MARTES 28 DE NOVIEMBRE DE 2000

La recaudación, para repatriar los restos del dictador

 

Subastan herencias porfiristas

Enrique Méndez Ť Los tiempos de don Porfirio hoy están a subasta.

ƑCuánto pagaría por el bicornio del general, "sombrero montado de plumas de gallareta blancas, con canelones de hilo de oro bordeando un botón que fija una escarapela de oro"?

ƑCuánto por las claves telegráficas "del señor general Porfirio Díaz"? ƑO por el acta del Círculo Nacional Porfirista, una logia masónica que el 2 de abril de 1904 postulaba "al general de división Porfirio Díaz para presidente de la República en el próximo periodo constitucional"?

ƑY por el Himno al General Porfirio Díaz, un manuscrito de 1900? ƑY para obtener un ejemplar del 15 de septiembre de 1888, encuadernado en pasta dura, en piel, con el flamante título Al ynvicto general Porfirio Díaz, presidente de la República. Tributo de admiración y respeto?

Hoy, esta noche, en vísperas del final del régimen que se gestó a partir del derrocamiento del dictador y dio paso a la Revolución institucionalizada, la casa de subastas Louis C. Morton abrirá la puja por objetos de Porfirio Díaz, 85 libros, revistas y documentos de su biblioteca.

Por un busto que de él talló en mármol blanco el escultor Adolfo Ponzanelli; el bicornio Tardán Hermanos. The Leading Hatters. Portal de Mercaderes. Mexico City, del general; un sombrero de gala del cuerpo de rurales, en fieltro gris, sin marca, con el monograma de "P. Díaz" bordado en hilo de oro y plata en los laterales de la copa; un sombrero de copa fabricado en pelo con las iniciales P. D., también de Tardán Hermanos; un bombín en fieltro sin forro, y un schacot francés de fieltro suave, para general, en el que se lee "Moda París", con las iniciales del personaje.

ƑCuánto? ƑY para qué?

Con los recursos obtenidos de la subasta -menos de medio millón de pesos-, el bisnieto del general, Porfirio Díaz Pizarro, propietario de esos objetos, pretende financiar en parte los gastos para la repatriación de los restos embalsamados del dictador, y que permanecen en el panteón de Montparnasse desde 1915, cuando falleció en París, donde vivió -con viajes intermitentes por Europa- los cuatro años de su exilio.

También se pondrán a subasta libros de Alberto María Carreño, quien fuera secretario de Joaquín Demetrio Casasús, a su vez parte del grupo de intelectuales que desde finales del siglo XIX tuvo el control del país durante el porfiriato.

En su fuero interno, Porfirio Díaz tuvo la intención de regresar a México. Más de un mes después del ataque a La Ciudadela, en el hotel Bristol donde se hospedaba con sus hijos y su esposa, Carmen Romero Rubio de Díaz, accedió a hacer declaraciones sobre el momento crítico de México.

Victoriano Huerta asumía el poder el 19 de febrero de 1913, y en la noche del 22, mientras don Porfirio "contemplaba estupefacto las cat don-porfirio-jockey-club aratas de Asuán, el presidente Francisco I. Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez fueron asesinados en los terrenos de Lecumberri". En ese sitio, hoy puede leerse una placa conmemorativa.

En marzo de aquel año, un reportero de La Tribuna -relata Carlos Tello Díaz en El exilio. Un retrato de familia- le preguntó si pensaba regresar a México. Porfirio Díaz respondió: "Regresaré apenas haya elecciones y el país haya tomado su curso constitucional, pero como simple ciudadano, sin participar en la vida pública".

Porfirio Díaz se fue de México el 31 de mayo de 1911, después de permanecer cinco días en el puerto de Veracruz. Llegó a Francia el 20 de junio, después de escalas en La Habana, Vigo y Plymouth, donde fue dejando su sentir sobre el abandono de la Presidencia mexicana:

"No es cierto que las circunstancias fueran para mí excesivamente apremiantes. Yo podía continuar peleando con esperanzas de vencer, pero la lucha habría durado uno, dos o quizás más años, ensangrentando al país".

Un crédito para el exilio

Durante el exilio, las propiedades en México de la familia Díaz fueron expropiadas. Sin embargo, durante esa etapa -cuenta Tello Díaz- "vivió sin lujos, pero con holgura suficiente para viajar por diversas ciudades de Europa".

A su llegada a Santander, el director del Banco de Santander, José María Gómez de la Torre, le escribió para informarle que tenía un crédito de un millón 500 mil francos que ponía "a su disposición".

"Eran más o menos equivalentes a 500 mil pesos, es decir, a 70 años de pensión por haber sido general del Ejército de México. Era una suma considerable, desde luego, pero no desmesurada. En ella convergían todos los ahorros de don Porfirio, incrementados además por el monto que recibió con la venta de sus propiedades en los años anteriores a la Revolución".

En enero de 1912, el dictador fue dado de baja como general de división, después de una carrera militar de casi sesenta años, desde que fue ascendido a capitán de infantería como "premio" a su participación en el derrocamiento de Antonio López de Santa Anna. El autor señala que Porfirio Díaz "vivió con tranquilidad el desenlace de su vida".

Con el millón 500 mil francos, su familia disfrutó la vida en Europa. Hoy, esta noche, cuando otro régimen está por terminar, se recabarán recursos para que sus restos embalsamados sean repatriados.

Antes de que el Ypiranga, un vapor alemán de la Hamburg-Amerika Linie, zarpara de Veracruz, el general se despidió de Victoriano Huerta, entonces comandante de su escolta, con un abrazo y una frase: "Ya se convencerán, por la dura experiencia, de que la única manera de gobernar bien al país es como yo lo hice".

šAh, qué tiempos señor...!