VIERNES 17 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Los neoliberales todo lo quieren traducir a costo-beneficio: Mauricio Fortes
Defienden la función social de la universidad pública
Claudia Herrera Beltrán y María Esther Ibarra Ť El científico Mauricio Fortes consideró que las universidades públicas están siendo objeto de críticas muy severas y de un trato injusto cuando se les exige demostrar su "costo-beneficio". Por eso pidió que no se les compare con universidades privadas del estilo del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, porque tienen objetivos muy distintos.
En tanto, estudiosos del sistema universitario del país dijeron que no es sorprendente que el Banco Mundial (BM) insista en que las universidades públicas cobren cuotas, pero consideraron una falta de "sensibilidad" y "desconocimiento" de la situación política del país que el jefe del Grupo de Educación para América Latina y el Caribe de ese organismo financiero, Jamil Salmi, haya criticado que en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) los estudiantes no paguen colegiaturas.
Fortes, también presidente del Consejo de Participación Social en la Educación, habló a título personal: "Me preocupa mucho y me parece muy injusto que no se reconozca el papel que las universidades públicas han hecho históricamente en el país".
El prestigiado científico del Instituto de Física de la UNAM señaló que el lenguaje neoliberal todo lo quiere traducir a "costo-beneficio", como si la cultura, los valores y la visión social que representan las universidades públicas pudieran medirse con parámetros "inmediatistas".
En ese sentido, rechazó que a la UNAM se le dé un presupuesto con criterios como el gasto por alumno, porque "además de dar educación, la universidad tiene una sinfónica nacional, unos diez museos, un equipo de futbol americano, canchas deportivas, instalaciones que son las mejores de América Latina, una biblioteca nacional que sirve a todo el país, un observatorio nacional...".
Por eso, consideró "desafortunado" comparar a la universidad pública con la privada. "El Tec de Monterrey es una excelente universidad, por ejemplo, pero sus objetivos son diferentes a los de las universidades públicas", ya que no realiza investigación como en la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Autónoma Metropolitana.
Por su parte, expertos en educación desestimaron que las autoridades de la máxima casa de estudios hagan eco del planteamiento del funcionario del BM, para tocar nuevamente el tema de incremento o actualización de las cuotas vigentes en la UNAM. Aunque, resaltaron, el problema no es que los banqueros hagan recomendaciones, sino que las autoridades educativas del país las asuman.
El pasado lunes, durante una conferencia con académicos de la Universidad Iberoamericana, Jamil Salmi, expresó que México "no ha superado el mito de la gratuidad" y consideró injustificado que la UNAM no cobre cuotas cuando otras universidades públicas sí lo hacen.
Criticaron lo anterior, en entrevistas por separado, Roberto Rodríguez, investigador del Centro de Estudios sobre la Universidad (UNAM), así como Guillermo Villaseñor y Hugo Aboites, investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Xochimilco.
"Es una insensibilidad a la realidad política de la UNAM, que ha enfrentado conflictos estudiantiles cada vez que se ha tratado de aumentar las cuotas, además de que pasa por alto que en países con distinto grado de desarrollo, como Francia, Brasil y Argentina, la educación es gratuita", enfatizó Roberto Rodríguez.
En su opinión, en la UNAM el tema de las cuotas es un problema "secundario" frente a otros de mayor envergadura, como es que la institución confirme el liderazgo académico que se ha planteado. Por eso, resaltó, "no creo que las autoridades universitarias vuelvan sobre ese tema que siempre se ha topado con la inconformdiad estudiantil".
Descartó que la declaración de Salmi pueda implicar que el BM busque desaparecer la gratuidad educativa en México, particularmente la de nivel superior. "Esa es una posición que ha venido sosteniendo desde hace mucho tiempo, y no es nueva, aunque sí revela insensibilidad que ahora saque el tema, ante el problema por el que pasó la universidad", acotó.
Guillermo Villaseñor y Hugo Aboites subrayaron la falta de conocimiento de Salmi para haber planteado el cobro de cuotas en la UNAM, y señalaron algunas posibles consecuencias.
Villaseñor externó que el riesgo de insistir sobre un incremento de cuotas en la UNAM repercutiría para que otras universidades públicas puedan continuar aumentándolas o bien que los estudiantes no protesten. Agregó: "Detrás del cobro de cuotas, finalmente, está la intención del BM de ir desacelerando la gratuidad, bajo el argumento de la llamada corresponsabilidad, de que los alumnos contribuyan a los costos de su educación, o se implemente un sistema de becas-crédito".
Aboites explicó: "El meollo del asunto es que la ANUIES ya ha planteado en su documento sobre la transformación de la educación superior que el Legislativo revise el tercero constitucional en lo referente a la gratuidad educativa. Ese es el problema, no tanto que el BM aborde el tema, sino que las autoridades educativas del país asumen sus directrices".
No obstante, señaló que ese organismo tiene como política acabar con la gratuidad educativa en los países en vías de desarrollo por dos motivos básicos: uno, adelgazar las funciones del Estado en materia social y no destine recursos a la educación y ésta sea un servicio en manos de la iniciativa privada, y dos, que los gobiernos estén en capacidad de garantizar financiamientos para otros rubros que, desde la óptica del banqueros internacionales, son más redituables.c