VIERNES 24 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Luis Javier Garrido Ť
El equipo
El desmantelamiento del sistema presidencialista mexicano habrá de ser una responsabilidad central de la sociedad civil en los próximos meses, pues no es imaginable que este proceso vaya a iniciarse desde la cúspide del poder.
1. Vicente Fox propuso a lo largo de su campaña presidencial terminar con las viejas estructuras de poder, pero las decisiones que ha ido tomando como presidente electo hacen ver que no sólo hay múltiples intereses que se oponen a ello, sino que él mismo no va a aceptar fácilmente ceder algunas de las amplias atribuciones que le confiere el mando constitucional.
2. La cuestión es evidente: a pesar de sus ofertas de promover una reforma constitucional para reducir las facultades tan importantes de que dispone el Ejecutivo mexicano desde 1917, Vicente Fox no lo va a hacer porque se autolimitaría en sus pretensiones de cambiar al país bajo una lógica neoliberal, en particular porque la nueva mayoría PRI-PRD que se ha ido definiendo en ambas Cámaras no votaría la mayor parte de sus iniciativas, en el supuesto de que se fortalecieran los rasgos parlamentarios del régimen mexicano y casi todas las decisiones importantes debiera aprobarlas el Legislativo.
3. ƑCreerá acaso Fox, por ejemplo, que las bancadas priísta y perredista aprobarían los primeros nombres de su gabinete, anunciados hace dos días (22 de noviembre), que confirman la lógica empresarial de su visión del poder y su continuidad, en muchos aspectos, con el salinismo?
4. ƑQué legislador consciente podría aceptar que se entregue la Secretaría de Hacienda y Crédito Público al salinista Francisco Gil Díaz, sólo por ser el recomendado del empresario Roberto Hernández, y que se garantice así el continuismo en el manejo de la política económica?
5. Las decisiones de Vicente Fox al designar a los primeros miembros de su equipo de gobierno han suscitado múltiples críticas, no porque evidencien que no se adoptó la pregonada tesis de "la excelencia" y prefirió a sus cuates de Guanajuato o a los cuates de sus cuates en vez de lo que le recomendaban sus head hunters, sino porque es evidente que la lógica de lucro de los empresarios (que ya estaba presente por otra parte con Salinas y con Zedillo) nada tiene que ver con los principios éticos del servicio público.
6. La transición en México no se dará si no se desmantelan el partido de Estado y el presidencialismo, y el proceso impulsado por la ciudadanía con su voto el 2 de julio no ha tenido secuela, y las primeras decisiones de Estado de Fox se están haciendo al margen de cualquier control: al más puro estilo presidencialista.
7. Al triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas en el Distrito Federal en 1997, los perredistas declararon, una y mil veces, que "la democracia" había ya llegado a la capital, lo cual era inexacto, pues las instancias de gobierno siguieron siendo autoritarias en una entidad sin un estatuto de gobierno democrático. Y ahora Fox insiste, una y otra vez, que la democracia se instauró en México el 2 de julio, lo cual es a todas luces falso, como se ve en los prolegómenos de su gobierno.
8. La democracia no puede invocarse en los mismos términos demagógicos del "antiguo régimen" (que aún no se termina) ni se puede hablar de "transición" (cuando hay más de continuidad que de ruptura) cuando la sociedad sigue tan indefensa frente al autoritarismo como siempre.
9. El país no es una empresa y no saldrá avante si se le pretende conducir bajo los principios autoritarios de la empresa privada.
10. ƑO qué en el poder no se ha escuchado todavía, de manera clara, el reclamo popular?