Ť Un desencuentro de SHCP e Imcine retrasó 6 meses el rodaje de Su Alteza...
Todas mis películas han sido hechas con cojones, indica Felipe Cazals
Ť ''En política nadie dice la verdad ni miente, sólo hace la necesaria ocultación de las verificaciones''
Javier González Rubio Iribarren /II y última Ť Su Alteza Serenísima es también una fantasmagoría. Los tres últimos días de Antonio López de Santa Anna, once veces presidente de México y proclamado emperador, son de encierro y asfixia que, en la visión de Felipe Cazals, una mujer hermosa y dura hasta la muerte, Dolores Tosta, intenta dirigir como una opereta protagonizada por mentiras y mentirosos para que el prócer exhale su último suspiro con la ilusión de que el pueblo lo necesita y lo ama.
''Al final, en la vida de quien tuvo ese poder, aparece la necesidad de dimitir porque ya no se es nadie. Es entonces cuando el afecto de los muy cercanos va a jugar ese juego de fantasmagoría, de engaño. Siempre ha existido. Dolores hace lo que hacen las madres, las esposas, las novias de todos los mexicanos: decir Mi rey, aquí no ha pasado nada. Al llamado de esta mujer todos van a volver a mentir, y en este caso entiendo mentir por jugar políticamente, porque en política nadie dice la verdad ni miente, simplemente realiza la necesaria ocultación de las verificaciones. En eso a México no le gana nadie.
''Dolores es perfectamente consciente de lo que ha sucedido ?como todos?; lo único que quiere es que su marido, esposo, el presidente, el federalista, el centralista, el derrotado, el prohombre muera diciendo aquí me quieren. Lo que hice valió la pena.''
Ese ambiente de encierro maloliente, de los estertores soeces del veracruzano ilustrísimo, es fotografiado por Angel Goded. ''Lo escogí porque no había alternativa. El talento fotográfico encuentra en México un espacio para expresarse. Y en ese sentido, Goded, de ascendencia catalana, es un extraordinario fotógrafo mexicano''.
Tozudez para derribar puertas
Cazals ya tenía productor ejecutivo para Su Alteza Serenísima cuando el proyecto fue aprobado por el Imcine. Pero entonces, Cazals el testarudo y el obstinado, que ya veía a Santa Anna encarnado por Alejandro Parodi, ya obsesionado por ese personaje y sus satélites como esperpentos, habiendo reescrito cuatro veces el guión tuvo que enfrentar nuevos avatares. Se le pospuso la entrega del dinero para la producción. El inicio de la filmación de su filme y de otras películas mexicanas se vio obstaculizado por un desencuentro ?digámoslo como eufemismo? entre la Secretaría de Hacienda y el Imcine. Cazals, tozudo y atravesado, empezó a derrumbar cuanta puerta pudo. Los otros proyectos él los había abandonado por angas o mangas, pero nadie le iba a impedir realizar una película cuyo proyecto había sido aprobado y que él no iba a abandonar. La filmación se retrasó más de seis meses. Cazals tuvo que cambiar de productor y poco paciente que es, lidió con la impaciencia de los actores y de los acreedores con los que había contraído deudas. Hasta que logró volverse a poner tras la cámara.
''Ensayamos durante tres semanas, por secuencias. Como hago el reparto yo mismo, para el tratamiento final del guión escribo de acuerdo al actor que va a interpretar el papel del personaje que he visualizado...''
Además de Parodi como Santa Anna, Pedro Armendáriz está excelente como Austreberto Lavín.
''Alejandro Parodi es Santa Anna, es impresionante. Pedro también es un gran actor. Estoy convencido del talento de los comediantes mexicanos ?hablo de comediantes en el buen sentido genérico del término?. Y cuando ensayas con ellos, como director descubres nuevos elementos en la película que vas a realizar.
''Cualquier director, por experimentado que sea, sólo descubre su película con el desarrollo de la misma. Escribiendo el guión fui encontrando parte de las reflexiones que te he expresado sobre el poder y el personaje, y durante la filmación, el juego mágico que es el cine con los actores me acabó de aclarar muchas cosas que intuía estaban presentes en la historia que yo quería contar. Hoy veo materializadas algunas personificaciones que fueron logradas con el trabajo actoral.''
Felipe Cazals, hoy, lee al poeta Francisco Tario, no deja de leer nunca él, que primero llegó a las letras, que luego pensó en la pintura hasta que finalmente llegó al cine ''porque es más sencillo'', dice quien aprendió a fascinarse por el pasado gracias a Salgari y a los Episodios mexicanos de Guillermo Prieto. Admirador de Rhomer y de Resnais, alumno de Godard, y desde luego de los estadunidenses imponentes como Wilder, Ford y Capra, comenta que los directores jóvenes se interesan poco por el cine anterior a los años setenta y se deslumbran con artificios. Y cree que leen poco y por ello a veces sus historias resultan fallidas.
''No creo que sea indispensable para un director ser un buen lector, pero sin duda le ayudaría mucho. Creo que ahora los jóvenes que quieren dirigir o que lo hacen, en general leen poco.''
?¿Te importa el destino de tus filmes?
?Todas las películas que he hecho me importan. Las he hecho de mi país y en mi país; de él dependo y mi trabajo tiene que ver con él. No creo en las fanfarrias ni en los olvidos. Con que alguien se acuerde de ti algunas veces ya la hiciste.
''Todo el dinero que como subsidio del Estado he recibido a lo largo de 40 años para hacer películas, ha sido bien empleado. Puedo decir, por lo menos, que mis películas han sido hechas con cojones.''