DOMINGO 26 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť La semana política en Estados Unidos

Ť La división y no Bush, enemigo número uno entre demócratas

Ť Liberales y progresistas se culpan por posible derrota de Gore

Ť Líderes sindicales aseguran que Nader favoreció al republicano

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 25 de noviembre Ť "No olvidaremos por mucho tiempo lo que ha hecho Ralph Nader", afirma un enfurecido activista sindical del Partido Demócrata en una advertencia que ha sido repetida por muchos en lo que se podría llamar el ala liberal o progresista del Partido Demócrata y sus aliados ambientalistas, activistas por los derechos de la mujer y otros.

A veces parece que el enemigo número uno para el Partido Demócrata no es el candidato presidencial republicano George W. Bush, sino Nader, veterano líder del movimiento de defensa de los consumidores y candidato presidencial del Partido Verde.

Aunque la elección presidencial aquí aún no concluye con la determinación del ganador, estos sectores liberales argumentan que esto no hubiera sido una contienda tan apretada en Florida y otros estados claves que podrían haberle dado el triunfo al candidato demócrata Al Gore, de no haber sido por la candidatura independiente de Nader. Aunque el ambientalista sólo logró obtener 3 por ciento de todos los votos a nivel nacional, ese mínimo porcentaje, argumentan estos activistas, fue suficiente para costarle la elección a Gore en varios estados donde ganó Bush por unos cuantos miles de votos.

Lo más frustrante para estos sectores es que en Florida Gore está perdiendo por menos de mil votos en un estado donde Nader ganó el apoyo de casi 100 mil votantes, muchos de los cuales se supone hubiesen votado por el demócrata si Nader no hubiese estado en la jugada. "Al quitarle votos a Gore, Nader en efecto está apoyando la campaña de George W. Bush", comentó esta semana un demócrata a La Jornada.

Algunos de los grupos sindicales, de derechos ambientales y de derechos de la mujer reconocen que Al Gore no es su cam-peón, pero insisten que un triunfo de Bush junto con una conquista de las mayorías en ambas cámaras del Congreso por los republicanos, amenazarán algunos de los derechos fundamentales en este país y los intereses particulares de estos grupos. Aceptan que la elección fue en esencia una decisión entre el menor de dos males, pero que la diferencia entre ambos es suficiente como para insistir en esta opción.

Disparen contra el ambientalista

"Una consigna honesta de campaña de Nader podría haber sido 'vota por tu conciencia y pierde tu sindicato, o tus libertades procreativas, o tu refugio ecológico', etcétera, etcétera", escribió el columnista liberal Eric Alterman en la revista The Nation. "Nader podría haber ganado su patético 2 o 3 por ciento a nivel nacional, pero aun así afectó la contienda lo suficiente para inclinar algunas balanzas importantes a favor de Bush y los republicanos".

En la central obrera AFL-CIO algunos lideres sindicales ya estaban rehusando trabajar con programas y esfuerzos promovidos por algunos de los grupos no guber- namentales dirigidos por Nader, como la organización Public Citizen (fundamental aliada de los sindicatos en la lucha contra los acuerdos de libre comercio), y algunos donantes progresistas están amenazando con suspender su apoyo financiero a algunos de los grupos de defensa del consumidor fundados por Nader.

En la central obrera, la ira contra Nader promete traducirse en una antipatía de largo plazo. "Esto no se olvidará pronto. Nader escogió una coyuntura equivocada para lanzar su campaña, y muchos que antes apoyaban sus posiciones y esfuerzos ahora lo culparán por no respetar que para muchos la diferencia entre Gore y Bush era lo suficientemente importante", comentó un alto funcionario de la AFL-CIO a La Jornada.

Nader y sus promotores no se arrepienten. El líder verde ha insistido que no hay ninguna diferencia fundamental entre los candidatos de ambos partidos principales de este país, que ambos representan los intereses empresariales, y que ambos han participado en la corrupción de esta democracia y su sistema electoral.

"Nader no perdió esta elección para Gore, Gore perdió esta elección para Gore", afirmó un votante en Maryland entrevistado por La Jornada.

Intolerancia autoritaria

Christopher Hitchens, otro comentarista político escribió en The Nation que "ha sido repugnante ver y escuchar los comentarios hechos por aquellos que estaban bastante contentos con ese statu quo 'normal', y quienes difaman a Ralph Nader por hacer precisamente lo que un radical debe hacer, eso es, retar las suposiciones del sistema. La intolerancia autoritaria de algunos demócratas ha sido insoportable".

Hitchens agrega que las condiciones "de república bananera" en Florida fueron consideradas irrelevantes por los demócratas y los liberales "porque lo principal era 'promover el voto' para Gore, y la única alternativa era Bush". Pero, agrega, nadie contaba con más de 95 mil votos para Nader.

"Como resultado, ambos, Gore y Bush, perdieron, y ambos han sido expuestos como los ceros que son, y si tenemos suerte, jamás habrá otra 'elección' como ésta, una campaña de desinformación de 3 mil millones de dólares".

Nader recibió unos 2.8 millones de votos en este país, y esta semana argumentó que su partido es ahora el movimiento político de mayor crecimiento en Estados Unidos. "Estamos construyendo el partido del futuro", afirmó. El Partido Verde, dijo, se enfocará ahora a promover campañas a la legislatura en el año 2002 y en promover el movimiento laboral.

En entrevista con el diario The New York Times, dijo que se dedicará a construir un movimiento que demandará mayores sanciones para patrones empresariales que despiden a trabajadores por intentar formar un sindicato, y se buscará también permitir que un gremio sea reconocido cuando 50 por ciento de los trabajadores se afilian a él. Bajo la ley actual, aunque 50 por ciento de una planta laboral se agremia, aún tiene que realizarse una elección para ganar el reconocimiento.

No que no, responden los críticos de Nader. No habrá ninguna oportunidad para promover este tipo de cambios con los republicanos pro empresariales en la Casa Blanca y el Congreso. Pero Nader y los suyos señalan que aun cuando los demócratas han ocupado la Casa Blanca durante los últimos ocho años o cuando controlaban el Congreso, este tipo de reformas ni siquiera se presentó, y mucho menos fue aprobado. La tarea, según Ralph Nader, es construir un movimiento desde abajo para demandar estos cambios.

Pero ahora ese sector que se considera "progresista" o "liberal" está dividido como resultado de esta elección. En el futuro inmediato, todo indica que se profundizará esta grieta, algo que ven con gran satisfacción los conservadores y los republicanos.

Mientras tanto, la formulación de la posición política progresista aquí sigue estancada en torno al debate entre el "menor de dos males" y el momento de rechazar lo que se ha criticado como un "duopolio" político estadunidense.