MIERCOLES 22 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť El país comienza a tener hambre; podría haber tensión social, advierte
México está rezagado en materia alimentaria: Larqué-Saavedra
Ť Recibirá este miércoles el Premio Nacional de Ciencias en el campo de Tecnología
Ť Es necesario apuntalar la investigación agrícola, luego de años de olvido, apunta
Claudia Herrera Beltrán Ť Pionero en estudios sobre el uso de la aspirina para aumentar la productividad de las plantas y de las flores, el científico Alfonso Larqué-Saavedra, que hoy recibirá el Premio Nacional de Ciencias en el campo de Tecnología, advierte que México vive una paradoja en materia alimentaria: es uno de los centros de origen de la agricultura en el mundo, pero es un país que comienza a tener hambre.
''El panorama alimentario es muy delicado. Cuando un pueblo empieza a tener hambre, los resultados los conocemos. No es que sea apocalíptico, pero si no se atiende con cuidado la alimentación de las personas que están en pobreza extrema van a reaccionar y va a haber tensión social'', asegura.
Es la opinión del científico de 52 años, que desde 1998 abandonó el centro del país para radicar en Yucatán y así poder desarrollar sus investigaciones en ciencias agrícolas para beneficio de poblaciones campesinas del sur de México.
Gustoso porque ve en su distinción el interés por ''apuntalar'' la investigación agrícola luego de años de olvido, en los que -señala- se ha preferido importar tecnologías en vez de impulsar las investigaciones nacionales, el biólogo de la UNAM se manifiesta convencido de que los países deben asegurar el derecho a la alimentación de sus pueblos.
En juego, el futuro del país
Con un impresionante currículo de estancias en universidades de Gran Bretaña y Estados Unidos, y de galardones por sus investigaciones en alimentos, el director del Centro de Investigación Científica de Yucatán cree que tanto de la investigación en ciencias agrícolas, como de las leyes que garanticen el derecho a la alimentación, depende el futuro del país.
-ƑQué lugar ocupa la investigación agrícola en México?
-Durante los últimos años la investigación en ciencias agrícolas se ha desestimado, porque se ha preferido comprar tecnologías en otros países que utilizar la que se genera en México. Ojalá nunca se nos olvide que México es uno de los centros de origen de la agricultura y que si alguien sabe hacer agricultura en el mundo son los mexicanos. El problema es que por desconocimiento muchas veces se satanizan las actividades agrícolas y se dice que no se usen plaguicidas y fertilizantes. Pero no hay que perder de vista que tenemos que comer y que debemos hacer investigación orientada a reducir el uso de pesticidas y al mismo tiempo poder alimentarnos.
-En los foros de ciencia y tecnología siempre se menciona que los tecnólogos tienen un papel secundario.
-Este país tiene que reaccionar a lo que está pasando en el mundo. En México los investigadores en ciencias agrícolas nunca se habían preocupado por patentar sus inventos, por eso se hizo mucho trabajo que fue validado por otras agencias. La revolución verde la hicieron muchos científicos mexicanos, pero no hubo agencias nacionales que los estimularan para que patentaran sus conocimientos.
La investigación tiene que dar un giro para que los científicos patenten, capitalicen sus inventos y le den a México los recursos que justifican que la investigación científica tiene un fin, que algo de las ganancias regresen al país. Estamos necesitados de mentes claras que puedan retroalimentar al país con conocimientos y un poco de dinero, comenta.
En este terreno, el científico tiene mucho qué decir. La primera patente que registró fue por sus estudios, pioneros en el mundo, de los efectos de los salicilatos (las aspirinas) en las plantas, y que después de 25 años han dado excelentes resultados. Por ejemplo, ha conseguido aumentar hasta en 70 por ciento la producción de sandía, en 30 por ciento la de cempasúchil, en 40 por ciento la de la flor de petunia y en 30 por ciento la de alfalfa.
El uso de los salicilatos, además de mejorar la productividad de plantas y flores, tiene otras ventajas porque son moléculas que no contaminan, que se consumen en todo el mundo y que son baratas. ''Si se piensa en hacer una revolución verde es con esta molécula'', señala el científico.
Su otra aportación es el desarrollo de técnicas para incrementar la eficiencia del uso de agua agrícola. En Yucatán han trasplantado maíz con una disponibilidad muy baja de agua y se han conseguido muy altas producciones del grano, al grado que en una sola cosecha se obtiene el equivalente a tres.
-ƑPor qué no se registran las patentes?
-No hay tradición de patentar y registrar los conocimientos. Es en los últimos cinco años cuando se ha hecho esfuerzo por patentar, pero antes no era una cuestión importante. Se creía que bastaba con publicar en las revistas, pero el conocimiento tiene valor más allá de la publicación científica.
-ƑCómo estamos en materia alimentaria?
-No le hemos dado la atención que necesita. En foros que hemos organizado con el Consejo Consultivo de Ciencias, se señalaba la trascendencia de que existiera una secretaría que concentrara el tema alimentario, porque en la actualidad este asunto está pulverizado en Comercio y Fomento Industrial, en Medio Ambiente y en Agricultura. Eso es crítico. Creo que también se debería retomar la propuesta de ley, que así como hay un derecho a la educación hubiera otro a la alimentación.
''También estamos atrasados en el tema de la inocuidad alimentaria (para determinar si los alimentos son o no dañinos), siendo que en países como Estados Unidos ya existen leyes. Es muy importante que México reaccione, porque no dudo que enfermedades como el cáncer o la diabetes estén vinculadas con lo que estamos comiendo.
''Hay mucho trabajo qué hacer para saber no sólo qué comemos o cuánto, sino qué contiene lo que comemos. Y como falta alimento porque no tenemos mucha capacidad productiva, importamos, pero no sabemos si lo que nos llega nos hace daño''.
-ƑPor qué es necesario establecer el derecho a la alimentación?
-Es la base para tener un pueblo sano, con sed de superación. Un pueblo que no tiene alimentación buena, no tendrá derecho a la felicidad.
-ƑQué caminos tenemos para superar esto?
-El problema es que hay tierras subutilizadas y no hay una economía agrícola lo suficientemente definida para apostarle a la producción de alimentos. Se paga muy bajo a quien se dedica a la actividad agrícola, por eso hay que replantear una política de costos para que se beneficie al campesino.
-ƑQué futuro alimentario tiene México?
-Es muy delicado. Cuando un pueblo empieza a tener hambre, los resultados los conocemos. Es un panorama negro si no priorizamos que antes que muchas cosas, como Internet, está comer, está el asegurar una buena alimentación a nuestros jóvenes y niños para que sean competitivos. Ya no digamos que vayan a las olimpiadas, sino que tengan otra calidad de vida, posibilidades de apreciar lo que ha hecho la naturaleza, que puedan conocer su país y puedan aprender a leer y a convivir con sus semejantes. Si no se atiende con cuidado la alimentación de estas personas, que están en pobreza extrema, van a reaccionar y no es que sea apocalíptico.
-ƑQué le pasa a un pueblo con hambre?
-Hay muy baja productividad del país, tensión social, reclamos por alimentos o dinero y un deterioro mayor del ambiente, porque muchos de esos pobres se van a lanzar sobre la selva y sobre áreas protegidas. Van a tirar árboles, porque una ceiba que tiran les da más dinero por la venta de la madera que alguna otra opción.
-Al mismo tiempo hay retos de la modernidad, como los trasgénicos.
-Por eso es necesario que se manifiesten los científicos mexicanos, que sean consultados para no aceptar estos materiales. El esfuerzo del Estado mexicano ha sido excelente, porque ya formó una base de científicos, ahora lo que falta es darles el espacio para que opinen.
-ƑPero hay suficientes investigadores agrícolas?
-En México se está formando un nuevo científico agrícola, innovador, cuestionador de lo que pasa en el mundo, altamente capacitado, que valora con métodos cuantitativos, que busca propiciar que los conocimientos puedan llevarse a otro nivel y que no se queden como tecnologías enterradas. Lo único que se necesita es que sea consultado.
LOS GALARDONADOS
El Premio Nacional de Ciencias y Artes 2000 será entregado hoy por el presidente Ernesto Zedillo a siete distinguidos mexicanos. La lingüista de El Colegio de México Margarita Ana María Frenk y Freund fue elegida en el campo de Lingüística y Literatura; el pintor Raúl Anguiano Valadez, en Bellas Artes, y el jurista de la Universidad Nacional Autónoma de México, Fernando Flores García, en Historia, Ciencias Sociales y Filosofía.
De igual forma, los neurocientíficos del Instituto Politécnico Nacional, Jorge Aceves, y de la UNAM, Ranulfo Romo, serán distinguidos en Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales; el científico agrícola del Centro de Investigación Científica de Yucatán, Alfonso Larqué-Saavedra, en Tecnología y Diseño, así como el músico oaxaqueño Joel Wilfrido Flores y la Unión de Danzantes y Voladores de Papantla, en Artes y Tradiciones Populares.
Ante la proximidad del cambio de gobierno, en esta ocasión se adelantó la entrega de esta distinción, considerada el máximo reconocimiento que otorga el gobierno para enaltecer las mejores expresiones de mexicanos de excepción, de gran importancia para la cultura y la ciencia, así como para el desarrollo de la nación.
Los premiados, que acudirán este miércoles a Palacio Nacional, recibirán una medalla de oro Ley 0.9000, un diploma firmado por el Presidente de la República y 350 mil pesos.