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México, D.F. sábado 25 de noviembre de 2000 
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Editorial
 
COLGAR EL UNIFORME DE EMPRESARIOS 

SOLLa presentación del segundo bloque de colaboradores de primer nivel del equipo de gobierno de Vicente Fox confirma, en cierto grado, la buena voluntad del presidente electo por dejar atrás la imagen del gabinete tradicional y presidenciable, e intentar ofrecer una nueva opción de visión de país y de la función pública. 

El nombramiento de los nuevos funcionarios causa sorpresa porque su perfil difiere al del tradicional representante de la clase política mexicana. En su mayoría empresarios, académicos, activistas sociales y algunos militantes de Acción Nacional, los integrantes del gabinete foxista tendrán que enfrentarse, más que a las expectativas, a los múltiples problemas sociales y económicos que afectan al pueblo mexicano. Y tendrán que hacerlo desde la lógica --sumamente compleja-- de la administración pública, que es en todos los sentidos diferente al ejercicio de la alta gerencia y la administración de empresas. En principio --y como cuestión de fondo--, debe quedar claro que las organizaciones empresariales se rigen bajo las normas del mercado y los resultados se miden en niveles de productividad. Ante esta lógica, los integrantes de extracción empresarial del nuevo gabinete tendrán que colgar el uniforme de altos directivos de la iniciativa privada y deberán asumirse como servidores públicos. A partir del 1° de diciembre, los resultados de su trabajo dejarán de ser calificados por el mercado de valores. Ahora deberán responder con hechos a las demandas de la población, tendrán que negociar con todos los sectores, duros y blandos, y habrán que demostrar, en concreto, que tienen vocación y capacidad de servicio. 

Del segundo bloque --de Desarrollo Humano-- de colaboradores presentado ayer por Vicente Fox, llama la atención, en primer lugar, el nombramiento de Xóchitl Gálvez Ruiz al frente de la Oficina para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Quizá no está en duda su capacidad de liderazgo, pero nada hay en su currículum que nos hable de su experiencia para enfrentar con éxito, sobre todo para los afectados, la complejidad y dramatismo de la problemática indígena, a menos que se le conciba como un reto filantrópico, lo que sería, por decir lo menos, desafortunado. 

Asimismo, extraña que en este bloque no esté contemplado el titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), cuando la cultura es un elemento indisociable del desarrollo social y humano de toda nación, pues incluso el disfrute de la cultura está considerado como uno de los estándares de calidad de vida, según Naciones Unidas. 

Destaca también la creación de siete nuevos organismos de gobierno que atenderán asuntos específicos, como el desarrollo social, cuando seguirá en funciones la Secretaría de Desarrollo Social. Se hicieron los nombramientos de los comisionados para estos asuntos, pero no se explicó cómo se van a coordinar con las dependencias relacionadas. Existe la posibilidad de que, en contra de la supuesta intención de Fox --manifestada a lo largo de su campaña-- de terminar con el burocratismo, la creación de estos organismos lleve a la duplicidad de funciones entre las dependencias y a mayores niveles de burocracia. Es necesario que se definan claramente las funciones y objetivos de cada dependencia, así como su interrelación operativa. 

En una primera lectura, la composición del próximo gobierno, con excepción hasta ahora de tres o cuatro nombres, se asemeja más a un consejo de administración, con sus altas gerencias y operadores de área, que a un Poder Ejecutivo formal. De operar como tal, bien cabe resaltar que México no puede ni debe ser conducido como una empresa, como una organización que lucha por subsistir ante la feroz competencia, que oculta información que considera confidencial, que justifica el despido de trabajadores por mantener finanzas sanas, que ve en los sindicatos a su peor enemigo, que habla de "responsabilidad social" sólo cuando le conviene. Hacemos votos por que la analogía sea sólo una primera lectura... ojalá.
 
 

 

 

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