LUNES 27 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Astillero Ť

Ť Julio Hernández López Ť

Vicente Fox ha hecho una defensa sencilla de la primera parte de su gabinetazo, es decir, de la relacionada con los asuntos económicos, en la que abundaron los empresarios: simplemente ha dicho que los mexicanos están cansados de funcionarios ineficientes, desconocedores de las materias puestas bajo su mando -en este caso las económicas- y siempre prestos a manipular el dinero público en aras de intereses políticos, partidistas o personales.

Tal razonamiento no sólo es cierto, sino que además genera con facilidad el respaldo tanto de las grandes mayorías, hartas de politiquerías priístas, como de élites del conocimiento y del dinero que comparten el entusiasmo empresarial del hombre que asumirá el poder esta semana. Ante los malos resultados crónicos de los políticos, un relevo gerencial intentaría generar riqueza, administrarla correctamente y garantizar un crecimiento económico compartible. Al menos tal es la tesis orgullosamente planteada por Fox con la designación de exitosos hombres de empresa en varias de las secretarías del rubro económico.

De esa actitud esperanzada ha recibido notables expresiones esta columna a través de correos electrónicos y de envíos por fax, no sólo en términos apasionados, a veces colindantes con el fanatismo, descalificadores de toda opinión adversa a la figura que veneran, sino también en textos lúcidos y serenos, provenientes de mexicanos que a pesar de reconocer desatinos y excesos en el comportamiento del guanajuatense, y de tener reservas respecto a la preeminencia de lo empresarial por sobre lo político, creen necesario darle al futuro presidente mexicano los beneficios de la duda y de la confianza.

Los desfiguros de la clase priísta que dominó al país durante décadas siguen produciendo en el ánimo popular un rechazo que les hace aceptar extremos, a juicio de este tecleador, igualmente peligrosos a mediano y largo plazos, aunque, en lo inmediato, parezcan deslumbrar con el color dorado que barniza la superficie. La nueva exhibición de demagogia y descomposición corre a cargo de Dulce María Sauri y Roberto Madrazo Pintado, peleadores estelares por el control de un aparato partidista gravemente sentenciado en negativo por la mayoría de los mexicanos. La yucateca y el tabasqueño organizaron el pasado sábado sendos lances políticos con los que pretenden mostrar fuerza, proyecto y autoridad.

La señora Sauri lo hace sobre los restos de la derrota histórica que el PRI recibió mientras ella ocupaba decorativamente la presidencia (el mando real, como es sabido, lo tenían otros personajes cercanos al candidato Labastida, como Esteban Moctezuma, en la primera parte, y Emilio Gamboa y otros, en el tramo final). A ese historial poco propicio para pensar en el futuro, Dulce María ha añadido el traspié de haber amenazado con la inasistencia de los priístas al acto formal de asunción de Fox. Tamaña ocurrencia provenía de la pretensión de afear un acto republicano, institucional, histórico, de relevo pacífico del poder presidencial de un partido monopólico a uno opositor, en protesta por los presuntos o reales agravios que el PRI de Jalisco habría recibido en la elección de gobernador, cuando las cifras oficiales dieron el triunfo a Francisco Ramírez Acuña y no a Jorge Arana Arana.

Como era previsible y como lo habría advertido cualquier político que se hubiera detenido a pensar un poco antes de lanzar tan desafortunada amenaza, el PRI hubo de recular sin mucho pudor. Los dirigentes de las centrales corporativas campesina y obrera, Leonardo Rodríguez Alcaine y Heladio Ramírez, exhortaron a Sauri a reconsiderar la amenaza y levantar el presunto veto. La presidenta nacional del tricolor atendió tal petición y levantó el pulgar cuando ya la mayoría de los gobernadores priístas, y varios senadores y diputados habían adelantado que asistirían al acto institucional de relevo presidencial dijera lo que dijera su presunta líder.

Madrazo, por su parte, ha montado un espectáculo de retorno virtual al pasado que habría de causar interés entre sociólogos jóvenes a quienes su edad no hubiese permitido conocer a plenitud los mecanismos tradicionales de acarreo y acartonada festividad que antaño construyeron la escenografía del poder en México. Con amplios recursos económicos -provenientes en buena parte de esas maniobras de políticos saqueadores de las arcas públicas de las que Fox hablaba en San Cristóbal-, Madrazo se ha lanzado a buscar la presidencia nacional del PRI. Llama la atención que lo haga cuando formalmente no existen condiciones para relevar a nadie, pues en términos estatutarios la señora Sauri tiene por delante un amplio periodo legal de ejercicio.

Sin embargo, a Madrazo le urge empujar a Dulce María de la presidencia priísta. Por una parte, para presionar contra la posibilidad de que el tribunal electoral federal dictamine contra su protegido, Manuel Andrade, como esperan los perredistas y una parte de la sociedad tabasqueña que ha apoyado a César Raúl Ojeda Zubieta. Por otra, para impedir que los demás gobernadores, alineados en su mayoría en una peculiar corriente más o menos estable, se adelanten en proponer a alguien que releve a Sauri en un golpe de mano que los estatutos actuales permiten, escritos como están para allanar el camino a toda decisión superior, en este caso ya no la de Los Pinos pero sí la del nuevo polo de poder que conforman los citados gobernadores -cuando menos unos 14 de 20- y los grupos afines a Ernesto Zedillo, a Miguel de la Madrid y a Francisco Labastida.

Un primer nombre ha parecido quemarse de inmediato, el de Diódoro Carrasco, actual secretario de Gobernación. Dado que vive en confrontación permanente con el gobernador de Oaxaca, José Murat -y provocando con frecuencia la impresión de que en Bucareli se atendía más la política de aquella entidad que la del país entero, y que a falta de soluciones para los problemas nacionales, el secretario se entretenía creando problemas a granel en su tierra nativa-, postular a Carrasco equivaldría a una declaración frontal de guerra contra el eje Madrazo-Murat.

En ese esquema ha aflorado la figura del gobernador de San Luis Potosí, Fernando Silva Nieto, quien hasta ahora había jugado un papel discreto en la política nacional aunque, de manera clara, involucrándose cada vez más en el proceso de rediseño de su partido, siempre en posturas diversas de las del madracismo. Silva Nieto es un gobernador peculiar, especialmente interesado en no generar, en su tierra, conflictos que pudieran reavivar desestabilizaciones como las que en años pasados hicieron desfilar a varios mandatarios en un mismo sexenio. Está acostumbrado, pues, a convivir con la oposición y a dialogar más que a imponer. Así es como ha aparecido la posibilidad de que él sea el candidato del club de gobernadores para presidir al tricolor.

Pero no parece haber demasiada audiencia para los pleitos internos del PRI. Hoy, la atención está puesta en los nombramientos de Fox y en los entretelones de su dinámica política interna. El segundo paquete de funcionarios resultó menos polémico que el primero, con una estructura de mandos mediante "comisionados" que parecieran en primera instancia hacer aparecer disminuidos a los secretarios. El más privatizador de los rectores de universidades públicas, Reyes Tamez, de la Autónoma de Nuevo León, fue nombrado en la SEP, y el rector del Tec de Monterrey, Rafael Rangel, en un novedoso instituto de educación de adultos para el trabajo que, de funcionar, podría resultar históricamente positivo. Poco se sabe al detalle de ese proyecto, pero lo anunciado parecería ser una decisión muy inteligente: aprovechar la experiencia del rector de la institución privada regiomontana para ayudar a los mexicanos a terminar su educación elemental y a capacitarse mejor para el empleo y la vida. De Carlos María Abascal hay poco nuevo que decir: el pensamiento empresarial como árbitro de los conflictos entre patrones y empresarios. Julio Frenk, en Salud, parece una decisión acertada. Pero, como siempre, el espacio se ha terminado cuando apenas iban entrando en calor las teclas. Hoy habrá nuevos nombramientos. Será importante analizar lo que pase en la PGR y la pretensión de instalar allí al general Rafael Macedo de la Concha. Hasta mañana.

Fax: 5 45 04 73 Correo electrónico:

[email protected]