MIERCOLES 29 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Publican Antología con escritos de la luchadora social y prólogo de Poniatowska


Con la muerte de Foppa, el tiempo no se detuvo: Robles

Arturo Jiménez Ť Con la muerte de Alaíde Foppa ''el tiempo nunca se detuvo", señaló Rosario Robles, pues agregó que desde el momento de su desaparición en Guatemala, el 19 de diciembre de 1980, la poeta, ensayista, feminista y catedrática que vivía exiliada en México fue, en sí misma, un motivo para seguir en la lucha por la libertad, la equidad y la justicia.

La noche del lunes, cuatro mujeres y un hombre recordaron a esa esposa, madre y abuela que, al momento de ser secuestrada y luego asesinada mediante la tortura, había perdido ya a su compañero Alfonso Solórzano, en un accidente vial en el DF, y a Juan Pablo, el más pequeño de sus cinco hijos, guerrillero como su hermana Silvia y rebelde como su hermano mayor, Mario.

La jefa del gobierno capitalino, así como Elena Poniatowska, Marta Lamas y dos de los hijos de Foppa, Laura y Julio Solórzano, evocaron desde la Casa Refugio de Escritores Citlaltépetl la vida y la obra de esa activa mujer que ahora contaría con 87 años. El motivo, la presentación de una Antología que reúne parte de sus poemas, ensayos y artículos periodísticos y que cuenta con un prólogo de la propia Poniatowska.

Antes, Rosario Robles había dicho: ''Cuando una mujer muere por pensar lo que piensa y decirlo, nos acerca a todos a una frontera incierta, en la que no sabemos si su muerte significa un límite o un horizonte. La vida, entonces, puede llegar a covertirse en una muerte si se detiene en el instante de la pérdida".

Profundizar la lucha de Alaíde

Luego de repasar parte de la vida de Foppa, Robles dijo: ''Extender esa lucha y profundizarla es el mejor homenaje que podemos hacerle hoy. Homenajearla es, también, releer su poesía y rencontrarla ahí donde nunca desaparecerá: su escritura y nuestra memoria".

Poniatowska, quien al mediodía había sido reconocida como Ciudadana Distinguida por el gobierno que encabeza Rosario Robles, dijo que Alaíde Foppa fue una luchadora social que ayudó a la ampliación de las libertades de las mujeres y que nunca se esclavizó, ''ni con un par de pantuflas".

La escritora leyó una parte de su prólogo a la Antología de Alaíde Foppa, en el que recrea literariamente tanto su vida cotidiana y doméstica como sus preocupaciones poéticas, de crítica de arte, de catedrática de la Universidad con su materia de sociología de la mujer o de conductora feminista en Radio UNAM. Narra Poniatowska:

''En su cama, a su lado, no hay un hombre. El sitio lo ocupan tres libros, unas cartas abiertas y extendidas, los anteojos, el periódico de ayer, un cuaderno en blanco, una pluma, unos tres o cuatro cartones de invitaciones que se asoman fuera de sus sobres, la agenda, la libreta de teléfonos y el propio teléfono con su cable. Anoche, cuando la ganó el sueño, durmieron con ella sus mudos acompañantes. Hoy a las ocho de la mañana, Alaíde vuelve a palparlos con la mano. Se cala los anteojos, busca la pluma, el cuaderno en blanco. Un poema, quiere escribir un poema".

Marta Lamas, quien se considera hija política de Alaíde Foppa y cercana a esa familia, evocó su figura. Lo propio hicieron Laura y Julio Solórzano Foppa.

Esta Antología, que incluye además varias fotos, fue editada mediante la colaboración del gobierno de la ciudad de México, la Casa Refugio Citlaltépetl, la UNAM y la Fundación Alaíde Foppa.