SABADO 25 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Acepta Pinochet los hechos criminales que "dicen cometió el ejército"


Llaman Lagos y la Iglesia a la reconciliación nacional

Enrique Gutiérrez, corresponsal, Santiago, 24 de noviembre Ť El presidente Ricardo Lagos y el arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, hicieron esta noche sendos llamados a la reconciliación nacional, aunque el mandatario chileno reitero que es necesario "aceptar la verdad y hacer justicia" en los casos de violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura de Augusto Pinochet.

Ambos se pronunciaron en la llamada "Liturgia por el Perdón" en la que la iglesia católica pidió perdón por las diversas ofensas y atropellos contra los más débiles durante la historia del país.

Mientras se efectuaba el acto religioso, organizaciones mapuches y de familiares de detenidos desaparecidos y de ejecutados políticos se enfrentaron con carabineros frente a la Catedral Metropolitana, donde se celebró la misa. Fueron arrestados cinco manifestantes y dos personas resultaron heridas por la violencia policial.

El ministro de Defensa, Mario Fernández, destacó esta mañana el gesto de la Iglesia de pedir perdón por los errores y faltas cometidas, en la denominada Liturgia del Perdón, en presencia de las más altas autoridades del país, como el presidente Lagos, legisladores, representantes del poder judicial y los jefes militares.

Al respecto, el jefe de Estado dijo sentirse "muy honrado" de participar en la ceremonia, cuyo objetivo es que la Iglesia realice un análisis de su participación en la historia del país, con el propósito de poder proyectarse de la mejor manera hacia el futuro.

Luego de la misa, Lagos participó en una recepción junto con las autoridades eclesiásticas encabezadas por el arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz.

Fernández afirmó que "conductas mueven conductas", aludiendo a que cada chileno debe hacer individualmente un examen de conciencia a fin de reconocer sus errores, y Lagos dijo que "sólo haré un comentario a la luz de lo que planteen los representantes de la Iglesia", y que no busca anunciar algún pensamiento especial, sino "reaccionar en función de lo que allí ocurra".

En tanto, el jefe carabineros, general Manuel Ugarte, dijo que "todo acto o ceremonia que tienda a la unidad nacional y a la cohesión de todos los chilenos es bienvenida", mientras el jefe de la marina, almirante Jorge Arancibia, señaló que "estaremos en esa ceremonia de la Iglesia, que será un acto trascendente, y adherimos a él como católicos practicantes que somos".

Por su parte, las dirigentes de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Viviana Díaz y Mireya García, precisaron que "ésta es una liturgia donde la Iglesia pide perdón por sus omisiones y esperamos que esto no sea utilizado para extender esta petición de perdón hacia los violadores de derechos humanos".

García agregó que la Iglesia católica y su agrupación están en "planos distintos y que no tenemos mucho más que hacer con la Iglesia ya que ésta abandonó sus apostolado y su gran labor" durante la dictadura.

Mientras, el ex dictador Pinochet afirmó este viernes que asume "como ex presidente todos los hechos que dicen haber cometido el ejército y las fuerzas armadas", en un mensaje que grabó y envió a mil 500 de sus seguidores reunidos para celebrar su cumpleaños número 85, festejo al que no pudo asistir por su estado de salud.

En su breve mensaje, aseguró también que durante los 503 días que duró su detención en Gran Bretaña, de donde la justicia española pretendía extraditarlo para ser juzgarlo por la desaparición forzosa de ciudadanos españoles en Chile durante la dictadura, "siempre tuve la dignidad de decir que yo no cumplía ni aceptaba la justicia inglesa porque tenía un país que tenía tan buena justicia como ellos".

El ex dictador, que fue despojado en agosto de su inmunidad parlamentaria, enfrenta en Chile 185 querellas criminales.

El mensaje llevó a las lágrimas a participantes en la celebración, realizada por la Fundación Pinochet en un exclusivo restaurante capitalino, cuando narró sus penurias en Londres: "Sufrí padecimientos, penas, en fin, mucha pena en mi corazón. Cuando terminé mi cautiverio regresé a este país que tanto quiero. Mucho he sufrido en mi país, pero todo mi sufrimiento y mi pena se la dedico a Dios para que produzca unidad en este Chile que tanto se quiere".

Pinochet concluyó con una disculpa a sus simpatizantes por haber hecho tan breve el mensaje y les agradeció su apoyo incondicional durante tantos años.