VIERNES 1Ɔ DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Jaime Martínez Veloz Ť
Migración y sida, temas urgentes
En el tema de la frontera, tan complejo por sus implicaciones nacionales, podemos relacionar algunos datos difundidos hace unos días en otra publicación: los impresionantes caudales de dinero que llegan a México por parte de nuestros compatriotas en Estados Unidos, y la epidemia del sida, que se ruraliza y avanza "invisible" en las comunidades campesinas.
El subsecretario de Población y Servicios Migratorios de la Secretaría de Gobernación, José Angel Pescador, habló sobre cifras del Banco de México que reportan que estas remesas equivalen a 83 por ciento del total de la inversión de ese país en México (en seis años el capital invertido alcanza 33 mil 676 millones de dólares, en tanto que las partidas de los migrantes se ubicaron en 28 mil 19 millones de dólares).
La migración es un fenómeno de población que estructura nuestra economía (220 municipios se benefician de estos recursos) e impacta en múltiples formas la vida de las familias mexicanas. La más negativa es el sida, que según los últimos datos nos ofrece un cuadro altamente preocupante.
En primer lugar porque los casos aparecen en los lugares más faltos de infraestructura médica y sanitaria, por lo mismo su registro es difícil al confundir los médicos sus síntomas con padecimientos característicos, como diarrea o gastroenteritis.
La Secretaría de Salud de Nayarit informó que una persona muere cada semana a causa del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (42 decesos en lo que va del año), y son principalmente hombres que tienen en común haber viajado a Estados Unidos o a la zona fronteriza en busca de empleo.
A su vez, 65 agrupaciones que se reunieron el 14 de noviembre en el Tercer Encuentro Nacional de Organizaciones de la Sociedad Civil con Trabajo en Sida, informaron que a nivel nacional existe una mujer por cada seis hombres infectados, pero en algunas entidades como Tlaxcala, Puebla y Morelos, la relación es de tres a uno.
Esto indicaría que el tiempo de incubación del virus (de cinco a 20 años) y el número de mujeres contagiadas por sus esposos o novios o clientes, nos dan un panorama grave por los años perdidos en campañas de prevención y alerta.
Los costos financieros (reporta el IMSS que cuesta 10 mil dólares al año atender a un seropositivo) y las pérdidas humanas que significan personas con responsabilidades en la manutención de sus familias, nos ofrecen un sombrío panorama que ni siquiera está suficientemente explorado en su latente amenaza.
El dirigente de una ONG asistente al encuentro, David Alberto Murillo, critica las campañas de prevención de la Secretaría de Salud, "que no llegan a nadie y no dicen nada".
La Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios de la Cámara de Diputados, en coordinación con la Comisión de Salud, tendrían que incluir en el orden de sus trabajos este tema, cuya relación es evidente.
En efecto. Hemos hablado respecto a la sexualidad juvenil que la relación entre el mensaje institucional y la conducta privada es una de las dificultades a superar en la difusión de mensajes tan trascendentes para la salud de las personas. En el caso de los trabajadores migrantes tocamos el caso más difícil por la naturaleza nómada que comporta. Sin embargo, las localidades afectadas (como los municipios de Nayarit Bahía de Banderas y Santiago Ixcuintla) dan el perfil de los lugares con más alta movilidad y, lamentablemente, incidencia del mal.
El trabajo más intenso quizá lo demanden las franjas fronterizas, las ciudades principales, como Tijuana y Ciudad Juárez, cuyas alcaldías tienen el reto de actuar de acuerdo a miras nacionales, siendo que no son de ninguna manera localidades comunes, sino concentraciones álgidas de una necesidad que emana de todo el territorio nacional, la de miles de niños, hombres y mujeres que pretenden cruzar la línea o permanecer en el trabajo de los campos agrícolas y las maquiladoras.
En el nivel comunitario es urgente que los cuerpos de salud trabajen muy cerca de los registros de migración, que los municipios creen los mecanismos de visita y orientación a los hombres migrantes, para asesorarlos de los riesgos de mantener relaciones sexuales sin protección, en un ámbito donde se enfrentarán a la gama de oferta erótica, impensable antes de salir de sus pueblos y campos.
En los datos que proporciona Pescador hay municipios en Jalisco o Zacatecas que captan 2 millones de dólares enviados y tienen partidas presupuestales de 12 millones de pesos. Son recursos que deben reflejarse en una prevención especializada a los emigrantes de estas regiones que aportan la mano de obra fronteriza, y migrante legal e ilegal.
Debemos construir una política pública para la vulnerabilidad sensible, abierta, actuante y muy concreta para la variedad de expresiones que comporta el riesgo y la desventaja. La prevención es información que requiere formulaciones muy específicas, voces que se acerquen y aleccionen en su propio ámbito (familiar y comunitario, laboral y el propio espacio del tránsito) a quienes se ven en la necesidad de buscar horizontes que no encuentran en su entorno.