MARTES 28 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Enrique Florescano, ponente en el coloquio sobre nueva política cultural


La ley del patrimonio debe convocar a la sociedad

César Güemes, enviado, Guadalajara, Jal., 27 de noviembre Ť Desde luego no fue una coincidencia: este lunes, a la misma hora en que Sari Bermúdez era nombrada titular del CNCA, en la FIL se abría el coloquio Nuevo gobierno: Ƒnueva política cultural? En la primera mesa, participaron Enrique Florescano, Jaime Labastida, Raúl Padilla y Víctor Hugo Rascón Banda. Una conclusión provisoria, luego de escuchar a los ponentes, es que si bien esa instancia concentradora de la cultura en el país ha tenido considerables logros, también hay grandes y numerosos cambios por realizar.

Enrique Florescano fue el primero en hablar: ''Durante los últimos ocho años, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes logró integrar sus distintas áreas, antes dispersas, en una política unificada, cuyo principal propósito fue favorecer la participación de los creadores y responder a las demandas plurales de una sociedad compleja, que la han acompañado por décadas.

Y abundó: ''Para continuar construyendo este régimen de equidad y participación es preciso que nuestra Ley General de Patrimonio Cultural convoque también la participación del conjunto de la sociedad. Nuestra ley actual está prácticamente centralizada y no incluye las muy importantes instituciones culturales y organizaciones sociales que se han establecido recientemente en los municipios, las regiones y los estados".

El fisco vs el arte

Jaime Labastida, por su parte, antes de leer su participación formal, aclaró: ''Hablo como miembro de la sociedad civil. No pertenezco a ninguna institución cultural, a ningún partido político, por eso estas opiniones son de mi responsabilidad exclusiva".

Después cuestionó: ''Reformar las instituciones culturales, Ƒpara qué y por qué? Ya el solo hecho de anunciar una reforma debería ponernos en alerta, porque querría decir que estamos, en cierta medida, insatisfechos de las instituciones culturales. ƑPero de cuáles instituciones, de todas o sólo de algunas? ƑEsas instituciones no han sido capaces de generar los resultados deseados, por eso queremos reformarlas? ƑO por el contrario queremos ir a la raíz y refundarlas. ƑQueremos nuevas instituciones culturales al margen de las ya existentes o sólo deseamos dar nuevos objetivos y otra forma a las que actualmente existen? Preguntémonos, pues, en qué medida estamos insatisfechos de las instituciones culturales con las que cuenta el país, y examinemos su resultado".

Su conclusión fue que mientras lo fiscal prevalezca sobre el criterio artístico ''seguiremos hundidos en la mediocridad y saldrán del territorio colecciones privadas, como ha ocurrido. Lo propio sucede con los archivos y las bibliotecas de los más eminentes escritores e intelectuales: son adquiridas por instituciones estadunidenses. Luego nos quejamos porque debemos emprender un viaje al extranjero para estudiar allá nuestros propios documentos. La pérdida de esos acervos es también una desgracia nacional".

El presidente de la FIL, Raúl Padilla, comenzó con un balance de la política cultural y enseguida enumeró una larga lista de temas que ha de abordar la nueva administración en materia cultural:

Los desafíos que hereda la próxima administración no son menores. Ciertamente en el último decenio el gobierno federal hizo un esfuerzo notable en el campo de la promoción y difusión de la cultura. Incrementó los subsidios y actualizó la legislación vinculada con las industrias culturales en materia del libro y la lectura, cinematografía y derechos de autor, principalmente.

Mencionó, por ejemplo, que la herencia cultural del país no cuenta con la debida protección y apoyo por parte del Estado; persiste la desvinculación crónica de la política cultural con las políticas económicas y sociales, particularmente grave en el caso de la educación; la gestión pública de la cultura permanece fuertemente centralizada y territorialmente concentrada en la capital del país; y el financiamiento estatal a pesar de su incremento, sigue siendo muy inferior al requerido y sin poder complementarse con aportaciones privadas debido a la carencia de incentivos fiscales más atractivos para estimularlas".

Dramaturgo y titular de la Sogem, Rascón Banda señaló de manera inicial que daría su punto de vista no como creador, sino como abogado. Y así fue: ''Una sociedad nueva requiere una nueva legislación. Creo que ha llegado el momento de reformar la Constitución, de revisar el TLC y de reformar muchas de las leyes que inciden en el sector cultural. En uno de los países más ricos del mundo en cuanto a pluralidad y diversidad cultural sólo dos veces aparece en la Carta Magna, de manera tengencial, la palabra cultura. Ha llegado el momento de elevar a garantía individual el uso y goce; y elevar a garantía social el derecho de las múltiples culturas que enriquecen a nuestro país".

El coloquio Nuevo gobierno: Ƒnueva política cultural? concluirá el miércoles.