DOMINGO 12 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť El rescate bancario llegó tarde, según el presidente de Grupo Bursamétrica
Una vergüenza, el sistema financiero mexicano: O'Farril
Ť La corrupción estuvo no sólo del lado del gobierno, sino que afectó a todos los niveles, señala
Ť Llama a imponer filtros y controles para que los auditores internos no sigan tapando las fallas
Humberto Ortiz Moreno Ť El sistema financiero mexicano "es una vergüenza" en el ámbito internacional, y en los sexenios de Carlos Salinas y de Ernesto Zedillo la experiencia fue desastrosa, porque dejó un costo enorme para toda la sociedad, aseveró Ernesto O'Farril, presidente del Grupo Bursamétrica, quien urgió imponer "filtros" y controles administrativos que impidan que los contralores internos sigan cubriendo deficiencias e irregularidades.
Y es que, advirtió, imperaron la burocracia, la deficiente y desigual supervisión y regulación, la corrupción soterrada y amparada en un esquema jurídico, así como procedimientos judiciales insuficientes para recuperar los créditos en forma oportuna.
El también presidente de la Comisión Técnica de Intermediación Financiera y Bursátil, del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) puntualiza que el rescate bancario llegó tarde, por castigar a unos y dejar hacer a otros intermediarios, que vieron crecer el problema dramáticamente.
Más aún, acusó: "la corrupción ha costado a los intermediarios y a los usuarios de servicios financieros y del crédito. No solamente estuvo del lado del gobierno, sino en todos los niveles. La hubo en algunas uniones de crédito que prestaban a empresas fantasma que no eran socios, y se les daba el préstamo junto con la parte para que se hicieran socios. Hubo corrupción en el sector privado, en personas, funcionarios y dueños de los intermediarios financieros, y en el nivel gubernamental, de lo contrario, no podría explicarse el problema".
En una somera evaluación de lo que fue la actuación del gobierno zedillista en el sector financiero, en entrevista con La Jornada O'Farril se explica la actual vulnerabilidad del mismo por que las crisis sistémicas han dejado una lección importante: "así como en sexenios anteriores se infló la economía para que tuviéramos crecimiento con base en el gasto público excesivo, además financiado con emisión de dinero y con deuda externa desmedida, en la administración de Salinas tuvimos un crecimiento artificial con base en un incremento de la demanda, originado por un exceso de crédito mal dado, mal supervisado y mal regulado. A final de cuentas, cuando llegó la crisis, tronó la bomba en todo el sistema financiero, dejándonos un costo enorme para toda la sociedad".
Estableció que si bien no debe desaparecer la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), actualmente es excesivamente burocrática, regula desmedidamente, y así, los intermediarios están sujetos a distintas instituciones que les exigen reportes y cuotas que son onerosas, a cambio de "una ineficiencia brutal".
El presidente del Grupo Bursamétrica rechazó que la responsabilidad de estos problemas recaiga únicamente en el presidente de ese organismo, Eduardo Fernández, sino que, considera, "es de todo este conjunto de organizaciones que intervienen en el sistema financiero". Adicionalmente, apuntó, hubo una grave lentitud en el programa de rescate bancario, que tampoco es atribuible a una sola persona.
Esto es, explicó, "vimos intermediarios a los que se les dejó crecer su problema muchísimo, y a otros a los que se les intervino muy severamente desde el principio".
O'Farril observa que incluso en épocas sin crisis, los funcionarios siempre han tenido como prioridad "atender lo grande, que son los bancos, y dejan de lado las necesidades y supervisión de los otros intermediarios".
Es por ello que la experiencia, insistió, ha sido desastrosa. "Por un lado, no se logró que los bancos rehicieran su función, volvieran a servir como fuentes que captan ahorro y lo prestan a la actividad productiva, y por otro, tampoco se dejó desarrollar al resto del sector financiero".
Aseveró que no solamente se vendió mal la banca, sino que, además, los procedimientos judiciales son ineficientes para poder recuperar los préstamos.
Para revertir esta tendencia, el presidente del Grupo Bursamétrica presentó, a nombre del IMEF, una propuesta de reforma del sistema financiero enfocada, principalmente, a la autorregulación, para hacerlo "mucho más delgado, coordinado y especializado".
Contempla tres niveles: primero, el control normativo dentro de cada institución, "que es como tener al policía en casa", de modo que reporte al consejo de administración y no al director general, ni que éste ponga al contralor, porque entonces "se la pasaría cubriendo las deficiencias e irregularidades internas".
El segundo "filtro", abundó O'Farril, es el de un esquema robusto de autoregulación gremial. Precisó que existen ya en México las asociaciones por cada tipo de intermediario financiero, como las asociaciones de banqueros, bursátiles, casas de cambio, entre otras, que podrían tomar el papel de ser las entidades encargadas de autoregularse unas a otras.
Y el tercero es responsabilidad de la que no puede renunciar el gobierno para proteger los intereses de terceros. Debe recordarse que los intermediaros manejan recursos que no son de ellos, y la función pública debe tener un papel activo, y sobre todo preventivo.