SABADO 25 DE NOVIEMBRE DE 2000

 


Ť Gustavo Leal F.Ť Ť

Zapatero a tus zapatos

Carta abierta al empresario Alfonso Romo

Desde Monterrey usted declaró que la apertura de los servicios de salud a la inversión privada "no podrá detenerse" porque la "población demanda calidad" y que su firma de seguros Comercial América está lista para la subrogación del Seguro Social, que consiste en que hospitales privados "atiendan a los pacientes" del IMSS. Y si no se da -agregó-, la "población la va a abrir sola. Los servicios de salud no pueden ser frenados, porque se ofrece un buen nivel o la población lo demandará, de manera pacífica o por la fuerza" (Reforma, 9/11/00).

Además de que es un hecho que usted no representa a "la población" general -si acaso, a un segmento de la "población" empresarial que pudiera identificarse con usted-, quiero patentizarle que está mal informado en extremo de lo que sucede con el problema de la salud en el mundo. Identificar "apertura" con "calidad" es falso y tendencioso, sólo posible cuando no existe una visión del conjunto de la arena política que anima a la salud y la seguridad social. Cuando se antepone el interés de ganar más, no se ve ni por asomo "el bosque".

La presencia de puntos de vista, que desesperadamente pretenden hacer del sector salud un nicho de negocios, ha dado lugar a que este año cerca de un millón de adultos mayores sea expulsado de las estadunidenses Health Maintenance Organizations (HMO), además de los 700 mil que quedaron fuera en los últimos dos años. Los que quedan deberán pagar pólizas más caras con beneficios dramáticamente reducidos. Una reciente encuesta de Weiss Ratings Inc a 237 HMO muestra que 147 de ellas "cortarán asegurados", mientras que sólo 90 podrán mantener sus coberturas.

Frente al escenario de "apertura", que de seguir los afanes empresariales, previsiblemente se inauguraría en México, usted emplea, además, un tono amenazador del todo inoportuno e inadecuado que no va con el clima, si no de democracia, sí de "apertura política" para el futuro de los mexicanos a partir del 2 de julio.

De insistir en ese punto de vista, debería comprometerse, por ejemplo, a que de presentársele cualquier episodio de enfermedad, usted y su familia se atiendan en México y no como aconteció con Jesús Reyes Heroles, quien murió asistido en Estados Unidos.

ƑSerán esos afanes empresariales compatibles con el nuevo gobierno de Vicente Fox? Por las declaraciones que de usted cito es del todo claro que ése no es el gobierno que se requiere.

Usted empujó la candidatura del doctor Misael Uribe, de Médica Sur, para la Secretaría de Salud, así como la del cuestionado "experto en calidad", Enrique Ruelas como su colaborador (véase Alberto Barranco Chavarría en "Empresa", Reforma 26, 31 de julio, 23 de agosto y 20 de septiembre). Sería prudente que explicara cómo deslinda usted sus intereses económicos de aquéllos que un cargo de esa naturaleza requiere. Las mayorías nacionales -que ciertamente usted no representa- deben decidir por su destino. Evite aprovechar sus influencias sobre el foxismo y anímese a alcanzar la estatura de un empresario del siglo XXI.

Siga siendo el empresario "realmente existente" con que cuenta nuestro país. Prosiga con sus empresas, que tanta falta hacen al desarrollo nacional, pero acepte que no es ni será nunca un estadista. Su alcance es obligadamente limitado. Ajústese a él y guarde la modestia del caso. Su "chamba" es crear empleos y no invadir áreas como las del gobierno que demandan una estratégica preparación para el largo plazo de la que usted, lógicamente, carece. Coincidirá en que dedicarse a lo suyo es ya más que suficiente.

Las transformaciones que requiere el sector salud no pueden ser producto de una demanda impulsada "por la fuerza", como la que usted refiere. Independientemente de que "privado" y "calidad" nunca serán sinónimos, lo que muestra la experiencia mundial, que usted parece desconocer, es que mientras más público es un sistema de salud, mucho más amplio es el abanico de sus opciones de calidad.

Le recomiendo sinceramente que encuentre, además, el tiempo para reflexionar en la figura de Gandhi, antes de que la "fuerza" que peligrosamente usted invoca, opere sobre su propio presente y futuro empresarial. Porque, como bien advierte Baltasar Gracián -quien seguramente usted conoce-: mesura y prudencia van de la mano con la verdadera inteligencia, cuando la hay.

 

Ť Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco