Ť El tabasqueño, en pos de la presidencia del PRI
Es tiempo de la democratización interna del tricolor: Madrazo
Ť Arremete contra Zedillo; su sexenio, el de la derrota, dice
Ť Exige consultar y devolver el partido a las bases
José Gil Olmos y Enrique Méndez Ť Al adelantarse a los tiempos y dar su primer paso en pos de la presidencia del PRI, Roberto Madrazo Pintado exigió la consulta directa a la base militante. Frente a unas tres mil personas que lo acompañaron en una breve marcha desde el Monumento a la Revolución hasta la explanada de la sede nacional priísta, el tabasqueño sostuvo que "nadie postula asaltos ni asonadas, nadie alienta fracturas ni grietas insalvables. Pero tampoco ?añadió? aceptamos bridas ni soluciones predirigidas o pactos vergonzantes a espaldas de la militancia".
Según Madrazo, ha llegado el tiempo de la democracia interna para el PRI y advirtió que de no hacerlo el priísmo podría sufrir un "colapso" que difícilmente se podrá parar. Por eso pidió "superar la estrecha visión de los conflictos de grupo", al reconocer que la exclusión es "letal" para las aspiraciones de cambio.
En vísperas del cambio del poder presidencial, el político tabasqueño criticó al actual titular del Ejecutivo, Ernesto Zedillo, asegurando que su gobierno fue el "sexenio de la derrota" y no el tiempo de la transformación como se había planteado. También lo señaló como el responsable de la elección de un "candidato de cúpula", en referencia a Francisco Labastida.
Madrazo, quien tuvo problemas al principio de esta administración, cuando intentaron presionarlo para que renunciara a la gubernatura, aprovechó la ocasión para acusar: "Este tendría que haber sido el sexenio de nuestra afirmación como partido, pero ha terminado en el embargo de nuestro futuro". Minutos después sus seguidores quemaron un muñeco de cartón con la figura de diablo y en la cara una fotografía de Zedillo.
En una concentración en la sede nacional priísta, demandó "militancia probada" para quienes pretenden la directiva y afirmó que sólo unos cuantos "se aterrorizan" frente a la expectativa de ser pasados por la prueba de la democracia, porque han vivido en el privilegio de los viejos métodos "del dedo, de la imposición, de la simulación".
Como respuesta a las críticas internas respecto a que se quiere adelantar a los tiempos previos al Consejo Político Nacional y de la 18 Asamblea Nacional, el gobernador dijo que su intención es caminar en la más amplia libertad a la próxima asamblea "para edificar con la mente abierta los nuevos acuerdos y los nuevos consensos".
Advirtió a los priístas que de nada serviría una asamblea abierta si alienta una elección cerrada; por eso, manifestó su deseo de ser actor en la edificación de respuestas que por necesidad deben ser fruto de nuevos y amplios consensos.
"¡Basta a las imposiciones!", exclamó eufórico Madrazo, al encabezar el acto revestido al viejo estilo ?con trompetas, músicos, tambores y acarreados?, y al que no asistió ningún gobernador, ex dirigente o actual funcionario del PRI y tampoco representantes de los sectores, corrientes o movimientos, únicamente algunos de sus cercanos colaboradores como el senador Ulises Ruiz, el diputado César Augusto Santiago, el dirigente indígena Enrique Ku Herrera, el potosino Carlos Jiménez Macías y el hidalguense Orlando Arvizu Lara.
El gobernador tabasqueño dijo que llegaba a la casa de los priístas en libertad, "sin consignas que avergüenzan, ni mandatos que avasallan", para demandar la "consulta democrática" y poner fin a la "simulación, el engaño y el abuso a la militancia".
Sin embargo, el propio Madrazo autocensuró un párrafo del largo texto de 13 cuartillas que preparó desde Tabasco y que su equipo distribuyó previamente: "Nuestra organización no debe ser refugio de pandillas. No puede ser, nuestro partido, patrimonio de nadie. Nadie posee al partido. El tiempo de las expropiaciones cíclicas del PRI ha llegado a su fin", se leía en las primeras páginas del discurso.
Con tres días de antelación Madrazo había citado a los suyos en el Monumento a la Revolución, pero llegó con un retraso de hora y media. A la explanada del edificio llegaron cientos de tabasqueños traídos en 100 autobuses especiales desde su tierra, convencidos por un reloj regalado, en cuya carátula se leía el lema del gobierno: "Certeza Tabasco", así como reporteros invitados desde Villahermosa y hasta el fotógrafo y el presentador oficial de los actos del gobernador en su entidad.
Otros contingentes madracistas eran de la CROC y de agrupaciones de tianguistas del estado de México y del Distrito Federal, así como de pepenadores, que todo el tiempo exigieron encabezar la marcha, por haber llegado primero: "No se agandallen, no sean cabrones, nosotros llegamos primero, si respetan no habrá problemas. No se hagan gueyes", gritaba sin cesar uno de los acompañantes del diputado capitalino Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre.
Ya instalado en el templete que se colocó a un costado del edificio donde se ubican las oficinas de Dulce María Sauri, Madrazo agradeció su asistencia: "Aquí no hay rodillas débiles, ni conciencias frágiles. Tampoco voluntades que se rinden a la soberanía de la imposición o al atropello de la conjura cortesana. Plenos de orgullo libertario con la cara en alto, dignos y firmes, hoy nos reunimos para expresar y discutir nuestras verdades", dijo.
Y en tono retador, anunció más actos como el efectuado ayer donde, aseveró, "se seguirá cavando la sepultura de los viejos modos, de la línea y la obediencia ciega al dictado impopular de unos cuantos".
"El tiempo de la transformación ha llegado"
Aplausos y gritos de "sí se puede" le obsequiaron los suyos y quienes, desde la plaza priísta que fue acordonada con vallas por los vigilantes internos, lo llamaban "el hombre de la certeza". Allí, Madrazo aprovechó el ambiente para lanzar sus mensajes: "Algunos se espantan porque las formas plurales del priísmo se expresan en las regiones. Antes para reunirse había que pedir permiso. Eso se acabó. La vieja disciplina que adocena, que abate la iniciativa y la combatividad de la militancia es ahora una pieza de museo".
Criticó al "viejo PRI". Dijo que la vieja concepción de disciplina, "abyecta y castrante, la que quebró nuestro espíritu, la que hizo de la obediencia costumbre y de la complacencia norma decadente de su conducta", se alejó para siempre. Afirmó que ya no debe haber la "disciplina incondicional" y tampoco los viejos modos que buscaban el control frenando la diversidad política.
Madrazo ubicó la derrota del 2 de julio como la oportunidad del cambio interno en el PRI, como el final de un ciclo histórico de dependencia absoluta del poder presidencial, de la "inveterada costumbre de ver hacia arriba para pedir instrucciones".
Proclamó que es tiempo de que el PRI sea devuelto a las bases y de realizar la "reforma democrática integral", que implicaría cambiar los procesos de decisión interna, las formas de comunicarse con la gente y las formas de organización.
Citó las propuestas que hicieran su padre, Carlos Madrazo, y Luis Donaldo Colosio, con las cuales se hubieran podido armar planes, programas y proyectos económicos y sociales democráticamente discutidos y validados por la gente, y que también habrían fortalecido la cohesión partidista a fin de evitar las "costosas negociaciones en perjuicio del partido".
"Pero desgraciadamente ?agregó?, con la muerte de Colosio, la oportunidad se convirtió en tragedia. En vez de premiar la lealtad y la militancia priísta aceptamos en el gobierno y en el partido a grupos absolutamente indiferentes al futuro y a la suerte del partido. Premiamos la indiferencia. Privilegiamos la obediencia. Perdimos el rumbo y la meta. Así perdimos el poder".
Complacencia servil
Roberto Madrazo enlistó una serie de errores que llevaron a la derrota el 2 de julio. Sin mencionar el nombre de Francisco Labastida, en primer lugar dijo que en vez de la democracia interna se cedió ante la complacencia de la "vieja inercia escenográfica y simulamos que se consultaba a la gente para postular a los seleccionados en la cúpula".
Luego señaló que en lugar de luchar por el proyecto económico y los compromisos sociales del PRI se obedeció a una "línea de complacencia servil sin percatarnos de la creciente polarización social".
En conclusión, Madrazo aseveró que dejaron de luchar como partido, se resistieron al cambio y "permitimos que la cúpula quemara incienso al poder y se olvidara de la gente", y para el día de la elección presidencial "Nos pasaron la firma de facturas antipopulares del gobierno y el 2 de julio pasado, para vergüenza de nuestra generación, pagamos las cuentas acumuladas a lo largo de los años".
Consideró que para el PRI llegó el "ahora o nunca", el tiempo de construir un "partido combativo de verdad, una oposición inteligentemente combativa, una oposición que se convierta en alternativa de poder" para las elecciones que se realizarán en al menos diez estados el próximo año y también en las comicios federales del 2003.
"Es el tiempo propicio de elegir en libertad, no de obedecer ciegamente las consignas", exigió Madrazo en el CEN del PRI, y aseguró que no sólo es posible sino indispensable democratizar integralmente al partido.
Unico orador, para cerrar su largo discurso el tabasqueño advirtió que no hay futuro para el PRI sin democracia y que sólo una nueva directiva, legitimada por la consulta democrática de la base, podrá conducir con autoridad moral y fuerza el proceso de transformación priísta.