DOMINGO 19 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Nuestro equipo funcionaba como una familia, no había políticas, recordó


Los tenistas carecen de humildad: Mario Llamas

Ť El legendario jugador de los años 50 y 60 es ahora instructor del deporte blanco de niños

Abril del Río Ť El legendario Mario Llamas, miembro de una de las más exitosas escuadras nacionales de Copa Davis que en las décadas de los 50 y 60 compartiera con Rafael Pelón Osuna, Antonio Palafox y el jugador capitán Francisco Pancho Contreras, observó que los tenistas de la actualidad requieren de mayor compromiso, humildad y autocrítica para lograr que México vuelva a contar con representantes de alto nivel en el circuito mundial.

"Yo sé que son otros tiempos y es difícil comparar, pero ahora, por más que se habla de la necesidad de unión, vemos que los jugadores no están unidos; uno anda por Estados Unidos, otro en Alemania y otro en Argentina. No se conducen como equipo para enfrentar, no sólo la Copa Davis, sino para desarrollarse en la competencia mundial", lamentó.

Llamas, quien a sus 72 años mantiene el entusiasmo como profesor y jugador de veteranos en deporte al que se entregó para siempre, recordó que "una de las claves, tal vez la más importante de aquel nuestro equipo, era que funcionábamos como una familia; nos tratábamos como hermanos. Ahí no había políticas. O sea, yo siendo campeón nacional y jugador número uno, Pancho me sentaba en la banca. 'Te vas a quedar en la banca; ahora va a jugar él', decía, y yo me preguntaba: 'Ƒpues qué estoy jugando mal, o qué?', pero obedecía; sabía que había que darles oportunidad a todos; no abarcar ni entrar en discordias. Nada de que si no me pones a mí, yo me regreso, como sucede con los de ahora".

Al tiempo que aseguró que "un tenista siempre debe ser autocrítico, y más cuando gane". Llamas hizo otra comparación, al recordar el análisis al que se sometían los miembros de aquel equipo triunfador. "Revisábamos cada aspecto de nuestro juego, y sobre las fallas trabajábamos en las concentraciones con mucha dedicación y tiempo, mientras que ahora, no sé si le dedican el tiempo suficiente y qué tanto trabajen para corregir los errores. Estábamos concentrados en lo que queríamos, no presionados por lo que habríamos de ganar por jugar, aunque se pierda, como hoy, que se ha convertido en el tenis-dólar, como yo le llamo".

Osuna, quien sumó seis campeonatos nacionales y se mantuvo 13 años como integrante del equipo Copa Davis, trataba de evocar toda aquella época de gloria para el tenis mexicano en un momento, y emocionado recordó una de las aventuras con las que dio uno de los saltos hacia el concierto internacional, cuando en 1957, junto con Pancho Contreras, se lanzaron a un torneo en Italia, mediante un crédito para el pasaje de avión y 20 dólares en la bolsa.

"Llegar a Palermo fue todo un logro, y por el cansancio, no por otra cosa, perdimos en la primera ronda. Quedaba el dobles y Pancho era tan obsesivo que me exigía que practicáramos en ese momento. Yo fui muy firme y le dije que debíamos descansar y al día siguiente haríamos todo mejor. Y así fue, porque en los dobles, para los que llegarían Palafox y El Pajarito (Esteban Reyes), que venían de Australia y le ganaron a los campeones europeos, llegamos a la final, así que a partir de ahí nos invitaron a varios torneos más. "Esa es la forma, arriesgar y entregarse", anotó Llamas.