LUNES 27 DE NOVIEMBRE DE 2000
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En 2000 se hizo el mayor prepago de deuda en la historia
Antonio Castellanos Ť A cuatro días del cambio de administración, la Secretaría de Hacienda informó que este año se habrá realizado el mayor prepago de deuda externa en la historia de México; la deuda foránea de 73 mil 400 millones de dólares, no representa ya una carga excesiva para la economía, ni una fuente de vulnerabilidad. Caerá en 10 mil millones de dólares. Según un informe especial, también se ha alcanzado el mayor ahorro interno, y en materia de deuda interna, casi 80 por ciento de la captación se habrá realizado mediante instrumentos con plazos de uno a 5 años.
Destaca la dependencia que la estabilidad financiera del país está sustentada en dos pilares: el fortalecimiento del ahorro interno y el desarrollo del mercado de valores. La estrategia seguida ha permitido reducir la dependencia de recursos provenientes del exterior para financiar la expansión productiva nacional y consolidar el ahorro interno como fuente principal de recursos para financiar el desarrollo nacional.
Estimó que la deuda externa neta del gobierno federal cerrará el año en 53 mil millones de dólares, mientras que la del sector público consolidado que incluye además de la deuda del gobierno federal, la de organismos y empresas y la de la banca de desarrollo, llegará a 73 mil 400 millones de dólares, reduciéndose en 8 mil 500 millones de dólares la primera y en mil 350 millones de dólares la del resto del sector público.
En el documento divulgado por la oficina del vocero de la dependencia, se estableció que en este año se registrará la mayor amortización de deuda externa no ligada a procesos de restructuración de pasivos en la historia del país. Se estima que como consecuencia de lo anterior, la deuda externa neta del sector público caerá en aproximadamente 10 mil millones de dólares.
Lo anterior fue posible sin afectar el gasto público que se ejerció en su totalidad. La amortización de deuda externa supuso un intenso proceso de redistribución de pasivos, con miras a reducir la vulnerabilidad de las finanzas públicas a choques en los mercados internacionales de capital, cuya volatilidad ha aumentado significativamente en los últimos años.