo que esta nación ha ejercido. Nuestras relaciones están en buen punto y con Vicente Fox se fortalecerán, particularmente a partir de la visita de Estado que iniciaré el lunes aquí."
Así, entre encuentros y desencuentros, transcurrió el día en la babel latinoamericana. Algunos mandatarios salieron ayer, otros retornaran hoy a sus países y algunos acompañarán a Fox en sus primeras giras presidenciales.