DOMINGO 12 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Nuevas terapias de alta eficacia y atención temprana hacen la diferencia
Avances en el tratamiento a menores con sida
Ť Ahora los pequeños pueden desarrollar actividades normales, pero sin desatender su medicación
Carolina Gómez Mena Ť A 15 años de que se detectó el primer caso de sida infantil en México, la aplicación de nuevos tratamientos de alta eficacia en etapas relativamente tempranas del mal, así como la combinación de cuatro tipos de antirretrovirales, ha permitido que la sobrevida de los menores mexicanos enfermos de sida sea de 90 por ciento luego de estar cinco años en tratamiento, señaló el doctor Fortino Solórzano Santos, jefe del Departamento de Infectología del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI.
Solórzano Santos explicó que si a un recién nacido con manifestaciones de sida no se le administran medicamentos existen 50 por ciento de posibilidades de que no logre vivir ni siquiera un año. Dijo que una situación similar se vivió en el país en 1985, cuando casi 50 por ciento de los bebés hijos de madres portadoras de VIH que se infectaban durante el periodo de gestación, o bien durante el nacimiento por el contacto con la sangre materna, no lograban vivir más de 12 meses, mientras que el resto, con mejores defensas, fallecía antes de 36 meses, debido a las infecciones oportunistas.
El especialista relató que aproximadamente desde 1986, fecha en se empezó a aplicar monoterapia con AZT a los niños con sida, se logró prolongar la sobrevida en poco más de un año, pero que transcurrido ese tiempo más de 50 por ciento moría. Después, al aplicarse dos medicamentos, tras un lustro de terapia, entre 60 y 70 por ciento de los menores aún vivía.
No obstante, hoy los niños (en países desarrollados) pueden aspirar a prolongar su existencia hasta en más de 10 años luego de comenzar el tratamiento tras las primeras manifestaciones de la enfermedad. Tiempo en el que los infantes además cuentan con buena calidad de vida, pues prácticamente se ha erradicado la ocurrencia de infecciones oportunistas.
Respecto a esto último, el galeno refirió que en México los menores cuentan con condiciones de vida aceptables, ya que la aplicación de los esquemas combinados de medicinas logra que los niños presenten escasas alteraciones en su desarrollo psicomotor, por lo que pueden desarrollar las actividades propias de su edad, como asistir a la escuela. "Quizás el único problema es que deben estar tomando dos o tres veces al día medicinas, y por cada toma son de cuatro a seis pastillas diferentes, o bien igual número de cucharadas de presentaciones líquidas".
Detalló que generalmente los recién nacidos infectados son asintomáticos los primeros meses y que incluso algunos niños que adquieren la enfermedad en la etapa perinatal, sólo hasta los cuatro o cinco años empiezan a tener manifestaciones, pero que por lo regular los primeros síntomas aparecen entre el segundo y tercer año de vida. Aunque la presentación de la enfermedad dependerá de la carga viral que en el momento del contagio le haya transmitido la madre, así mientras más alta sea esta dotación de virus, más posibilidades de evidencias en los primeros meses de vida y por ende reducción de la sobrevida.
"Por ello, si tienen las primeras manifestaciones a los cinco años, sin ningún problema pueden vivir hasta los 10 y hasta los 15. En el hospital atendemos a una niña infectada desde el nacimiento que ahora tiene siete años. Lamentablemente no sabemos qué pasará después, pero estamos logrando tenerla con vida y en buenas condiciones mientras esperamos una vacuna", expuso.
Otro punto que subrayó fue que a los niños contagiados con el VIH, debido a lo proclives que son a las enfermedades por la deficiencia inmunológica que padecen, aun con más rigurosidad se les debe aplicar el cuadro básico de vacunas, excepto la BCG, que proporciona anticuerpos para la tuberculosis, la que "no se recomienda porque puede incitar el desarrollo del mal que previene en estos casos".