VIERNES 24 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť El dúo González-Solís presenta su disco en el CNA


Fusiones, fruto del maridaje entre el clavecín y la guitarra

Ť Apreciación visual del material a cargo de Maritere Martínez

Angel Vargas Ť Fusiones nace del maridaje entre el clavecín de Agueda González y la guitarra de Oscar Solís. Se trata del primer disco que realiza el dúo y es resultado de un proceso de trabajo que se remonta a 20 años.

Producido de forma independiente, en él se recogen ''dos instrumentos distintos que fluyen en la hermandad de la cuerda tañida" y que, en esta ocasión, hacen un recorrido por las etapas antigua, barroca, clásica y contemporánea de la música.

Su presentación formal ocurrirá este viernes, a las 19:00 horas, en el aula magna José Vasconcelos del Centro Nacional de las fusion Artes (CNA). Se inaugurará, además, una exposición pictórica de Maritere Martínez, quien se encargó de hacer el diseño del álbum y presenta su interpretación visual del mencionado trabajo de los intérpretes.

Cuenta Agueda González que la de Fusiones es una larga historia, cuyos orígenes se remontan a 1979, cuando ella y Oscar Solís emprendieron la iniciativa de formar un dúo, y que tuvo un impasse de 1986 a 1996, debido a compromisos académicos y laborales que los obligaron a tomar caminos diferentes.

No obstante esta situación, el germen del disco estaba ya sembrado. Poco antes de separarse, los músicos habían grabado parte de su material con la RCA, entre ellos el Fandango, de Luigi Bocherini, y las variaciones sobre Guárdame las vacas, de Luis Narváez.

Numerosas, las opciones tímbricas

Diversas circunstancias, como la muerte del productor Pocho Pérez, impidieron que el proyecto se consumara en aquel entonces y no fue sino hasta hace cuatro o cinco años que decidieron retomarlo. Se dieron a la tarea no sólo de recuperar las obras grabadas con la mencionada disquera, sino de integrar nuevo repertorio lo cual implicó hacer varios arreglos y transcripciones, ya que son escasas las creaciones para clavecín y guitarra.

Según la clavecinista y profesora, la selección respondió más a la arbitrariedad de los preferencias personales que a una secuencia o plan estético determinado. Y, a la postre, se conjuntaron siete obras: la Suite española, de Gaspar Sanz; el Concierto en La mayor, de Antonio Vivaldi; el Concierto en La mayor, de Antonio Soler; el Preludio, de Manuel M. Ponce, y la Sonatina, de Ulises Gómez, además de las ya mencionadas.

En el entendido de que ''una fusión es un cambio de estado, de lo que se junta en algo diverso y original", Agueda González enfatiza que la del clavecín y la guitarra presenta momentos en los que los instrumentos parecen fundirse en uno solo:

''No se pueden identificar con facilidad. Lo que se escucha de ellos es una fusión con diferentes niveles de intensidad. También, son muchas las posibilidades tímbricas que tienen en conjunto, porque lo que no puede hacer el clavecín solo, como ir de piano a fuerte, sí lo puede la guitarra, y viceversa. Son instrumentos que se complementan y suenan muy bien".