VIERNES 17 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Sin acceso a la educación, 20 millones de menores
Situación de la niñez, prioridad en la Cumbre Iberoamericana
Ť Se insistirá a EU para que retire el bloqueo económico a Cuba
Ť Comenzaron los trabajos, a nivel ministerial, de los 23 países
David Aponte, enviado, y Fernando Martínez, corresponsal, Panamá, 16 de noviembre Ť La precaria situación que padecen millones de niños y adolescentes latinoamericanos marca los trabajos de la décima Cumbre Iberoamericana que comenzó hoy en el ámbito ministerial. El proyecto de declaración final incluye medidas en contra de este fenómeno, así como un mensaje para fortalecer la democracia en la región.
El documento que será firmado por los presidentes de los países de América Latina y los jefes de gobierno de España y Portugal -con excepción de Perú, Venezuela y Nicaragua, por no asistir- incluirá, como todos los años, una solicitud a Estados Unidos para que levante el bloqueo económico impuesto contra Cuba, y un exhorto para defensa y promoción de los derechos humanos.
A propuesta de la presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, la edición 10 de la Cumbre Iberoamericana dedica sus trabajos a la difícil situación de millones de niños y adolescentes latinoamericanos. El lema del encuentro de los jefes de Estado y de gobierno de los países de América Latina, España y Portugal es Unidos por la Niñez y la Adolescencia, Base de la Justicia y la Equidad en el Nuevo Milenio.
De acuerdo con estadísticas regionales, 500 mil infantes mueren cada año a causa de enfermedades prevenibles, males de la pobreza, y 20 millones no tienen acceso a la educación.
El Fondo de la Organización de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) considera que de la población total de menores en la región, calculada en 200 millones, más de 100 millones viven en la pobreza y 20 millones trabajan para sobrevivir.
Las delegaciones de Brasil, Costa Rica y México presentaron a los cancilleres una iniciativa para crear un "paquete compensatorio" que permita subsi- diar o ayudar económicamente a las familias más pobres del continente, con el compromiso de que los menores de edad acudan a la escuela.
Los representantes cubanos despliegan su labor diplomática para que la Cumbre de Panamá haga un "examen serio, riguroso y crítico" de las consecuencias del neoliberalismo en las condiciones de vida de los niños y adolescentes de la región y, en particular, de los efectos ocasionados por las medidas de ajuste "impuestas por los organismos financieros internacionales en la última década".
En la última participación en este foro, el presidente Ernesto Zedillo expondrá los avances registrados por México en cumplimiento de los objetivos establecidos en la Cumbre Mundial de la Infancia celebrada en septiembre de 1990, explicaron fuentes diplomáticas.
Los representantes mexicanos pretenden que la Cumbre Iberoamericana apruebe políticas en favor de la infancia. La reunión permitirá intercambiar experiencias sobre el diseño de programas nacionales que favorezcan la situación de los niños y adolescentes, señalaron.
Esta noche el canciller panameño, José Miguel Alemán, informó que "no estarán en Panamá, por razones de última hora, los presidentes de Nicaragua (Arnoldo Alemán), y de Perú (Alberto Fujimori)"; la cancelación del viaje de este último se produjo en momentos en que en Lima circulan insistentes rumores sobre una eventual renuncia a su cargo.
Poco después, el jefe de la diplomacia panameña anunció que también estará ausente en este encuentro el gobernante venezolano, Hugo Chávez, debido a las intensas lluvias que afectan gran parte de su país
La pasada edición realizada en La Habana propuso cinco iniciativas de cooperación para la infancia: derecho al nombre y nacionalidad; educación temprana (inicial y preescolar); mortalidad materna; vigilancia participativa del cumplimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño, y apoyo integral a la familia.
Más allá del tema central de la reunión, el fantasma de la crisis electoral en Estados Unidos y los efectos en los mercados financieros acompañan los trabajos diplomáticos y la atención de los medios de comunicación de la nación anfitriona.
La víspera del encuentro presidencial -programado para viernes y sábado- las actividades quedaron semiparalizadas este jueves en Panamá con la suspensión de clases en las escuelas.
El gobierno decretó día feriado para el viernes como medida de seguridad para la décima Cumbre Iberoamericana. La presidenta Moscoso ordenó la suspensión de labores en todas las oficinas públicas y municipales de la capital para "permitir que la mayoría pueda participar de los actos y celebraciones de tan magno evento".
Y mientras continúan los preparativos en el Centro de Convenciones Atlapa, donde tendrá lugar el encuentro de los jefes de Estado y de gobierno, y las autoridades adoptan las medidas de seguridad para los asistentes, entre ellos el presidente Fidel Castro y el rey Juan Carlos, de España, organizaciones populares han amagado con realizar actos de protesta contra el gobierno panameño por las actuales políticas económicas.
Moscoso opinó que le da "lástima" que algunos grupos propongan manifestaciones callejeras, en momentos en que la nación debe lucir su mejor rostro.
Representantes de grupos de exiliados cubanos han programado actos de protesta para este fin de semana por la asistencia de Castro a esta cumbre. Los grupos, como Hermanos al Rescate, el Movimiento Insurrecto Revolucionario y el Colegio Médico en el Exilio, han organizado una misa y una vigilia en la iglesia del Carmen, en la zona más céntrica de la capital, en la cual participarán unos 500 ciudadanos estadunidenses.
Sin embargo, el ministro de Gobierno y Justicia de Panamá, Winston Spadafora, advirtió que las autoridades locales no permitirán la realización de manifestaciones porque las leyes prohíben que los extranjeros se involucren en actos políticos nacionales.
Más de 2 mil policías resguardarán la seguridad en la zona aledaña al Centro de Convenciones Atlapa. Los efectivos, algunos pertenecientes a cuerpos de elite, utilizarán perros amaestrados y detectores de metales.