MARTES 14 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Luis Morales inaugura la 70 asamblea de la CEM
La jerarquía católica niega que busque imponer una sola religión
Ť Plantea respeto recíproco en las relaciones Iglesia-Estado
Ť Notables ausencias de Norberto Rivera y Juan Sandoval
José Antonio Román Ť Ante el "cambio político" que se avecina en el país, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Luis Morales Reyes, pidió que "no teman ni se inquieten" aquellos que piensan que la jerarquía católica pretende romper el esquema de la separación de la Iglesia-Estado, pues no se buscan obtener privilegios ni imponer una sola religión en el país.
Al inaugurar su 70 asamblea plenaria en la sede episcopal de Lago de Guadalupe, dijo que las perspectivas de lograr un marco más amplio de libertad religiosa, con la llegada de un nuevo gobierno, reclama de los obispos "sabiduría y prudencia" para hacerse presentes en los nuevos espacios que se avecinan.
En un amplio discurso de seis cuartillas y ante 82 de los 123 obispos y arzobispos de todo el país, Morales Reyes presentó su punto de vista sobre el momento histórico que vive el país, la aportación que como Conferencia han hecho los obispos y las perspectivas que vislumbra para el futuro inmediato, además de una seria autocrítica a la misión evangelizadora que debe desempeñar la Iglesia.
Dijo que si bien el "poder espiritual" debe mantenerse alejado de los lazos del mundo, y no inmiscuirse en los negocios seculares, también el "poder secular" debe a su vez abstenerse de asumir la dirección de los asuntos divinos.
En su visión sobre la política y las recientes elecciones federales, señaló que son "innegables" los avances que en el país se han alcanzado. "No podemos ser miopes para no apreciar los esfuerzos y las mejorías que se han logrado, sobre todo en el campo político. En forma pacífica se está dando la transición democrática y la alternancia en el poder, de la que hablamos en nuestra reciente carta pastoral Del encuentro con Jesucristo a la solidaridad con todos".
Sin embargo, advirtió que todavía "no podemos cantar victoria", pues nuestra transición no posee rumbo asegurado. Es necesario hacer un esfuerzo permanente de búsqueda de consensos y de reorientación de iniciativas basadas en principios que permitan mantener, entre todos, un rumbo fundamental que tienda a lograr el bien común paso a paso y con efectividad, dijo, citando algunos párrafos de la carta episcopal emitida en marzo pasado.
En el aspecto económico, señaló que aun cuando se ha procurado crecer, controlar la inflación, crear empleos, abrir mercado y formar alianzas con otros países, los índices de pobreza y miseria han crecido y hoy alcanzan niveles "alarmantes".
Crece la marginación y la exclusión de grandes sectores de población, sobre todo en el campo. No se detiene la migración, por falta de oportunidades de un trabajo digno. No hay distribución equitativa de la riqueza. Los indígenas siguen sufriendo un atraso generalizado y un racismo no totalmente superado.
Preocupa además a los mexicanos la inseguridad y la violencia, los elevados índices de corrupción, el narcotráfico, la impunidad, la colusión de delincuentes con criminales, los "ya legalizados" ataques a la vida desde el seno materno y la creciente desintegración familiar.
Durante la inauguración, en la cual se notó la ausencia de los cardenales Norberto Rivera y Juan Sandoval, el presidente de la CEM hizo también una seria autocrítica a la misión que debe cumplir la Iglesia. "No podemos menos que reconocer que nos ha faltado más audacia, dinamismo y creatividad para emprender una nueva evangelización. La mayoría de quienes cometen los abusos y los delitos anteriormente señalados, son católicos, a quienes no hemos llevado a un encuentro personal con Cristo, que provoque la conversión, la comunión y la solidaridad".
Así, dijo, la fe de muchos bautizados en la Iglesia católica no se ha traducido en obras de justicia, de paz, de misericordia y de reconciliación. Aquí, señaló que los padres de familia ya no transmiten a sus hijos los valores cristianos, los empresarios se enriquecen a costa de sus trabajadores, los dueños de los medios informativos les importa más el capital que el respeto a la verdad y a la moral, y los legisladores y autoridades contradicen con sus hechos la fe en la que nacieron y crecieron. "De todo ello, también asumimos nuestra responsabilidad".
Mencionó también al estado de Chiapas y a su proceso de pacificación. Consideró que el combate a la pobreza y la reforma del Estado, en que ahora se está trabajando las autoridades, serán fundamentales para construir una paz justa y digna, no sólo para Chiapas, sino para todo México. "Ojalá México no olvide a Chiapas".
Con este mensaje, el también arzobispo de San Luis Potosí inauguró la 70 asamblea, en la cual se evaluará el trabajo de la presente gestión, y a partir de la tarde de mañana miércoles los obispos iniciarán el proceso para elegir a su nueva directiva para el trienio 2000-2003, en la cual, por estatutos, puede ser relecto el propio Morales Reyes.
Previo a este mensaje, los obispos celebraron las vísperas en su capilla recién inaugurada, y posteriormente se trasladaron al salón de sesiones. Allí, el secretario general de la CEM, Abelardo Alvarado Alcántara presentó un informe de su labor y de los acontecimientos más importantes en el último semestre.
Así reportó la celebración del segundo Congreso Eucarístico Nacional, la carta pastoral Del encuentro con Jesucristo a la solidaridad con todos, la canonización de los 27 nuevos santos en Roma, el Jubileo de México en Roma, la creación de las nuevas diócesis de Orizoba y Córdoba, el documento episcopal emitido con motivo de las elecciones del 2 de julio, el Coloquio Internacional sobre los bienes culturales de la Iglesia, el nombramiento de Sandri en el gobierno vaticano, y del jubileo de los obispos, entre otros.
Aunque fue una nutrida agenda, no incluyó en este documento la información sobre la participación del Episcopado -por el representado- en la mesa de consulta sobre asuntos religiosos del equipo de transición del presidente electo Vicente Fox.