VIERNES 10 DE NOVIEMBRE DE 2000

LA FIESTA EN PAZ

Los amatos atacan de nuevo

Leonardo Páez Ť Empeñados en convencerse y convencer al público y a las autoridades de que observan una ética profesional en sus respectivas áreas, los taurinos organizados no saben cuando dejar su cinismo de lado.

Descaro profesional nutrido por lo menos desde hace siete años -23 de mayo del 93-, en que los resultados del espectáculo han sido inversamente proporcionales a la autorregulación de que estos voluntariosos taurinos han gozado, gracias a la indiferencia o discrecionalidad de las autoridades en turno, cuando no a una evidente connivencia.

Urgidos de que el reglamento taurino vigente sea modificado para así contar con un marco legal a la altura de su frivolidad, los amatos -raíz de amateurismo-, confabulados miembros de la Asociación Mexicana de Agrupaciones Taurinas (AMAT), ganaderos, empresarios, matadores y subalternos, enviaron el pasado 8 de noviembre a la titular del gobierno del DF, Rosario Robles, sus singulares propuestas para reformar la normatividad de la fiesta de toros en la ciudad de México -es decir, en la Plaza México de Herrerías-, habida cuenta de que a éste le resulta enfadoso observar la reglamentación actual.

En el primer punto de su propuesta los amatos sostienen que ''los espectáculos taurinos se encuentran excesivamente regulados''... (lo que no implica que se cumpla con las regulaciones y menos que se apliquen sanciones), ''situación que debe superarse de fondo mediante la desregulación de esta actividad''.

En el punto 2 aclaran: ''La desregulación que estamos proponiendo tiene como propósito... establecer una nueva normatividad que tenga como sustento el consenso de las agrupaciones'' (o lo que es lo mismo: las partes quieren ser jueces)... Para en seguida contradecirse: ''Consideramos que no debe ser por la vía reglamentaria como se establezcan las cuestiones relativas al desarrollo mismo de los festejos taurinos''...

Desbocados en su cinismo inepto, los amatos declaran en el punto 3: ''Los más preocupados por preservar la calidad de los espectáculos taurinos somos quienes suscribimos la presente, organizados no solamente en cada uno de los gremios que corresponden a matadores, subalternos, ganaderos y empresarios, sino en la AMAT'' (especie de sumisa CTM taurina).

''Deseamos -agregan zalameros- que esta Asociación se consolide como una instancia que en forma armónica, flexible y consensada (sic) permita una adecuada determinación y evolución de las cuestiones estrictamente taurinas y que estimamos no son competencia de la autoridad gubernamental" (si la autoridad no es gerente de un bar, mesero o fichera en el mismo, no es competencia de la autoridad reglamentar su funcionamiento, por lo que hablan de la Plaza México como un Lobohombo taurino en potencia).

En el punto 4 ilustran a Rosario: ''El proyecto que sometemos a su consideración para abrogar el reglamento taurino vigente... atiende (a) lo establecido en la Ley de Espectáculos Públicos y de ninguna manera afecta... la protección de los intereses del público, en particular en lo relativo al derecho de apartado y a la regulación de la venta de boletos''. (Ojo, Rosario, esos no son los intereses del público y menos la esencia del espectáculo taurino.)