JUEVES 30 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Mujeres triquis revisaban la lista de heridos con la esperanza de un error


Dolorosa identificación de los 17 oaxaqueños muertos en Jalisco

Ť En Juxtlahuaca saben de riesgos; en este año, 10 han perecido en su intento de pasar a EU

Víctor Ruiz Arrazola, corresponsal, Juxtlahuaca, Oax., 29 de noviembre Ť La semidesértica tierra de la mixteca oaxaqueña recibió a 17 de sus hijos que el fin de semana decidieron abandonarla en busca de un mejor ingreso para mantener a sus familias. La esperanza de ganar unos pesos más al día se extinguió cuando el autobús en que viajaban rumbo a San Quintín, Baja California, para emplearse en la pizca del tomate, se volcó sobre una vialidad de Tlaquepaque, Jalisco.

El sábado 25 de noviembre, a las 12:00 horas, un autobús de Transportes Turísticos de Juxtlahuaca partió de este municipio con 43 pasajeros que en tres días más estarían como jornaleros en los extensos campos de San Quintín, sin pensar que 19 de ellos, incluido el conductor, sólo tendrían 18 horas más de vida.

Durante lunes y martes decenas de mujeres, niños y ancianos llegaron a esta localidad a pedir informes (a la presidencia municipal, a las corporaciones policiacas o a la representación regional del gobierno del estado) sobre la lista de lesionados, la cual era leída una y otra vez hasta que se convencían de lo inevitable: esperar la llegada de los 17 cadáveres para proceder a la identificación legal, siempre esperando un error.

El auditorio municipal albergó a los familiares de las víctimas. Allí esperaron hasta las 11:30 horas del miércoles, cuando arribó a Santiago Juxtlahuaca, ubicado a 350 kilómetros al poniente de la capital oaxaqueña, el camión de mudanzas cuya carga era 17 féretros.

Al centro del auditorio los ataúdes -12 de adultos y cinco de niños- fueron colocados en una hilera para que los familiares los identificaran y se convencieran de su partida.

En el extremo derecho de la hilera, un sacerdote observaba detrás de un altar con mantel blanco y sobre éste un crucifijo cómo cambiaban los rostros de las mujeres y hombres al confirmar con un movimiento de cabeza que el cadáver que tenían a la vista era del familiar buscado.

Llanto, gritos desesperados, lamentaciones, precedieron a la celebración de una misa al mediodía. En el extremo contrario al del sacerdote se encontraban presidentes municipales y representantes del gobierno del estado y en una de las laterales el conjunto de familiares orando por sus muertos.

Escenas de dolor: mujeres triquis y mixtecas con rostros cubiertos de lágrimas, con un niño en la espalda y otros dos o tres de la mano. Pequeños callados, tristes, con frío, con hambre o sollozando por la angustia de la madre, la ausencia inexplicable del padre, del hermano, del padrino.

Hace 20 días, Juana Sandoval dio a luz una niña en San Martín Sabinillos. Se trata de la octava hija que procreó con Celerino Herrera Chávez desde que se casaron hace 13 años, situación que obligó a su marido a irse en busca de un mejor trabajo al Valle de San Quintín, pues a la familia había que darle de comer.

Era su primer viaje al norte del país y Celerino se hizo acompañar de su mamá fotos-oaxaca4 Cecilia Chávez Martínez, quien llevaba carne de res para venderle a sus paisanos que trabajan en San Quintín. Ella también perdió la vida.

La confusión de Juana es enorme. Su hijo mayor tiene 12 años y la recién nacida 20 días, aún no tiene nombre y esta tarde tuvo que ser hospitalizada porque "su mamá la amamantó después de enterarse de la muerte de Celerino", comenta una mujer que se quedará con la niña mientras la madre traslada el cuerpo de su esposo a Sabinillos y se encarga del entierro.

Después de la identificación los cadáveres fueron conducidos (en camionetas de corporaciones policiacas y otras dependencias gubernamentales) a sus lugares de origen, donde recibirán sepultura de acuerdo a sus tradiciones y ritos.

Mario Alberto Guzmán Castrasana, procurador de la Defensa del Indígena y comisionado por el gobernador de Oaxaca José Murat para viajar a Jalisco a recibir los cuerpos, informó que la procuraduría de Justicia de aquella entidad aceptó enviarlos como desconocidos con el propósito de que fueran identificados en esta ciudad, ante la imposibilidad de trasladar a los familiares hasta Guadalajara.

Sobre el estado de salud de los lesionados informó que 15 se recuperan en un albergue y diez más están hospitalizados en los hospitales Civil y del IMSS de Guadalajara, dos de ellos se encuentran graves.

Los restos de Salvador Sánchez Aguilar, conductor del autobús, serán inhumados en el Estado de México. La última víctima es Rogelio Ramos Vásquez, de San Martín Duraznos, Juxtlahuaca, quien fue trasladado a Navolato, Sinaloa, donde residía.

El presidente municipal de Santiago Juxtlahuaca Rómulo Leyva Acevedo lamentó la pobreza en que viven sus paisanos, situación que los obliga a emigrar no sólo al interior del país sino a Estados Unidos "donde a pesar de los riesgos de perder la vida tienen la posibilidad de obtener más dinero".

Reconoció que el crecimiento económico que muestra el municipio obedece a los miles de dólares que envían los migrantes a sus familiares, pues de lo contrario la economía estaría quebrada. Destacó la urgencia de que el gobierno estatal realice un estudio socioeconómico y un diagnóstico de las necesidades y de los recursos naturales con que cuenta la región para poner en marcha proyectos productivos viables, ya que de lo contrario la emigración seguirá en aumento.

Su homólogo de San Martín Peras, Samuel Enríquez López, informó que en lo que va del año diez de sus paisanos han muerto en estados del norte o al tratar de cruzar a Estados Unidos y otros "allá, del otro lado, por accidentes de carreteras, en el río o en el desierto o asaltados".

Aclara que con este accidente la cifra de muertos ascendió a 15 y de ello culpó a las condiciones económicas en que se encuentra su municipio, donde no hay trabajo porque las cosechas de maíz y frijol apenas si les alcanzan para comer medio año y para sobrevivir la mayoría de hombres y mujeres, con todo y niños, tienen que emigrar.

El delegado regional de gobierno en Juxtlahuaca Andrés Santiago Santiago informó que en el transcurso de la semana continuarán los trámites para que la Procuraduría de Justicia de Jalisco concluya con la averiguación previa y se puedan fincar responsabilidades contra la empresa de Transportes Turísticos de Juxtlahuaca, cuyas oficinas en esta localidad están cerradas desde el día del accidente.

Agregó que la emigración es permanente en esta zona, a grado tal que cada semana parten hacia el norte del país de cuatro a seis autobuses en corrida especial a los campos de cultivo, pero las empresas de transportes con concesión de servicio público federal justifican sus operaciones como "viajes turísticos".

Señaló que serán las instancias del gobierno federal las encargadas de controlar a estas empresas de transporte y a los patrones que contratan a los jornaleros, pues se los llevan sin seguro del viajero y sin ninguna garantía laboral.