JUEVES 23 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Dick Cheney, candidato a la vicepresidencia, sufrió un ataque cardiaco "leve"
Desconoceríamos posible triunfo de Gore, amenazan republicanos
Ť Acusan al tribunal de Florida de golpe de Estado judicial al autorizar recuento manual de votos
Ť Acudirán a la Suprema Corte de Estados Unidos para cuestionar el proceso de los comicios
Ť El 12 de diciembre deberán designar a los 25 electores que determinarán quién es el presidente
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 22 de noviembre Ť Entre acusaciones de "golpes" de Estado del poder judicial y amenazas de contragolpes, un ataque cardiaco que afectó al candidato republicano a la vicepresidencia, y un viaje de las dos campañas por una montaña rusa de altibajos en torno al recuento manual, el día terminó ante otra corte; la campaña republicana anunció que acudirá a la Suprema Corte de Estados Unidos para cuestionar el procedimiento de esta interminable elección.
Anoche, mientras la campaña del candidato demócrata Al Gore celebraba la decisión de la Suprema Corte de Florida de autorizar el recuento manual de votos en tres condados claves en ese estado del sur -que podrían rescatar las aspiraciones presidenciales de Gore-, los enfurecidos republicanos acusaron al máximo tribunal floridiano de realizar un "golpe de Estado" judicial, y amenazaron con un contragolpe a través de la legislatura estatal, y hasta la federal, para prevenir, si no el recuento, el reconocimiento de un posible triunfo de Al Gore.
"Esto es el equivalente judicial de un golpe militar", afirmó un asesor del candidato republicano George W. Bush al Daily News. Los republicanos acusaron a la corte de imponerse sobre los poderes Legislativo y Ejecutivo para obtener un resultado en favor de Gore. Con ello, advirtieron el contragolpe, señalando que la legislatura estatal de Florida, que está en manos de los republicanos, podría rechazar la dec isión de la Corte y afirmar el triunfo de Bush.
En Washington, el representante Tom DeLay, miembro del grupo de liderazgo de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, fue más severo en expresar la furia de su bancada contra la Suprema Corte de Florida, y amenazó que si Gore llega a ser designado como presidente electo por el colegio electoral, la Cámara utilizará su poder para rechazar ese resultado. O sea, se amenaza con un contragolpe de Estado, pero esta vez por parte del Poder Legislativo.
Mientras tanto, en el campo de batalla judicial, George W. Bush anunció este miércoles que acudirá a la Suprema Corte de Estados Unidos para detener el recuento manual y revertir el fallo de la Suprema Corte de Florida. "La corte reescribió las reglas... después de la elección", acusó Bush, diciendo que esto es injusto.
La celebración de los demócratas por la decisión judicial en Florida fue interrumpida esta mañana con el anuncio de que la junta electoral del condado de Miami-Dade de que suspenderá su recuento manual, bajo el argumento de que no tendrá suficiente tiempo para completar el proceso antes de la hora límite del domingo establecida por la Suprema Corte estatal.
Este es un serio revés para los demócratas, ya que el fallo de la víspera de ese tribunal permitió que el recuento manual en tres condados -Miami-Dade, Broward y Palm Beach- podría proceder y sus resultados ser incorporados al total para determinar el triunfador del voto en este estado, y como consecuencia, el próximo presidente de Estados Unidos, ya que la elección nacional será determinada por el resultado final en Florida.
Todos estos asuntos y conflictos implican más procesos judiciales, más apelaciones, más argumentos legales y maniobras políticas. Pero el tiempo se cierra cada día y se enfrenta la fecha del 12 de diciembre, cuando se debe designar a los 25 "electores" de Florida que formarán parte del famoso Colegio Electoral, el cual sesionará el 18 de diciembre para votar y determinar así al próximo presidente de Estados Unidos. La pugna es sobre quiénes serán esos 25 "electores", los de Bush o los de Gore.
Entre acusaciones de "robo electoral" de los tribunales, amenazas de contragolpes, y con creciente incertidumbre de donde terminará el conflicto, dos semanas después de la elección, sólo faltaba otro drama. El candidato republicano a la vicepresidencia, Dick Cheney, sufrió este día lo que se calificó como un ataque cardiaco "leve" y fue internado en un hospital en esta capital.
El prognosis es positivo y, al parecer, después de una angioplastía, el candidato está descansando y esperando saber, junto con el resto del país, quién llegará a la Casa Blanca. Eso es, si no hay "golpes" de Estado de poderes judiciales u otros.