VIERNES 24 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Busca que designe en asuntos religiosos a una persona cercana a esa Iglesia


Presiona la jerarquía católica a Fox, dicen evangélicos

José Antonio Román Ť La jerarquía eclesiástica "presiona" al presidente electo Vicente Fox para que en el área de las relaciones con las iglesias designe a una persona "cercana" a la Iglesia católica y a sus intereses, denunció ayer la Secretaría de Comunicación Social de Iglesias Cristianas Evangélicas (Secosice).

Asimismo, exigieron al futuro jefe del Ejecutivo un "trato igualitario" para todos los grupos religiosos, ya que el Estado debe ser el garante de que todo individuo pueda expresar libremente su fe y ser respetado por ello. "Este derecho no depende del porcentaje de feligreses que tenga cada grupo religioso", tal como varios obispos católicos lo han expresado erróneamente, en clara señal de que en los hechos buscan privilegios.

Incluso, este derecho, aunque no les guste a los obispos y sacerdotes católicos, contempla no solamente que una persona puede o no profesar una fe, sino también cambiar de religión o creencia.

En conferencia de prensa, donde líderes de diversas iglesias evangélicas fijaron su postura respecto al futuro gobierno y lo que esperan de él en materia religiosa, el reverendo Fernando Marcín, coordinador general de la Secosice, señaló que la libertad religiosa es un derecho humano irrenunciable y éste se ejerce mejor cuando se mantiene una clara y firme separación entre las iglesias y el Estado.

En un amplio documento suscrito por el presbiteriano Abner López, presidente de la Sociedad Bíblica de México; Jorge Lee Galindo, apoderado de la Convención Nacional Bautista; José Masaru Hayasaka y Alma Patricia Elenes Bernal, los representantes evangélicos señalan que las legislaciones y otras acciones gubernamentales que unen a las iglesias con el Estado, son contrarias a los mejores intereses de ambas instituciones y son potencialmente perjudiciales a los derechos humanos.

Integrantes de la mesa de consulta en materia religiosa, convocada por el equipo de transición del presidente electo, los representantes evangélicos señalaron en su documento que el pleno ejercicio del derecho de la libertad religiosa, y la erradicación de la intolerancia y la discriminación por motivos de fe, son esenciales no sólo en un régimen democrático, sino también para promover la paz y la armonía social.

El documento, el cual se hará llegar en breve al presidente electo, junto con la solicitud de una audiencia -tal como la tuvieron recientemente la Conferencia del Episcopado Mexicano-, advierten que la libertad religiosa incluye también la libertad para establecer y operar instituciones educativas o de beneficencia, asistencia social, solicitar o recibir contribuciones financieras voluntarias, y mantener comunicación con los compañeros creyentes en los niveles nacional e internacionales.

"Entendemos que la separación de las iglesias y el Estado significa no tanto una gran distancia entre el gobierno y la iglesia, sino más bien una diferenciación con respecto a las funciones de cada uno. Las iglesias no deben ejercer poderes de gobierno, ni el Estado deberá involucrarse en el apoyo de diversas formas de santa religión civil.

"La verdadera religión no necesita la ayuda del gobierno. Tal ayuda debilita a la religión, especialmente a largo plazo. Ciertamente, diferenciación y separación significa que las iglesias no deben ser parte de la estructura que ejerce el poder político, y el Estado no debe ejercer autoridad religiosa".

Durante la conferencia, tanto el reverendo Marcín como Lee Galindo señalaron tener información de que varios jerarcas católicos pretenden "presionar" al presidente electo para designar como nuevo subsecretario de Asuntos Religiosos a una persona cercana a los obispos del llamado "Club de Roma", encabezado por el cardenal Norberto Rivera Carrera y el obispo Onésimo Cepeda.

Las versiones de que en este cargo pudiera ser designado Javier García Avila han crecido sobre todo en la última semana, luego de alguna "sugerencia" hecha a Vicente Fox por el mismo arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera, y el obispo de la Iglesia ortodoxa, Antonio Chedraui.

Los líderes evangélicos comentaron el "gran trabajo" realizado por la mesa de consulta de asuntos religiosos, a lo largo de casi cuatro meses, en donde se acordó proponer al presidente electo la substitución de la actual subsecretaría de Asuntos Religiosos por un "consejo nacional para la libertad religiosa".

En este mismo sentido, destacaron la apertura mostrada por el doctor Alberto Ortega, coordinador de dicha mesa por parte del equipo de transición foxista, lamentando que debido a "presiones" de uno o varios jerarcas pudiera darse incluso un revés a las aportaciones y propuestas hechas por el numerosos grupo de líderes religiosos que intervinieron en la mesa, en un ejercicio inédito de tolerancia y diálogo.