LUNES 13 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Sentenciado por el caso Havre compurga pena en un hospital privado


Desigual, el trato a enfermos en reclusorios

Ť Unidad médica del penal norte considera irregular la salida de Ricardo Nevares Ocampo

Susana González G. Ť Mientras decenas de presos del Reclusorio Varonil Norte pugnan diariamente por obtener una consulta en la Unidad Médica del penal --dependiente de la Secretaría de Salud del gobierno capitalino y cuya plantilla laboral consta de 12 médicos generales y 21 enfermeras--, Ricardo Nevares Ocampo, uno de los implicados en el fraude de la Arrendadora Havre y procesado desde 1994, goza de una situación privilegiada.

Y es que desde febrero de este año, Nevares Ocampo, de 66 años, ha permanecido internado en un hospital privado de oftalmología, en la colonia Obrera, donde se le permitió acudir para aplicarle una cirugía por la diabetes que padece.

A finales del sexenio pasado, Nevares Ocampo, identificado como asesor financiero de Havre, fue acusado en siete procesos distintos por los delitos de simulación de operaciones, alteración de contratos y violaciones a la Ley Bancaria, así como la conformación de 80 empresas fantasmas, por lo que fue condenado a 15 años de prisión.

La situación del ex asesor de Havre es considerada como "irregular" por la Unidad Médica del Reclusorio Norte, que señala que su salida del penal fue autorizada tanto por los directivos anteriores del área como por Jaime Alvarez, titular de la Dirección General de Reclusorios. El reo ya había sido atendido por médicos externos, lo cual es un derecho para todos los presos que así lo soliciten, y durante 1999 se le había permitido realizarse exámenes médicos fuera del penal en cuatro ocasiones distintas, pero todos fueron de tipo "ambulatorio", es decir sólo duraban un solo día: el 2 y 23 de septiembre, el 28 de octubre y el 9 de diciembre.

Sin embargo, a petición del mismo Nevares "y avalado por el departamento jurídico del reclusorio, con fecha del 10 de febrero de 2000 fue enviado para valoración al Hospital Oftalmológico Conde de Valenciana tras haberle realizado una intervención quirúrgica de fotocoagulación bilateral", y desde entonces no ha regresado a su celda en el Reclusorio Norte.

Fuentes consultadas del penal aseguran que ni la enfermedad que padece Nevares ni los análisis o la cirugía que le han sido practicados justifican el largo periodo que ha permanecido fuera del penal y que le ha permitido gozar de diversas comodidades en una amplia habitación "que dista mucho de ser la apropiada para quien fue condenado a 15 años de prisión por haber cometido fraude genérico y defraudación fiscal".

El preso, cuyo ingreso al Reclusorio Norte data del 17 de noviembre de 1994, habría cumplido en estas fechas seis años en prisión, pero de ellos prácticamente el último no ha estado encarcelado.

Tampoco se sabe nada oficialmente sobre su estado de salud, porque a pesar de que han sido insistentes los requerimientos al respecto que ha hecho la Unidad Médica del Reclusorio Norte a los directivos del Hospital Conde de Valenciana, éstos no han proporcionada respuesta alguna.

Ante tales circunstancias trascendió que la semana pasada, personal de la Unidad Médica habría acudido al citado hospital para constatar personalmente la situación del ex asesor de Havre, a quien encontraron instalado en la habitación 211 del hospital de casi 30 metros cuadrados, con sillones, video, televisión, estéreo y baño privado, línea telefónica y celular; mientras que en un cuarto inmediato, también con televisión, descansan tres custodios del Reclusorio Norte, encargados de vigilarlo.

En el penal, mientras tanto, existen 250 custodios, divididos en tres turnos, para vigilar una población de 8 mil 700 presos, lo que significaría que cada custodio tendría a su cargo 34 reclusos. En la Unidad Médica del lugar se cuenta apenas con 17 camas censadas y la demanda del servicio es tal, que según el personal hay días que se cuenta hasta 200 personas en las filas que se forman fuera del consultorio para esperar la consulta.