JUEVES 16 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Teresa del Conde Ť
Un falso conflicto
El miércoles 15, Merry Mac Masters publica dos notas en esta sección. Ambas me involucran. Me congratulo de que el mayor espacio se lo haya llevado la referida a Manuel Alvarez Bravo, cuyo homenaje rotativo, pero de carácter permanente (esperamos que la moción se conserve) se inició con esa fecha en el Museo de Arte Moderno. La segunda nota se refiere a un falso conflicto que espero se aclare con la aparición de mi texto sobre En Bas, el magnífico y valiente relato de Leonora Carrington. Mi escrito en primera versión sale a la luz sin editar y sin corregir en lo más mínimo.
Leonora (parece que a señalización de uno de sus hijos, pero no me consta) decidió abandonar el auditorio del Museo Tamayo unos diez minutos antes de que yo concluyera mi ponencia. La siguieron distinguidas y elegantes damas. Yo proseguí, no sin antes advertir que continuaba porque buena parte del público permaneció escuchando. Nada tengo en contra de la actitud de Leonora, ella está por encima de todo. Es una de nuestras grandes creadoras.
Pero me llama la atención que su hijo Pablo Weisz (ha sido amigo mío y es médico, aunque también de un tiempo a la fecha es pintor neo-surrealista) me haya dicho lo siguiente: ''Tu interpretación de la pintura indica que no sabes nada de pintura". Pero yo ni siquiera una vez pronuncié la palabra pintura, ni ''psicoanalice" a nadie. Me limité a hacer lo que Lourdes Andrade (su comportamiento fue extraño en esta ocasión) me solicitó. No se trató, como Lourdes comentó a Mac Masters, de una sugerencia, sino de un encargo temático: ''Nadie más indicado que tú para comentar y analizar En Bas, que trata de la locura". Afortunadamente hay evidencias escritas. Creo que el encargo se debe a que ella cree que el surrealismo me es ajeno, pero dejemos eso. Andrade, según las palabras recogidas por Mac Masters, habló de ''un descuartizamiento de la psique de Leonora". Comprendo la atención flotante por parte de Andrade, y por eso disculpo su frase. Porque nunca hablé de la psique de Leonora, sino de las condiciones que produjeron el extraordinario relato memorioso, que comparé con otros trozos literarios de grandes creadores, como Blake y Emily Dickinson.
Las personas que me conocen saben que me ocupo de eso con bastante persistencia: Orozco (José Clemente), Frida Kahlo, Francis Bacon, Robert Motherwell, Rufino Tamayo, Van Gogh, Maurice Maeterlinck, Münch, Remedios Varo, etcétera, y por supuesto Sigmund Freud (con sentido crítico) han sido objeto de mis estudios. Pude haberme ahorrado bastantes horas de trabajo invertidas en esa ponencia considerada por algunas personas (conocedoras) un escrito serio, bien documentado e interesante. Y por otras, no digo por cuáles, "una imbecilidad". Menos mal que no invertí tiempo en balde, porque me entero en este momento que ya hasta está publicado, debido a la gestión de Cristina Gálvez (con anuencia mía). En todas formas se incluirá reunido junto con otros ensayos en un libro que según mis editores aparecerá el año próximo sobre Arte y Psique. De modo que, agradezco a Lourdes Andrade el encargo del que fueron testigos Cristina Gálvez y Mónica Mayer.
Aclaro que tengo no menos de cinco ensayos publicados sobre Leonora Carrington, mismos que -por cierto- fueron muy elogiados por sus dos hijos, el PH.D. Gaby y el M.D. Pablo. Ellos de manera sorprendente parecieran desconocer un hecho que es fundamental: En Bas es una memoria, redactada inicialmente en francés, publicada en varios idiomas, que cuenta con no pocas reediciones, por supuesto también en el nuestro. Es un texto valiosísimo, no me cansaré de decirlo. Y no soy la única ''especialista" (aunque sea en ''imbecilidad") que lo ha tomado en cuenta. Me complace aquí recordar ahora el espléndido análisis-reportaje de Adriana Guadarrama, publicado en Doble Jornada a finales de 1988, o el de Martika Sawyn.
Guadarrama leyó la versión italiana de En Bas, se basó en Giú in fondo, publicada por la famosa casa editorial Adelphi. La primera publicación del texto en México, en traducción nada menos que del poeta César Moro, apareció en Siempre! y es de 1974, después se publicó en forma de libro. Hay varias reimpresiones.
Lamento que la cultura psiquiátrica y psicoanalítica sea tan extremadamente pobre en nuestro país, sobre todo en determinadas clases sociales que son las únicas en considerar que la palabra ''locura" o el término ''brote sicótico" son un estigma. Lo digo porque la psiquiatría y el psicoanálisis no tratan problemas ''de hemorroides", sino que se ocupan de las más finas operaciones mentales. No es al acaso que el Premio Nacional de Ciencias de este año le haya sido otorgado a un especialista en funcionamiento cerebral. Me congratulo inmensamente de que así haya sido, y desde aquí lo felicito, igual que a Leonora Carrington por la distinción merecida.