JUEVES 30 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Exigencias laxas en la explotación, según un estudio


Indiferencia oficial al resguardo de bosques en la sierra de Guerrero

Ť Semarnap carece de una evaluación del manejo forestal y las repercusiones ambientales por el aprovechamiento del oro verde

Matilde Pérez U. Ť A año y medio de la detención y encarcelamiento de Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera, los campesinos ecologistas de la sierra de Guerrero, el estudio solicitado por la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca al Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible revela la indiferencia de las autoridades hacia esa región rica en pinos, encinos y oyamel.

De acuerdo con el estudio realizado en la región, el método de explotación o manejo del bosque es producto de un programa de hace 30 años y acorde al Inventario Nacional Forestal de entonces, así como de las investigaciones que realizó el gobierno de México con Finlandia a mediados de los ochenta. Destaca que por la total ausencia de las autoridades ambientales se fortalecieron las prácticas del clandestinaje.

El estudio Las condiciones ambientales y sociales de la sierras de Petatlán y Tecpan de Galeana, del cual tiene una copia La Jornada, establece que tanto en "los planes de manejo autorizados como en la exigencia para los técnicos forestales son muy laxos". También llama la atención a la autoridad ambiental para que ''defina el nivel de existencia real deseable para el tipo de bosques (de la entidad). No es suficiente saber que el volumen cortado se está reponiendo si no se define una capacidad productiva óptima del predio''.

La auditoría técnica -como la definieron los autores del estudio, Claudio Garibay y Raúl Alvarez- se efectuó en los predios El Durazno, El Carrizal, El Mameyal, Río Frío de los Fresnos, El Porvenir y San Antonio Texas, aunque en estos dos últimos no estableció el volumen de extracción de la madera. Además, en ninguno de ellos se ha llevado a cabo una evaluación del manejo forestal ni de las repercusiones ambientales producto del aprovechamiento.

Otros problemas a los que hace referencia el estudio de 29 páginas son parcelación de los bosques y manejo de ellos como propiedad particular por cada uno de los ejidatarios, una consolidada red de clandestinaje, falta de una política que propicie una vigorosa regeneración natural de los bosques y fuerte deterioro de los caminos.

La situación resulta preocupante, pero además expertos forestales manifestaron extrañeza por esa indiferencia de la secretaria de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, Julia Carabias Lillo, hacia esa situación, ya que entre su equipo están Víctor Sosa Cedillo y Cuauhtémoc González Pacheco, quienes intervinieron en el programa que firmó el gobierno mexicano con el del Finlandia, por 200 millones de dólares otorgados por el Banco Mundial, a mediados de los ochenta para aprovechar el recurso forestal.

En 1983, en los albores de ese proyecto, Cuauhtémoc González Pacheco, responsable de la vigilancia forestal en la Profepa, advertía sobre ese proyecto: ''lo que se pretende es otorgar todo el oro verde de los bosques del país para enriquecer a empresarios extranjeros y hundir más en la explotación a los indígenas, legítimos dueños del recurso; es una rapiña" (Proceso, 334). En su escrito Lineamientos para la formulación de un plan forestal del estado de Guerrero, el entonces investigador de la UNAM advertía de la explotación "brutal y quizá final de los recursos forestales de Guerrero".

Según datos de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, la sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán en los últimos ocho años perdieron 40 por ciento de su superficie arbolada; de 103 mil 872 hectáreas en 1992, actualmente sólo hay 61 mil 605 hectáreas en ese lugar de alto interés, porque, de acuerdo con los estudios forestales de las últimas tres décadas, es una zona de reforestación natural, aunque del bosque añejo y de alta plusvalía quedan sólo recuerdos fotográficos.

Rodolfo Montiel, quien en abril de este año recibió el premio ambiental Goldman, no cesó en sus denuncias sobre las quemas y talas clandestinas en los ejidos el Mameyal, Durazno, Río Frío de los Fresnos, Corrales, Bajos del Bálsamo, Porvenir y San José de los Olivos, así como la práctica desaparición de los ríos Mameyal y Frío. Los llamados de alerta nunca fueron atendidos por la titular de la Semarnap ni por el encargado de Profepa, Antonio Azuela de la Cueva.