SABADO 18 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Inauguran muestra-homenaje al pintor en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento 

Abrazar las causas sociales es la divisa de Hernández Delgadillo

Ť ''El arte no es un tanque ni un avión de guerra, pero tiene el poder de nutrir las culturas''

Ť La exposición recupera lo mejor de su trayectoria plástica que cubre más de cuatro décadas

 Miryam Audiffred Ť Hace más de cuatro décadas el pintor José Hernández Delgadillo decidió abrazar las causas sociales y utilizar su arte en favor de obreros, campesinos y estudiantes. Dejó de ser habitante de Tepeapulco, Hidalgo ?sitio en el que nació hace 72 años? y se volvió un ser universal, un hombre digno de residir en cualquier rincón del mundo. Creó 170 murales en todo el país, en Estados delgadillo1Unidos, Costa Rica y Canadá y no obstante que hoy tiene que luchar contra una enfermedad, su espíritu combativo no ha mermado. Hoy, el Gobierno del DF, el Instituto de Cultura de la Ciudad de México, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y otras instituciones le brindarán un homenaje en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, donde será inaugurada una muestra que recupera lo mejor de su trayectoria plástica.

El artista promete asistir. Para él, este reconocimiento es una oportunidad de refrendar el compromiso que adquirió hace tiempo con los sectores populares. ''Estoy entregando una herencia artística a mi país", se trata de un legado que no permitirá el olvido de la injusticia, la explotación y el dogmatismo.

Y es que para este creador, maestro en la improvisación, ''el arte hace naciones".

En sus palabras, la actividad artística debe ser solidaria con los anhelos del pensamiento revolucionario, en el más amplio sentido de la palabra, y mantenerse en el extremo contrario del mercado, la especulación, la explotación y la vulgaridad.

''El arte es el elemento transformador y dignificador del fenómeno de la existencia ?aclara el muralista?. Es una de las actividades en las que el hombre es capaz de ejercitar el grado más alto de libertad. Yo lo concibo cerca del ocurrir cotidiano, desmitificado y al servicio de la comunidad como medio de comunicación, de conocimiento y de vida".

Autor de obras como Contradicciones, Lucha campesina y El hombre nuevo ?hacia el futuro? Hernández Delgadillo nunca ha censurado su pincel ni su brocha: capturó el desastre provocado por el terremoto de 1985 y los levantamientos rurales de los últimos tiempos en Oaxaca, Hidalgo y Morelos. También se ha dado tiempo para ilustrar libros tan diversos como el poemario artesanal Los poetas rebeldes de México, Desde los siglos del maíz rebelde o Motivos para la danza.

En fin, la creación ha sido su proyecto de vida gracias a la convicción de que ''el arte ayuda a cambiar" la situación de un país. ''No es un tanque ni un avión de guerra y, sin embargo, tiene el poder de transformar la historia y de mantener con vida las culturas de una nación. Y además tiene un enemigo: la ignorancia".

Desnudar la historia reciente del país

Valeroso y congruente, José Hernández Delgadillo recuerda que no da consejos pues cada quien tiene la obligación y la responsabilidad de definir su vida. ''Lo único que podemos hacer con los jóvenes artistas es dejarlos crear con una enorme libertad de expresión y de temática", dice este hombre que en su larga carrera ha visto desaparecer muchas de sus creaciones. ''Por las condiciones materiales de los muros, pero principalmente por el contenido sociopolítico de mi obra mural, una buena parte de mi trabajo está destruido. Las que siguen en la vía pública lo están porque los sectores y el pueblo las consideran su patrimonio".

Mucho se ha escrito sobre el trabajo de este artista que confiesa estar ''fuertemente" influido por el quehacer del muralista José Clemente Orozco. Al respecto, el crítico Antonio Rodríguez ha señalado que ''la obra de José Hernández Delgadillo constituye un ejemplo claro de cómo se puede realizar un arte digno de las inquietudes contemporáneas de la plástica, sin necesidad de recurrir al aislamiento, cada vez más desacreditado, en una torre de marfil".

Sus obras ?sostiene el especialista Alan Barnett? ''invitan impunemente a la agitación. Parecen anuncios espectaculares o carteles enormes con su color fuerte, plano y sobrio".

Rudas y críticas, así son todas las piezas mostradas en la exposición-homenaje a José Hernández Delgadillo que culminará el 4 de diciembre.

De acuerdo con Francisco Hernández, hijo del artista, la muestra abarca dos periodos de creación ?los años sesenta y noventa? mediante casi 50 obras entre litografías, serigrafías y murales transportables.

Piezas como Día negro, Catarsis, Libertad encarcelada, Neurosis del temor, Las fuerzas de la guerra y de la paz y Conciliábulo y lucha quedarán al descubierto como testimonio de una época todavía inconclusa. El acrílico sobre tela titulado Hombres con el que obtuvo, en 1961, el Premio de la Bienal Internacional de Jóvenes de París regresa ?a solicitud expresa de la familia? de la Embajada de México en Egipto, donde permaneció 25 años. ''Pediremos que ya no salga del país y siga en exhibición porque, por desgracia, hablamos de un artista embodegado en su patria, debido a sus posturas políticas", comenta Francisco.

La obra de Hernández Delgadillo es parte del acervo de los museos de Arte Moderno de México, de París y de Phoenix, Arizona. Un recinto lleva su nombre en Cuernavaca, Morelos, y ahora su quehacer se yergue una vez más en la capital para desnudar la historia reciente del país con sus luchas, huelgas, tomas de tierra y movilizaciones populares.

(José Hernández Delgadillo. Homenaje-exposición se inaugura hoy, a las 12:00 horas, en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, ubicado en Plaza de la Constitución 2, Centro Histórico)