MARTES 28 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Muchos de ellos, activistas sociales, fueron contratatados como eventuales
En riesgo, promotores de vigilancia voluntarios de SSP
Susana González G. Ť El programa de vigilancia instrumentado por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) en colonias y unidades habitacionales, mediante el cual los vecinos verifican que los policías sectoriales cumplan con sus tareas, podría quedar desmantelado cinco días antes de que tome posesión Andrés Manuel López Obrador, como jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Lo anterior debido a que los 154 promotores del programa, responsables directos de poner en práctica la vinculación de los ciudadanos con la policía preventiva, dejarán de laborar en la dependencia a partir del 1 de diciembre, como también lo harán la mayoría de los funcionarios de niveles alto y medio.
Emanado de la Dirección de Enlace Institucional de la SSP, el programa se puso en marcha desde noviembre del año pasado para concretar uno de los objetivos centrales del aún secretario capitalino, Alejandro Gertz Manero: lograr que la ciudadanía se vinculara con la policía preventiva a fin de luchar en conjunto contra la delincuencia.
Para lograrlo, los directivos de Enlace Institucional reclutaron a lo largo de doce meses a 154 promotores, quienes a su vez se encargaron de formar una amplia red de observadores entre los vecinos de colonias y unidades habitacionales que estuvieran dispuestos a colaborar de manera voluntaria con la SSP. Su labor ha dejado como resultado que 3 mil 500 personas participen actualmente en este programa, de los cuales la tercera parte pertenecen a unidades habitacionales.
Los observadores se han encargado de vigilar la actuación y desempeño de los policías preventivos asignados a cada colonia o conjunto habitacional, mediante el monitoreo creado por el llamado "Código Aguila", mismo que obliga a los uniformados a reportarse ante los vecinos en determinados horarios y lugares para establecer si cumplían con sus respectivos rondines y patrullajes. Además, al ser habitantes del mismo lugar que les toca supervisar, los vecinos podían reportar a través de los promotores los hechos delictivos que se cometían contra la comunidad para que la policía llevara a cabo las acciones pertinentes.
Por su parte, los promotores, muchos de ellos activistas de movimientos sociales, fueron contratados como trabajadores eventuales de la SSP y mensualmente reciben un salario de 2 mil 300 pesos. Representan en sí el enlace entre la SSP y los vecinos, quienes mediante sus denuncias ayudan a la prevención del delito, e incluso se han encargado de otras tareas como la aplicación de encuestas entre la comunidad para detectar los puntos de mayor incidencia delictiva.
Sin embargo, su inminente salida de la SSP ha provocado inquietud entre los vecinos, quienes dudan de la continuidad que prometieron las próximas autoridades sobre este tipo de programas.
Y aunque se prevé que los rondines y patrullajes de la policía no sufran ninguna modificación con el cambio de poderes, algunos observadores temen que el programa pueda decaer ya que al menos pasarán cinco días antes de que las nuevas autoridades estén en posibilidades de decidir si retoman el programa y respetan el esquema de operación del mismo.
El proyecto impulsado por Gertz Manero permitió, por ejemplo, que la policía preventiva incursionara en unidades habitacionales donde nunca antes había existido vigilancia porque gobiernos anteriores se negaron a proporcionarla bajo el argumento de que se trataba de propiedad privada.
Así un grupo de tan sólo 18 promotores que partieron prácticamente de cero lograron que el programa se adoptara en 22 de los más grandes conjuntos habitacionales de la ciudad, donde residen 150 mil personas.