MARTES 14 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Descalificar, práctica común priísta, dice

El PAN sólo acepta revisión en distritos que lo ameriten

Ť El blanquiazul tiene seguras 21 diputaciones de las 40 en juego Ť Conserva Guadalajara, Zapopan y Tlaquepaque

María Rivera, enviada, y Cayetano Frías, corresponsal, Guadalajara, Jal., 13 de noviembre Ť En Jalisco ganó el PAN. La frase de moda en este estado no es una perogrullada, sino una alusión a la falta de arraigo del candidato de Acción Nacional, Francisco Ramírez Acuña, quien de confirmarse las tendencias electorales sería el próximo gobernador.

Sólo que entre la directiva de este partido hay consigna de negar el hecho. Una vez apurado el trago amargo del domingo cerraron filas en defensa de su abanderado y, como dice Emilio González Márquez, dirigente estatal del blanquiazul: "Este no es el momento de analizar errores".

Pero los hechos que avalan el dicho de que en esta elección hubo un partido sin candidato y un candidato sin partido están ahí.

Cifras de Acción Nacional hablan de que en tres distritos de Guadalajara, dos de Zapopan y uno de Ciudad Guzmán, ganaron sus representantes pero no candidato a la gubernatura.

Esto, lejos de aceptarse como prueba de la debilidad de su representante, el PAN lo utiliza para hablar de un complot priísta-perredista en su contra. El voto útil, que tanto pidieron en la elección federal, ahora que lo miran con otro cristal lo descalifican.

Y no es para menos, ahora que cada boleta está en disputa, y que el PRI plantea la necesidad de abrir los paquetes electorales para volver a realizar el cómputo, e incluso hablan de una caída del sistema por la suspensión del conteo en el Consejo estatal Electoral, cuando sólo se llevaban 75% de las actas computadas. Todavía no se atreven a hablar de fraude, y se cuidan mucho de darle la vuelta a la palabra, pero todo indica que llegado el momento la usarán.

Ante todos estos cuestionamientos, el PAN sólo acepta que se revisen los paquetes que lo ameriten, ni uno más. Y recuerdan que la descalificación del proceso fue una práctica del tricolor durante buena parte de la campaña. El argumento priísta de que ellos aceptaron el recuento en Tabasco los deja impávidos.

"No vemos por qué tendríamos que hacerlo nosotros", desdeña González Márquez.

Tradicionalistas, grupo al que pertenece el candidato, y nexos donde se encuentra el presidente del panismo de la entidad, aunque se han enfrentado constantemente, ahora caminan en el mismo sentido.

ACUNA1/GDL/JPGEn todas las entrevistas del día a los medios electrónicos, el abanderado del panismo repitió que "no será un mandatario débil". Sólo que el incuestionable hecho de ser electo por la cuarta parte de los posibles electores, alrededor de un millón de los cuatro que componen el padrón, no es para alardear de apoyo popular. Basta recordar que Alberto Cárdenas fue electo con el 52.7 por ciento en unos comicios donde participó 70 por ciento de los ciudadanos.

El día de hoy la guerra de declaraciones prosiguió. A una conferencia de prensa del PRI se sucedió otra del PAN. Los medios electrónicos también fueron escenario de esta guerra poselectoral estilo gringo.

Se declaran ganadares los dos candidatos

Por la noche, en sendas entrevistas con latelevisión local, se declararon ganadores ambos candidatos.

El PRI soltó de último momento sus propias cifras, que le daban ventaja de medio punto porcentual. 44.9 por ciento contra 44.5. Unas horas después el blanquiazul emitió un comunicado que llevaban una ventaja de 49 mil 183 votos. También Ramírez Acuña los rebatió en un canal de tv local. Ahora aquél discurso victorioso, que hablaba de amplios márgenes de diferencia, quedó en el olvido.

Defiende su ventaja como aquellos entrenadores de futbol que ganan con un gol en fuera de lugar, fauleando al defensa, y cuando el árbitro estaba pitando el final del partido. "Un gol es un gol", argumentaban aquellos; ahora "un voto es un voto", explica el político.

Pese al llamado de atención del pasado domingo, los panistas tienen mucho que celebrar, porque tendrían la mayoría absoluta en el Congreso, ya que en el peor de los casos conseguirán 21 diputados, de las 40 en juego, aunque tienen posibilidades de alcanzar 23.

Esto les deja las manos libres para poner en marcha su plan de trabajo, aunque sin la mayoría calificada que necesitan para modificaciones constitucionales. Como quiera que sea es un mejor escenario que el que tuvo en el último trienio el actual mandatario del estado, al que los empates 20 a 20 con el PRI le bloquearon una serie de iniciativas. Más bien, indican algunos analistas, la cuña la tendrán entre sus mismos diputados porque quien se avizora como posible líder de la fracción es Fernando Guzmán, del DHIAC, con quien tuvo en el pasado desacuerdos, aunque también se menciona que han negociado la paz.

El presidente del PAN de Jalisco niega que eso les allane el camino a sus legisladores, asegura que buscarán el consenso con todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso para los dictámenes importantes. "No buscaremos imponer el número", asegura.

Y en cuanto a los ayuntamientos, tampoco les fue nada mal. Conservan Guadalajara, Zapopan y Tlaquepaque. Sólo Tonalá ?tierra del abanderado del tricolor- pierden de la zona metropolitana. Y las principales ciudades del estado, como Vallarta, Tequila, Lagos de Moreno, Tepatitlán y Ciudad Guzmán, también quedarán en sus manos.

Pero como dicen en el futbol, esto no se acaba hasta que se acaba. Y un engallado PRI apunta que peleará hasta el final la victoria. Por lo pronto han hecho acopio de sus mejores piezas en ese sentido; la batuta desde hoy la tomó Felipe Solís Cámara, especialista electoral del CEN priísta. Lo que anuncia que esta historia continuará. Pero aún perdiendo, el tricolor habrá ganado algo fundamental: tiene un hombre en torno a quien reagruparse. Jorge Arana ha surgido como su mayor activo, por eso muchos lo califican como el candidato sin partido. Por lo pronto este político de 40 años, que presume haber nacido en el Rancho de la Cruz, en el municipio de Tonalá, en el seno de una familia de campesinos, hizo el milagro de devolverle la vida a una organización que estaba agónica. Hoy, el priísmo nacional debe estar pensando seriamente por qué no le brindó mayor apoyo.

No hubo ayuda del gobierno del estado

El tema del apoyo también ha saltado a la palestra en el PAN. Al calor de los recientes resultados empezaron las especulaciones. Del grupo de Ramírez Acuña ha surgido la versión de que no hubo errores en el planteamiento de la campaña, sino que carecieron de ayuda por parte del gobierno del estado. No fue ni la sombra del que recibió Fox, explican, y el que hubo llegó a destiempo. Ni sombra de autocrítica. El que se perfila como el próximo gobernador se le define como un hombre que conoce el camino panista de ida y vuelta.

Nacido en el seno de una familia del PAN tradicionalista, ahora está más cerca del pragmatismo de los neos que de los valores doctrinarios de sus orígenes.

Cuando necesita negociar, lo hace, comentan. Y ponen un ejemplo, a la hora de elegir al candidato a alcalde de Guadalajara no dudó en sacrificar a un amigo como Ernesto Espinoza, por Fernando Garza, de los neos del grupo Zapopan. Otros, lo defienden como un hombre apto para la negociación política, con buenas notas como administrador en todo.

Eso sí, concluyen, tendrá que hacer una buena gestión porque no tendrá la manga ancha que tuvo Cárdenas Jiménez al que la ciudadanía le pasaba todo.

Ante la necesidad que tendría de legitimar su gobierno, especulan, tiene que integrar a su gabinete gente de otras formaciones políticas.

Su cercanía con el priísta Arturo Paz Zamora, subsecretario de Seguridad durante el gobierno de Rivera Aceves, lo anuncia como uno de los posibles. Incluso podría contemplar hasta alguien identificado con el PRD.

En una elección tan apretada como ésta no hay más opciones que la negociación. Ese fue el mejor saldo de los comicios jaliscienses.