JUEVES 16 DE NOVIEMBRE DE 2000

 

Ť Octavio Rodríguez Araujo Ť

Chiapas en el cambio de gobierno

Hace seis años el presidente Zedillo aceptó e hizo suya la estrategia militar de contrainsurgencia en Chiapas. Para guardar las formas se expidió la ley que "garantizaba" al EZLN su existencia en una lógica de diálogo con el gobierno, que si bien está suspendido no se ha roto formalmente. Ambas formas, la contrainsurgente y la de garantías para los zapatistas (que no para otros grupos guerrilleros), se inclinaron con el tiempo a favor del cerco, el terror, el enfrentamiento entre comunidades, los desplazamientos forzados, la violación de los derechos humanos, matanzas (Acteal de manera sobresaliente) y, desde luego, la militarización de grupos civiles (priístas en su mayoría) conocidos como paramilitares.

El gobierno de Zedillo, el Ejército Mexicano y el gobierno de Chiapas negaron sistemáticamente que hubiera grupos paramilitares, a pesar de las evidencias mostradas en diversos foros, incluso en el Senado de la República. De golpe, a unos días de terminar su gobierno, se reconoce la existencia de esos grupos ampliamente denunciados y, para sorpresa de todos, se instrumentó un operativo para combatirlos, prevenir sus acciones y desarmarlos con el fin de garantizar la paz en Chiapas y de hacer que se cumpla la ley. Intervino la Procuraduría General de la República, ahora sin la famosa coadyuvancia del Ejército (como ocurrió después del 8 de febrero de 1995), y tuvieron que frenar el operativo, supuestamente para evitar mayores derramamientos de sangre e inestabilidad. Frankenstein no pudo con su propia creación, es la paradoja hasta el momento.

Santiago Creel, próximo secretario de Gobernación, nos ha explicado, elípticamente y en una breve oración, por qué se llevó a cabo el operativo del 12 de noviembre en Los Chorros, municipio de Chenalhó. Dijo, según nota de Víctor Ballinas en este diario, que el envío de judiciales "es algo que le toca decidir al gobierno en turno", es decir, al gobierno que auspició la formación de los grupos paramilitares como parte de la estrategia de contrainsurgencia en Chiapas. ƑY por qué a este gobierno y no al próximo? Porque parte de los acuerdos entre Fox y Zedillo para tratar de reinstaurar la paz con justicia y dignidad y restablecer el diálogo con el EZLN tiene que comenzar por el desarme de los grupos paramilitares y su consecuente castigo legal. De otra manera no habría señales para, por lo menos, romper el prudente y sabio silencio de los zapatistas, rompimiento necesario para dialogar.

Se sobrentiende que antes del primero de diciembre, y especialmente antes del 8 del mismo mes (tomas de posesión de Fox y de Salazar Mendiguchía, respectivamente), los grupos paramilitares deberán estar desarmados (y quizá sujetos a juicio) y que en esos días, por orden del comandante supremo de las fuerzas armadas, el Ejército deberá regresar a las posiciones por lo menos anteriores al 9 de febrero de 1995. ƑSerá?

Con independencia de las intenciones de Fox para Chiapas, incluso para favorecer a los grupos que ha invitado a invertir en ese estado, grupos que no necesariamente serían compatibles con los intereses económicos tradicionales (ganaderos, finqueros, auténticos coletos, etcétera), lo cierto es que el llamado conflicto inaugurado por el EZLN en 1994 tiene que resolverse en corto plazo. Y esta solución no puede ser mediante la misma guerra de contrainsurgencia iniciada por Zedillo (que por cierto no ha tenido éxito), ni con dádivas o acciones madreteresianas, sino precisamente con una nueva estrategia que, en la lógica y en el tiempo, tendría que comenzar por la desaparición de los grupos paramilitares, la negociación con las facciones parlamentarias para que acepten la propuesta de ley de la Cocopa y que se apruebe el reconocimiento, por lo mismo, de los acuerdos de San Andrés y, por supuesto, la desmilitarización del estado. Todo esto como condición necesaria para reanudar el diálogo con el EZLN y a partir de aquél construir una paz duradera, digna y justa para todos en Chiapas. No se ve otra salida. ƑLo entenderán así Fox, Creel y quien resulte secretario de Defensa?