VIERNES 17 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Su nuevo sueño es ser el mejor marchista mexicano, asegura
No se debe vivir del recuerdo de la medalla: Sánchez
Ť Debe exigirse ayuda para quienes se inician en el deporte, señala el ganador del bronce en JO
Jorge Sepúlveda Marín Ť El medallista olímpico en los 50 kilómetros de marcha, Joel Sánchez, admite que las última semanas de su vida se ha dado cuenta que "si en el medio deportivo eres negociable te echan la mano; si no, ni caso te hacen", pues si antes poca gente le ayudaba, ahora salen y salen ofertas porque lo quieren ver en diversas instalaciones educativas y en otros programas para comercializarlo.
"Si todo esto me lo hubieran ofrecido antes mi vida hubiera sido muy diferente. Pero ahora, en vez de estudiar una licenciatura, por ejemplo, me conformaré con algunos cursos", ya que se dio cuenta de que la medalla olímpica le ha pegado más a las hijas que a él mismo, por lo que deberá ponerles mayor atención.
Comenta que ante la eventualidad de no saber qué pasará en el futuro, "lo mejor que uno debe hacer es seguir trabajando para mantenerse en el lugar obtenido y superarse cada vez más.
"Creo que allegarse recursos cada vez será más difícil, sobre todo porque los nuevos marchistas vienen pegando fuerte y si nos descuidamos nos pueden echar fuera", sostiene.
Y por eso mismo, añade, nos hace falta que quienes ya llegamos a la cima no sólo peleemos por nosotros mismos, sino por los que vienen detrás, para que no tengan que limosnear las ayudas o tocar todas las puertas, sino que se les entreguen con antelación porque son promesas seguras.
-Luego de la medalla olímpica largamente soñada, ahora Ƒqué te quita el sueño. Acaso mejorar el récord mundial?
-La verdad es que sí. Pero no sólo un récord. Quiero ser el mejor marchista de México y luego del mundo, porque si te das cuenta, Raúl González implantó una marca (3:41.38 horas en Berger, Noruega en 1979) que está cabrona, tanto, que nadie la ha superado hasta ahora.
Es por eso que el andarín decidió, ante la falta de pruebas en 50 kilómetros, que se preparará en los 20, al lado de Noé Hernández, porque será una muy buena forma de entrenar en una distancia diferente, para obtener más fuerza y un par de meses ante del Campeonato del Mundo de Atletismo de agosto del 2001, regresar a los 50 para soportar la distancia completa y buscar el mejor cronometraje.
Joel señala que luego de la medalla olímpica y de dar cuenta de sus conocimientos fue ascendido en el Ejército al grado de subteniente, por lo que ahora tiene más compromiso, pues se ha convertido en un ejemplo para sus compañeros y no debe decepcionarlos.
El andarín recuerda que, pese a la fama y a las invitaciones a todas partes, ahora su vida transcurre con más calma, porque luego de obtener su medalla olímpica se siente sin mayores compromisos en el terreno deportivo.
Sin embargo, le gustaría volver a "gozar la competencia como lo hice en Sydney, ya que desde el kilómetro 44 sabía que nadie me podía alcanzar, aunque tampoco podía irme por el oro -tenía ya dos amonestaciones-, por eso decidí disfrutar, sentirme ganador. Y ya viste, no pensé que fuera tan fácil".