MIERCOLES 22 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Cubrir altos intereses no ha beneficiado al país, afirma el organismo
Pagar deuda externa con excedentes del crudo, sugiere la OCDE a Fox
Ť Los pasivos del IPAB deben ser considerados débito público para reducir tasas de interés, dice
Ť Es inminente el sobrecalentamiento de la economía; habrá más cortos, advierte el CEESP
Antonio Catellanos Ť La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) recomendó ayer al gobierno de Vicente Fox --que iniciará el primero de diciembre-- no desbocar el gasto público y utilizar los recursos excedentes provenientes de la venta de petróleo en pagar la deuda externa. Cubrir altos intereses no ha beneficiado al país.
En conferencia de prensa, Gabriela Ramos, directora del centro de la OCDE para México y América Latina, y Benedicte Larre, encargada de estudios sobre México quien habló por vía telefónica, propusieron también que los pasivos del IPAB sean considerados como deuda pública para reducir las tasas de interés. Los rendimientos ahora son muy altos como resultado de 33 meses de política monetaria restrictiva aplicada por el Banco de México.
Esta tendencia deberá mantenerse, pero también ser complementada con una política fiscal restrictiva, a fin de empujar la inflación a la baja, comentaron al dar a conocer las proyecciones económicas de la organización en las que destacan que México tendrá un PIB de 7 por ciento al cierre de diciembre.
Ramos señaló que se prevé que la demanda por parte de Estados Unidos disminuya, mientras los precios del petróleo se estabilicen en un rango relativamente alto. Con ese transfondo, se proyecta una moderación del crecimiento real del producto a un ritmo más sostenible de cerca de 5 por ciento en el 2001 y en el 2002.
La inflación, agregó, deberá continuar a la baja gradualmente al 5 por ciento en el 2002, aunque esta previsión descansa en el supuesto de que el tipo de cambio permanezca constante. No hay duda de que la inflación se encuentra bajo control.
Durante la rueda de prensa la encargada del Centro de la OCDE en México y América Latina subrayó que se prevé para México un "aterrizaje suave" en su economía; el déficit de la cuenta corriente podría ampliarse a 4 por ciento del PIB en el 2002, pero dado que se espera que los flujos de capital de largo plazo continúen con su expansión, su financiamiento no será un problema.
El riesgo mayor está relacionado con una desaceleración de la demanda interna en un contexto de incertidumbre de los principales mercados de exportación de México.
Respecto a una crisis en la economía Argentina y sus repercusiones en México, indicaron que no habrá problemas para México, porque los agentes económicos tienen bien clara la proeycción del país.
Ramos hizo ver que la postura prudente de política fiscal podría no ser suficiente para apoyar el proceso de desinflación, creando riesgos de una apreciación excesiva del tipo de cambio real y una ampliación del déficit de cuenta corriente.
En ese sentido una contracción adicional de la política fiscal parecería necesaria. De ahí la importancia de no posponer más la reforma fiscal integral.
En resumen, dijo, el crecimiento del PIB en este año podría alcanzar 20 por ciento apoyado por la expansión de la economía estadunidense, mientras la fortaleza del peso y las condiciones monetarias restrictivas han respaldado que la inflación se reduzca. El deterioro de la cuenta corriente ha sido limitado por las ganancias de los ingresos petroleros.
Los factores externos este año podrían desvanecerse en el próximo previendo que el PIB logrará un crecimiento mucho más sustentable, cercano al 5 por ciento en los siguientes dos años.
Se espera que la inflación continúe disminuyendo de manera permanente, con una ampliación del déficit de la cuente corriente a cerca de 4 por ciento del PIB en el 2002.
Finalmente, indicaron que para reducir los riesgos de un sobrecalentamiento se requieren acciones monetarias que sean apoyadas por una postura fiscal restrictiva. Como número uno en la lista debe considerarse la reforma fiscal para fortalecer los ingresos presupuestarios y limitar las distorsiones fiscales.
Preocupan "incongruencias" de Hacienda
David Zúñiga Ť El sobrecalentamiento de la economía es inminente y obligará al Banco de México a aplicar más cortos monetarios; sin embargo, como esta medida ha perdido efectividad, recuperar la tendencia descendente de la inflación implicará un trabajo arduo de varios meses, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
La semana pasada el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) dio a conocer que el producto interno bruto (PIB) creció 7 por ciento en el tercer trimestre, con lo cual acumuló 19 meses en ascenso ininterrumpido. Mientras, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público dio a conocer que se logró un superávit de 11 mil 127 millones de pesos, debido a que se captaron 27 mil millones de pesos extra por ventas de petróleo.
Para el CEESP, la economía mexicana no puede soportar estos niveles de crecimiento y el riesgo de un repunte de la inflación es cada vez mayor. Asimismo, al organismo privado le preocupa que Hacienda, en una medida ''incongruente'' con las acciones restrictivas del banco central, haya anunciado que usará los ingresos extra para aumentar el techo del gasto programable.
Otro factor que preocupa al CEESP es el aumento de las alzas de interés, que atribuye no sólo a los cortos, sino también a la indefinición de resultados electorales en Estados Unidos y los problemas económicos en Argentina. En la más reciente subasta, la tasa de interés de los Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes) a 28 días, el indicador líder del mercado, se ubicó en 17.47 por ciento.