JUEVES 30 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Menos de uno por ciento confía en el Congreso


Crece el escepticismo de los jóvenes ante las instituciones

Ť Una tercera parte aprecia a la Iglesia, revela una encuesta

Ť Su actitud ante la sexualidad, ajena a creencias religiosas

Claudia Herrera Beltrán Ť Los jóvenes son cada vez más escépticos de las instituciones mexicanas. En las pocas que confían son la Iglesia (34.7 por ciento), la familia (34.6 por ciento) y el gobierno (10.8 por ciento).

Y las que menos aprecian son los medios de comunicación (4 por ciento), la escuela (3.6 por ciento), el Ejército (2.9 por ciento), los sindicatos (1.8 por ciento), las agrupaciones de ciudadanos (1.6 por ciento), los partidos políticos (0.9 por ciento) y el Congreso (0.8 por ciento).

En cuanto a personajes confiables, médicos, maestros, sacerdotes y defensores de derechos humanos quedan en mejor estima. En el lado contrario están políticos, líderes sindicales o gremiales y policías, seguidos por empresarios y militares.

Estas conclusiones son parte de los resultados de la Encuesta Nacional de Juventud 2000, que se aplicó a población de 12 a 29 años de edad, la generación que se conoce ahora como del cambio, en torno a aspectos como la familia, la escuela, la sexualidad y el trabajo.

Aunque confían en la Iglesia, sus creencias religiosas no influyen mucho en su sexualidad, en sus preferencias hacia un partido político, en su trabajo y en su perspectiva sobre los problemas sociales.

De los entrevistados, 79 por ciento dice que su religión no tiene nada que ver en sus actitudes sobre sexualidad; 92 por ciento declara que tampoco en sus preferencias hacia un partido político, 76 por ciento descarta involucrar la Iglesia con el trabajo y 76 por ciento hace lo mismo respecto a los asuntos sociales.

Aún así, las prácticas de religiosidad popular entre los jóvenes son más comunes que las esotéricas, pero en ambos casos esporádicas. Por ejemplo, 52 por ciento dice que se persigna al pasar frente a un templo; 31 por ciento, a veces, y 16 por ciento, nunca. Quince por ciento siempre prende veladoras a algún santo; 40.7 por ciento, a veces, y 43 por ciento, nunca.

Según la encuesta, el esoterismo no entra en su idiosincrasia: 6.8 por ciento declara leer horóscopos; 40 por ciento, a veces, y 52 por ciento, nunca. Lo que más escepticismo les provoca es la lectura de tarot y cartas. Uno por ciento dice que siempre recurre a esta práctica; 7.7 por ciento, a veces, y 91 por ciento, nunca.

Y al preguntarles sobre las actividades en las que estarían dispuestos a participar, las respuestas positivas más recurrentes fueron: en las que procuran el respeto a los indígenas, la defensa del medio ambiente, la paz y los derechos humanos.

En el extremo opuesto, no se unirían a luchas en favor del aborto, en actos de partidos políticos, por los derechos de los homosexuales y, en menor medida, en protestas ciudadanas.

Así como las instituciones les despiertan poco interés, tampoco les llama la atención la participación en organizaciones juveniles. Sólo 22 por ciento declaró haber estado en alguna, y la mayoría fue en asociaciones deportivas, un poco más de la quinta parte en religiosas y otro 15 por ciento en estudiantiles.

Aun así, son buenos ciudadanos. De los entrevistados en edad para votar, 84.1 por ciento posee credencial de elector; ocho de cada diez han votado alguna vez y siete de cada decena lo hicieron en las pasadas elecciones.

En la percepción juvenil sobre los problemas del país, la pobreza destaca como el más grave. Entre lo que más les gusta de México están su cultura y sus tradiciones (53.8 por ciento), su forma de vida (15.8 por ciento) y su gente (8.2 por ciento).

De los jóvenes entrevistados -muchos de los que votaron contra el PRI-, 55 por ciento percibe que su situación socioeconómica es regular, 34 por ciento que es buena y 4.4 por ciento que es muy buena.

Pero sus sueños rebasan el presente. En la jerarquización de sus expectativas compiten el casarse (27 por ciento), con tener un buen empleo (27 por ciento) o un negocio propio (20 por ciento), seguido por obtener una vivienda propia (14.9 por ciento).

En tanto, tener hijos (4.8 por ciento) o servir a los demás (3.3 por ciento) aparecen poco en sus horizontes a futuro.