Ť Definitivamente vendré a México en marzo a tocar, afirma el guitarrista
Quizá meta rumbas o mariachis en mi próximo disco: Mark Knopfler
Ť Presentó en nuestro país su segundo material sin Dire Straits: Sailing to Philadelphia
Jorge Caballero Ť El excelente guitarrista, compositor, cineasta y ex líder de la banda Dire Straits, Mark Knopfler, sintetiza 20 años de carrera como músico vanguardista en su segundo álbum como solista: Sailing to Philadelphia; aunque todavía no se desprende del sonido de su banda, la producción tiene un toque de héroe local, la guitarra distintiva y su voz inconfundible/característica; con su elegancia inglesa Knopfler menciona: "Cuando escucho a Brian Ferry siempre lo asocio con Roxi Music, pero sí pienso a Mark Knopfler sin Dire Straits".
En esta producción se hace acompañar de los músicos: Van Morrison en la canción The last laugh; con James Taylor en el corte homónimo del disco, y de Glenn Tilbrook y Chris Difford en Silverton blues. Mezcla/resume la herencia musical de Inglaterra y Estados Unidos en los últimos 20 años, pero dándole un sonido contemporáneo. Además adelantó: "Definitivamente vendré a México en marzo a tocar".
-¿De dónde viene el título del disco?
-Eso es muy aburrido, pero lo contaré. Casi todas las canciones hablan sobre la aspiración, la perseverancia y la determinación, vino de un libro que estaba leyendo: Mason y Dixon, de Thomas Pynchon, que habla de una historia épica del siglo XVIII sobre unos exploradores. En ese tiempo frecuentaba Estados Unidos y siempre cambiaba de avión en Philadelphia; su aeropuerto está lleno de antenas y terminales; y viví la colisión entre las cosas que suceden ahí y lo que estaba viviendo. Quedaron muchas canciones fuera y como no me gustan los discos dobles tuve que escoger las que están. No soy de los que se la pasan escuchando los discos que hicieron antes.
Después agrega: ''Tardé tres años en hacer esta producción porque me distraigo muy fácil; hice cuatro películas en este tiempo, encuentro historias buenas, las filmo y musicalizo''.
A continuación llegó la pregunta obligada: ¿Qué pasó con Dire Straits?; sobrio responde: ''Después de las largas giras, lo que menos quieres es seguir haciendo eso; pero de vez en cuando nos reunimos para beber una cerveza y platicar". Luego se queda pensando y el maestro agrega: "Realmente me gusta hacer en lo que estoy metido; este disco tiene muchas canciones con distintas voces de hombres y mujeres, para dar diferentes tonos. Siempre he sido muy flexible; si me dan ganas quizás meta mariachis, rumba o bolero en mi próximo disco".
-¿Si volvieras a escribir Nothing for nothing, qué le quitaría o qué le agregaría?
-En esa canción el que canta es un personaje; ironiza sobre la gente que aprende a tocar para ganar dinero y salir en MTV, cosa que no sé hacer; pero hay mucha gente que conoce la música por MTV; esa letra también fue un ejemplo para que el público se de cuenta de que no es fácil sacar un disco o tomar una guitarra y tocarla. La letra la dejaría tal cual; pero les prometo que el próximo álbum será bailable y tendrá bailarinas.
-¿Qué características debe reunir una guitarra para que Mark Knopfler la toque?
-Pienso que lo mejor es unir lo mejor de las guitarras de antes con la tecnología actual. Tengo una Gibson de 1958, una Fender de 1961 y una Stratockaster de 1954, con éstas y nuevas toco.
-¿Qué opinas de bandas como Limp Bizquit, Blink 182...?
-¡Son maravillosas! ¡Fantásticas! Si yo fuera joven haría una banda antisocial como esas. Mi hijo de 13 años las escucha igual a que a Frank Zappa
-¿Qué conoces de nuestro país?
-Es la segunda vez que visito México. En 1976 vine literalmente en la cola de un avión; visité Tepoztlán, volví a los Estados Unidos, precisamente al aeropuerto de Philadelphia; fue un viaje muy importante porque cuando regresé al Reino Unido tomé la determinación de formar una banda.
Por último el maestro Mark Knopfler, que participó en un concierto para la liberación de Nelson Mandela, habla sobre las causas filantrópicas: "Me parece bueno que no sólo se luche por la condonación de la deuda externa de los países del Tercer Mundo, sino toda la labor que hacen los músicos para que se les otorgue la libertad a escritores y artistas presos. Lo que no me gusta es que algunas personas lo mal interpretan y creen que nos adherimos a las desgracias ajenas para ser populares; por eso me gusta ayudar en privado y no a través de organizaciones".