VIERNES 1o. DE DICIEMBRE DE 2000

Ť CLASE POLITICA

Miguel Angel Rivera Ť Por primera vez en más de 70 años, el pueblo decidió con sus votos que nuestro país sea gobernado, a partir de hoy, por un presidente surgido de un partido distinto al PRI. Sin embargo, no se puede decir que conocemos ahora la alternancia. Basta recordar la lista de los 15 mandatarios postulados por el tricolor para comprobar que el péndulo con frecuencia fue de un extremo a otro de la "geometría política".

La diferencia estriba en la intervención popular, pues anteriormente los virajes en el rumbo del país eran resultado de acuerdos cupulares, o simplemente capricho de una sola persona: el presidente que nombraba a su sucesor.

La historia del PNR-PRM-PRI resultó cíclica. Nació como consecuencia de un magnicidio -el asesinato del relegido presidente Alvaro Obregón- y se cerró con el atentado contra Luis Donaldo Colosio, con cuya muerte se abrió el camino para Ernesto Zedillo, quien renunció al derecho no escrito de designar a su sucesor, y desde el inicio de su mandato fijó "sana distancia" respecto a un partido que también hizo mucho por apartarse de las clases populares.

Emilio Portes Gil fue el primero de la dinastía. Surgido de las filas de un partido socialista que aceptó fusionarse con el PNR, a convocatoria de Plutarco Elías Calles, quien en realidad era el mandamás, y por ello extendió su poder durante los mandatos de Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez. Periodo de gran control gubernamental, pero también de realizaciones materiales, como la creación del IMSS.

Lázaro Cárdenas del Río rompió el maximato y llevó el poder presidencial a su máximo. Con inclinaciones hacia el socialismo, realizó la mayor obra de los gobiernos revolucionarios: la expropiación petrolera, ahora en peligro de regresión. esignó presidente a un hombre conservador y apegado a la Iglesia católica, Manuel Avila Camacho, a quien impuso a costa de derramamiento de sangre. El viraje lo culminó Miguel Alemán Valdés, quien procreó grandes fortunas personales.

Adolfo Ruiz Cortines pagó los derroches, pero mantuvo la protección a la plutocracia, como lo hicieron Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz en el periodo llamado del "desarrollo estabilizador", que propugnaba el fortalecimiento de una clase empresarial mexicana. La protección y el control social resultaron excesivos. Con Ruiz Cortines y López Mateos hubo movimientos populares de protesta, pero en 1968 el descontento popular llegó a su máximo, y Díaz Ordaz lo ahogó con la matanza del 2 de octubre, en Tlatelolco.

Luis Echeverría Alvarez y su amigo José López Portillo empezaron a relajar el control político y aumentaron el paternalismo en lo económico. Fue el periodo, ahora tan aborrecido, del "populismo", que Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo se esmeraron en proscribir.

Los economistas llegados al poder con De la Madrid presentan cuadros que avalan el éxito de su política, cifras que se contraponen con una realidad de 40 millones de mexicanos pobres.

A pesar de las promesas de cambio, los adelantos informativos del próximo gobierno indican que en lo económico tendremos "más de lo mismo". Los principales partidos políticos están en crisis, incluido el PAN, que ayer festejó su aniversario 61 envuelto en una gran paradoja: ganó las elecciones, pero no gobernará.

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