MARTES 28 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Sexenio prácticamente perdido para la industria
Por cada juguete legal hay otro de contrabando, pirata o robado
Ť Favorece importaciones la sobrevaluación del peso: Amiju
David J. Zúñiga Ť El que está por terminar ha sido un sexenio prácticamente perdido para la industria juguetera mexicana debido al crecimiento del contrabando, a la debilidad de las políticas industriales y a la falta de crédito para las empresas.
Como resultado, no se han alcanzado los niveles de ventas previos a la crisis de 1994, la presencia de los juguetes ciento por ciento mexicanos en los anaqueles de las tiendas se ha reducido a sólo 20 por ciento y el volumen del mercado ilegal es similar al del legal, calculado en mil 300 millones de dólares. Así, por cada cien productos legales en el mercado hay otros 60 de contrabando, 30 piratas y 10 robados.
El diagnóstico es de Helios Eguiluz Adam, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria del Juguete, AC (Amiju). Según sus cálculos, el peso está sobrevaluado en 25 por ciento y por ello las tiendas departamentales prefieren importar cada vez más juguetes asiáticos. Alrededor de 20 por ciento de los juguetes que se venden legalmente en México son importaciones "puras" y el resto está formado por productos "híbridos" de trasnacionales con cierto contenido nacional.
El industrial sostiene que las empresas de este ramo son de las más perjudicadas por la apertura comercial: en 1987, antes de la entrada de México al Acuerdo general sobre Aranceles y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés), había 400 jugueteras afiliadas a la Amiju; hoy sólo quedan 40, más 37 importadoras y 10 compañías globales que dan empleo a cerca de 16 mil personas, cantidad que aumenta temporalmente hasta 26 mil empleados en la temporada navideña (70 por ciento de las ventas de juguetes se realizan en diciembre y enero y el resto a lo largo del año).
Según Eguiluz Adam, el número de empleos de la industria podría duplicarse si las autoridades consiguieran eliminar el contrabando y si mantienen las restricciones a los productos de China, una economía centralmente planificada con ventajas como subsidios, mano de obra en condiciones "de semiesclavitud" y dumping, lo cual le permite fabricar 60 por ciento de los juguetes que se venden en el planeta.
Eguiluz Adam considera que el Tratado de Libre Comercio Unión Europea-México ofrece a los jugueteros mexicanos mayores posibilidades que el de América del Norte; sin embargo, en Europa las normas de calidad son sumamente estrictas y la gran mayoría de las empresas de esa región cumplen con normas internacionales de calidad y protección al ambiente (ISO 9000 y 14000).
Al igual que el resto de la planta productiva nacional, los jugueteros han resultado muy perjudicados por la escasez y carestía del crédito. "En México un crédito cuesta 23 por ciento anual, cuando los competidores del exterior maneja tasas de 8 o 9 por ciento, lo cual nos pone en clara desventaja". Ante esta astringencia, han tenido que recurrir al crédito de proveedores y de los mismos clientes (tiendas de autoservicio y departamentales, entre otros) e incluso préstamos en el extranjero.
Finalmente, Helios Eguiluz Adam pidió a las nuevas autoridades de la Secretaría de Economía -que encabezará Luis Ernesto Derbez Bautista- que no traten de partir de cero y reinventar las políticas de fomento, sino retomar y mejorar algunos de los programas aplicados en este sexenio.