DOMINGO 26 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Los acuerdos de San Andrés, base para distender el conflicto, dice Carlos Rojas
Chiapas, problema de soberanía nacional
Ť El senador, integrante de la Cocopa, apremia a integrar el sureste al desarrollo del país
Andrea Becerril Ť Resolver el conflicto zapatista y devolver la paz y la tranquilidad a los chiapanecos son problemas de justicia elemental, pero también de soberanía nacional, según el senador del PRI, Carlos Rojas Gutiérrez. Como integrante de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), consideró que el presidente electo, Vicente Fox, no debe olvidar la urgencia de cumplir con los acuerdos de San Andrés.
''Palabra que se empeña, compromiso que se cumple'', agregó, e hizo notar que parte toral de la solución a la rebelión indígena de 1994 es otorgar a Chiapas -conjuntamente con Oaxaca y Guerrero- la más elevada prioridad, a fin de integrarla al desarrollo del resto del país, ya que ahí persisten condiciones inadmisibles de marginación y atraso; de intolerancia, discriminación, inseguridad y violación a los derechos humanos.
Secretario de Desarrollo Social en los primeros años del sexenio por concluir, cargo al que debió renunciar por sus diferencias con el modelo de desarrollo social que finalmente impuso Santiago Levy, el ahora legislador priísta citó una frase de Carlos Fuentes para mencionar la deuda que tiene el país con Chiapas:
''La Revolución no pasó por Chiapas. Francisco Villa no llegó nunca ahí y Emiliano Zapata tardó 80 años en hacerlo. Esa es la esencia del sur", resaltó Rojas Gutiérrez. De ahí la necesidad de dar una solución integral al conflicto, que es muestra de la incapacidad de los últimos gobiernos para articular plenamente la política económica con el desarrollo social.
Chiapas, subrayó, produce 50 por ciento de la energía hidroeléctrica del país, pero 13 por ciento de sus comunidades no están electrificadas. Ahí viven tres de cada diez indígenas y una tercera parte de ellos no habla español.
Es imprescindible, reiteró, volver la vista a Chiapas y a los otros dos estados del sur mencionados, donde la desigual distribución de la riqueza es aún más aguda, y se ha traducido en ''la expresión violenta de las inconformidades sociales''.
Rojas Gutiérrez resaltó que quien gobernará a México a partir del 1o. de diciembre debe también tener en cuenta que "si no actuamos como nación, la unidad y la soberanía del país están en riesgo". No se debe olvidar, insistió, que "cuando nos dividimos los mexicanos, perdimos la mitad del territorio".
-Si no se integra regionalmente el sur, Ƒhay riesgo de que surjan nuevos conflictos armados, otros movimientos guerrilleros en Chiapas, Guerrero y Oaxaca?
-No me atrevería a afirmarlo ni a considerarlo un asunto de seguridad nacional; prefiero verlo como una cuestión de desarrollo, de justicia social. Lo que me preocupa es que no seamos lo suficientemente eficaces, como Estado mexicano, para preservar la unidad nacional.
Expuso, sin embargo, que en 1985, como servidor público, acudió a Chiapas, y en los periódicos locales se daba cuenta aún de peones encasillados y de tiendas de raya. ''Eso fue hace 15 años, 70 después de iniciada la Revolución Mexicana, y esta situación también la vi en Oaxaca, a fines de los ochenta, en la zona de Xanica, debajo de los Loxichas''.
Cuestionado acerca de su tarea como integrante de la Cocopa, Rojas Gutiérrez señaló que como funcionario y ahora como legislador su postura ha sido siempre la misma:
''Y hoy, desde esta posición, puedo seguirle sirviendo a la gente con la que yo tengo compromiso, y esos son los pobres y evidentemente los pobres están en el sur. Y si en estos momentos hay una posibilidad de que con mi experiencia, mi trabajo y mis ideas podamos contribuir a que se devuelva la paz y la tranquilidad en el estado, voy a hacer mi mayor esfuerzo para avanzar en ese propósito.
Agregó que los senadores y diputados que forman la Cocopa de la 58 Legislatura tienen la obligación y la responsabilidad de coadyuvar en la restauración del diálogo. ''Las decisiones serán por consenso y creo que es la mejor manera de recuperar el diálogo''.
El conflicto zapatista, insistió, "más que expresarse por la vía armada se expresa como una llamada de atención a todos los mexicanos para que disminuyamos la desigualdad, la pobreza y la marginación en Chiapas''.
Dijo asimismo que la Iniciativa del sur que presentó el jueves en el Senado de la República avanza en ese sentido, ya que propone -mediante un fondo especial equivalente a uno por ciento del PIB para Chiapas, Guerrero y Oaxaca- crear las condiciones para que la gente viva con dignidad y pueda alcanzar la paz.
Esa iniciativa ''no es ajena a los propósitos de la Cocopa, porque, de alguna manera, el generar mejores condiciones de desarrollo también genera mejores condiciones para el diálogo, para el restablecimiento de la concordia.
-ƑCon un gobierno encabezado por Fox será más fácil avanzar a la pacificación de Chiapas?
-No lo sé, no conozco una propuesta concreta del presidente electo. Creo que la presencia de don Luis H. Alvarez como representante del gobierno de Fox puede contribuir, porque tiene experiencia, conoce el problema, está sensibilizado y puede contar con mayores elementos para un resultado positivo, pero no conozco ninguna propuesta concreta.
Respecto de su postura en torno a la ley indígena pendiente, expuso que los legisladores están obligados a revisar todas las propuestas, pero consideró que deberían adoptar una actitud mucho más abierta, para poder llegar a un acuerdo.
''Ni excesos en el rigorismo jurídico ni laxitud que permita interpretaciones de todo tipo; creo que debemos encontrar un equilibrio para que, con base en los acuerdos de San Andrés, se den una ley y reformas a los diversos instrumentos que así se convinieron, que satisfagan plenamente a todos los mexicanos".