SABADO 25 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť De la Rúa debe reflexionar sobre el mensaje de la huelga: Hugo Moyano
Un muerto, en el segundo día del paro general; 90% de acatamiento
Ť Al terminar la medida de fuerza de 36 horas, gobierno y sindicatos instaron a continuar el diálogo
Ť Buenos Aires no puede cerrarse a la realidad sobre la oposición masiva a su política: De Genaro
Ť Recuerdan líderes al presidente que en el pasado apoyó la acción de las centrales que hoy rechaza
Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 24 de noviembre Ť Con un masivo acatamiento de más de 90 por ciento, de acuerdo con la dirigencia sindical, transcurrió viernes la segunda etapa de la huelga general de 36 horas convocada por las tres centrales sindicales argentinas, jornada en donde hubo un muerto en El Chaco, incidentes aislados, pero menores, y detenciones cuando grupos de trabajadores intentaron impedir la salida de algunos vehículos de transporte de pasajeros, sector en el que el paro fue casi total.
Las principales ciudades del país sudamericano, así como esta capital, se vieron desiertas, y algunos escasos comercios, que abrieron sus puertas en la mañana, cerraron por la tarde.
El servicio de trenes fue paralizado y se produjeron algunos bloqueos carreteros pacíficos. En Mar del Plata y Córdoba, el acatamiento en zonas fabriles y automotrices fue total. En Neuquén, Santa Fe, Corrientes y Salta se realizaron multitudinarias marchas pacíficas.
No hubo servicios de transportes hacia el interior del país y sólo partió 50 por ciento de los vuelos locales. En el Chaco, por su parte, una persona disparó sobre un grupo de piqueteros que cortaban una ruta, matando a un trabajador.
Esta mañana, en la capital se manifestaron trabajadores bancarios para exhortar a sus compañeros que permanecían en las oficinas de los bancos a plegarse al paro general que dos centrales sindicales, la Confederación General del Trabajo (CGT disidente) y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) apoyados por la llamada Corriente Clasista y Combativa, comenzaron ayer al mediodía.
Discutir el modelo económico
Al finalizar la tarde, ambos bandos, el gobierno del presidente Fernando de la Rúa y los sindicalistas instaron al diálogo. Hugo Moyano, secretario general de la CGT disidente, dijo que el gobierno debería reflexionar sobre el mensaje de la sociedad que significó el paro masivo, considerado uno de los más fuertes de los últimos años.
"Si el gobierno entendió esto, esperamos que se abra la discusión sobre el modelo que nos imponen y que ha llevado al país a un retroceso de años. Sabemos que tienen muchas presiones de los poderes internacionales y creemos que con estas medidas se ayuda al gobierno a enfrentar esas presiones y exponer ante esas fuerzas la imposibilidad de ir más lejos de donde ya se ha ido", sostuvo el dirigente sindical.
Agregó: "Esto lo estábamos diciendo en el gobierno anterior. Hay un límite que indica la propia razón sobre hasta dónde se puede llegar, hasta dónde se puede aplastar a un pueblo. Es imposible que se nos pida que resignemos todo, que nos transformemos en mendigos. Eso no hay nadie en el mundo que pueda imponérselo a un pueblo porque es la suma de la mayor violencia que se puede ejercer".
Por su parte Víctor de Genaro, de la CTA, dijo que el presidente puede tener su opinión, pero no puede cerrarse a la realidad sobre la oposición masiva a las medidas que intentan imponerse.
Otros sindicalistas advirtieron sobre el error de algunos funcionarios que trataron de hablar de violencias inexistentes.
"Sacar eso de contexto del tipo de acci ones que son comunes en una huelga y hacerlo aparecer como una conspiración es burdo y lamentable. Se sembró el miedo desde el propio gobierno y de parte de algunos medios que se prestaron para esto", dijo otro dirigente de la CGT disidente.
Moyano tuvo el apoyo del cardenal Raúl Primatesta, quien lo consideró un buen interlocutor con el pueblo a través de un enviado personal que estuvo junto al dirigente en una conferencia de prensa.
Julio Piumato, dirigente de judiciales, quien resultó seriamente herido en una dura represión policial durante las protestas de mayo pasado ante las nuevas reformas laborales y los recortes salariales, criticó al gobierno por lo que denominó "una profunda amnesia", ya que De la Rúa sostuvo hace dos días que "los sindicalistas no le pararon a Menem y ahora me paran a mí".
Se olvidó, afirmó, que "él mismo estaba en los palcos junto a nosotros en las protestas y que con nosotros hicieron los cacerolazos. Todos los que integraron la Alianza y buscaron nuestro apoyo para un programa que ahora sepultaron en el olvido, estaban con nosotros en las protestas y con nosotros repetían este mismo mensaje".
Analistas advirtieron sobre esta otra realidad, referida al comportamiento de algunos medios que sembraron miedos en la población y tergiversaron mensajes, lo que produjo un clima de amenazas y presunta violencia que a todas luces no existía.
"Los organismos financieros envían mensajes muy peligrosos. ƑQuieren una dictadura? ƑQuieren un alzamiento popular? Durante los 10 años de Menem permitieron la más temible corrupción que haya conocido el país porque los beneficiaba, y ahora vienen por más sin importarles lo que suceda a un país entero. Su presión es violencia pura", sostuvo un analista de la CTA
"El gobierno debe cumplir con el programa de la Alianza por el que lo votamos, que es construir un país distinto. Tiene todo un pueblo para pararse frente al FMI como lo han hecho otros", sostuvieron por último los dirigentes que encabezaron la nutrida manifestación en Mar del Plata.