MIERCOLES 15 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Autor de Cuba, en edición de National Geographic


Harvey: tarde o temprano, sé que hallaré el instante mágico

Ť De las tomas que hago, 99 por ciento son prescindibles, dice

César Güemes Ť Es uno de los clásicos contemporáneos en la fotografía mundial, y pese a ello, admite sin reservas: ''El 99 por ciento de las tomas que hago, no sirven, me equivoco mucho". David Alan Harvey está en México a fin de acompañar la salida al mercado de su libro Cuba, que editado por National Geographic es traído a nuestro país por Océano. El volumen es un amplio documento gráfico en donde se da cuenta de la vida cotidiana en la isla, y forma parte del proyecto que Harvey comenzó hace 20 años en su primera visita a Yucatán.

?Hay una diferencia clara entre los estilos de Magnum y la revista National Geographic. ¿Cómo haces para combinar esos dos modos de mirar?

?Mi estilo corresponde a Magnum, esa es mi vida fotográfica. La relación con National es la de un cliente que encarga algunos trabajos. Por otra parte, hago las imágenes con mi criterio, llegado el caso se las muestro a los editores y es muy posible que no me las compren.

cuba1?¿Estás de acuerdo en que hay una tendencia general en Magnum?

?La hay, eso es lo que nos une. Desde luego que cada uno de los asociados y propietarios de la agencia se dedica a lo suyo, al blanco y negro o a la foto de modas o a la de guerra.

?El libro de Cuba parece una serie de portadas de National Geographic, algo no del todo cercano al resto de tu trabajo.

?Algunas de las fotos que no aparecen ahí las hice para la agencia y viceversa. No estaría del todo de acuerdo con que las imágenes del libro luzcan como portadas porque no fue esa mi intención al hacerlas. Por ejemplo, no me dediqué al paisaje sino a lo que me he enfocado desde hace mucho tiempo, que por cierto va más allá de lo que se espera de mí en Magnum y lo que desean en la revista. De las fotografías que me ha rechazado National, 70 por ciento están en el libro. Ese es un ejemplo, creo, de la independencia de que goza mi trabajo.

?En este volumen hay una especie de intención de mostrar escenarios y ambientes no de orden periodístico, ¿estás de acuerdo?

?Bueno, no hago fotografía escénica.

?Hay algunas escenas en donde todo es azul o verde, incluyendo a las personas. Acepta al menos que eso es composición.

?Trabajo con un tipo peculiar de luz, eso es lo que busco. Y no empleo luz artificial a menos que sea estrictamente necesario y de muy poca intensidad. Si en el libro hay espacios de un solo color, incluso con las personas que ahí estaban en ese momento, es porque de ese modo se veían. No uso filtros, no hago trucos. La fotografía que intento es, digamos, ''derecha", sin chéiser. Ciertamente no hay una gran intención periodística, pues prefiero documentar la vida cotidiana. Esto viene de mi admiración por el trabajo de Magnum, en donde confluyen claramente dos formas de entender la fotografía, la que heredamos de Robert Capa y Henri Cartier-Bresson, a quienes me apego, y el de todos los demás.

Dejarse llevar por el instinto

?¿La fuerza del la labor de quien cubre un conflicto armado o de quien camina por las ciudades en busca de una imagen, es parecida?

?El trabajo puede ser igual de cansado o de tenso. En mi caso, como en el del enviado a una guerra, estoy todo el tiempo con mi cámara al lado a la espera de un momento gráfico.

?¿Esa fue una elección desde que quisiste ser fotógrafo?

?Sí, siempre ha sido así. Por ejemplo, el proyecto de Cuba no fue de National, sino mío. He ido incluso con mi propio dinero para conseguir lo que necesitaba.

?¿Qué te enamoró visualmente de la isla?

?Fue toda la cultura hispanoamericana en términos amplios lo que me hizo ir a Honduras, Chile, Perú y México mismo. Cuba en este sentido es una parte del gran proyecto gráfico que busco. Cuando estuve hace 20 años en Yucatán me interesé por la cultura maya y me hice fanático de ella. Busqué y leí toda la información posible, particularmente lo relacionado con el periodo colonial latinoamericano.

?De forma que el resultado gráfico de tu trabajo no es sólo estar detrás de la cámara en el momento preciso, sino que comienza en una biblioteca.

?Así es, por eso pude acercarme a Carlos Fuentes con mi portafolio bajo el brazo. Y en cuanto a las lecturas, he sido muy buen lector de García Márquez, Camilo José Cela y D.H. Lawrence o Ernest Hemingway, así que tengo la percepción de las personas que escriben desde aquí y de las que han venido de culturas diferentes como la anglosajona.

?En este sentido, ¿tu fotografía puede ser narrativa?

?Tiene la intención de contar una historia. Sobre todo cuando podemos ver una secuencia de imágenes. Claro, no puedo planear la estructura porque no sé lo que me voy a encontrar cuando salgo de casa. Me dejo llevar por el instinto de fotógrafo y por la idea de que tarde o temprano voy a encontrar esa especie de momento mágico.

?¿De modo que no sólo los profesionales de la magia están en Las Vegas, sino también en Magnum?

?Es una manera de decirlo subjetivamente.

?Es una broma.

?Claro, la entiendo, pero también es verdad que cuando hablo de mi teoría con compañeros de la agencia muchos piensan que es basura. Me tiene sin cuidado, sé que me puedo equivocar en la concepción y asumo el error desde antes.

?Desde fuera parece que un fotógrafo con tu trayectoria casi no se equivoca, no desperdicia tomas.

?Lo acepto: 99 por ciento de mis fotografías son erróneas. En un año consigo sólo cuatro o cinco con las que me siento realmente bien. Y algo más: ser fotógrafo de National Geographic es infinitamente más sencillo que serlo de Magnum.