VIERNES 10 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Expertos evalúan transición y panorama laboral


Fox reciclará el corporativismo sindical para culminar sus planes

Ť Señales de que los trabajadores no deben esperar nada bueno de él

Ť Utilizará a Rodríguez Alcaine para la apertura del sector eléctrico

María Esther Ibarra Ť El modelo del sindicalismo mexicano basado en el control corporativo y los "dinosaurios", como Leonardo Rodríguez Alcaine, se tambalea, aunque el futuro del movimiento obrero del país aún no está escrito, afirmó Héctor de la Cueva, coordinador general del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (Cilas).

A lo anterior, Enrique de la Garza, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), agregó que "nada bueno" pueden esperar los trabajadores del gobierno de Vicente Fox, pues "ya dio por lo menos varias señales negativas", entre ellas su complacencia por la reelección de Rodríguez Alcaine al frente del sindicato de electricistas; otra, la nominación de Carlos Abascal como titular de la Secretaría del Trabajo.

Al iniciar ayer el seminario internacional Transiciones políticas y procesos de recomposición sindical, ambos estudiosos del sector laboral del país coincidieron en que el gobierno foxista recurrirá al "reciclaje" de algunos dirigentes sindicales y organizaciones corporativas para llevar a cabo las modificaciones laborales y la privatización del sector eléctrico.

De la Garza remarcó en entrevista que Fox, al "agradecer" a Rodríguez Alcaine el apoyo para la apertura de la industria eléctrica, y la iniciativa privada con su "pasividad" ante la "fraudenta" relección del también líder de la CTM, "fueron pésimas señales" para la democratización sindical.

Aunque aclaró que el gobierno debe respetar la vida interna de los sindicatos, puntualizó que éste tiene instrumentos legales para evitar los "fraudes electorales, la simulación y la corrupción" en los gremios de los trabajadores, a través de las autoridades del ramo.

Coordinador del Grupo sobre Trabajo, Sujetos y Organizaciones Laborales, De la Garza dijo que aun cuando el líder del sindicato electricista ya no tiene tanto el poder por la inconformidad de su relección, tampoco se podría desestimar su papel en la privatización de la industria eléctrica. "De alguna manera, Fox hizo una alianza implícita, y cada uno se enviaron o aceptaron las señales".

Sobre el "reciclaje" de La güera Rodríguez y su entronización "al más viejo estilo" (priísta) al frente del gremio de los electricistas, De la Cueva enfatizó que eso planteaba para el sindicalismo mexicano el dilema de continuidad o renovación o la caída del corporativismo y hacia qué lado.

En este marco, agregó, los reacomodos de los aparatos sindicales en la disputa por una nueva hegemonía en el movimiento obrero mexicano y por una interlocución privilegiada con el futuro gobierno, a la par "están reacelerando la crisis del corporativismo y el proceso de recomposición sindical".

El coordinador del Cilas estimó que el próximo gobierno "seguramente caminará por cuatro vías" su relación con los sindicatos: el reciclamiento de algunos dirigentes y organizaciones corporativas; la apertura y reconocimiento hacia algunos sectores autónomos más o menos democráticos y el estímulo a la libertad sindical "al gusto de los patrones".

Pero resaltó el hecho de que el movimiento obrero mexicano, "tradicionalmente desfasado por el peso del férreo control corporativo, finalmente fue alcanzado por la crisis y la transición políticas nacionales. El modelo oficial se desgaja, el deshielo lo amenaza, aunque la moneda está en el aire".

Si bien la crisis del movimiento obrero es reflejo de la crisis política nacional, esto puede "permitir una reactivación notoria de las luchas de los trabajadores desde abajo, como lo hemos visto en estos días con las movilizaciones de los servidores públicos", acotó, en alusión a las demandas del pago del bono sexenal y de 90 días de aguinaldo. "Su salto al escenario podría cambiar el rumbo de los acontecimientos", confió.

Observó que como parte de los escenarios contradictorios del foxismo, el próximo presidente "buscará concluir las transformaciones económicas, incluidas las privatizaciones faltantes, y las modificaciones laborales pendientes desde el salinismo, pero ineludiblemente tendrá que mediar un cierto consenso social".

Durante el encuentro en un hotel capitalino, en el que participan investigadores y dirigentes de organismos sindicales de América Latina, Europa del este, Africa y Asia, si bien se consideró que en cada país los movimientos laborales tienen dinámicas y problemas propios, la crisis del sindicalismo es un denominador común en el mundo, así como el desempleo y el empobrecimiento de los trabajadores.

A la luz de las transiciones políticas en diversas naciones, en particular en las latinoamericanas, algunos participantes estimaron que son una "fachada para vender a la ciudadanía la ilusión de un cambio, e incluso se ha abusado de ese término", dijo Emilio Taddei, secretario académico del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.

Víctor de Gennaro, secretario general de la Central de Trabajadores Argentinos, consideró que aun cuando la clase dominante continúa en el poder, las transiciones políticas han permitido decir basta ya a los trabajadores y los sectores menos favorecidos.

Su compatriota, Martha Novick, investigadora del Instituto de Industria de la Universidad Nacional General Sarmiento, mencionó que entre los rasgos comunes del sindicalismo argentino y el mexicano, además del corporativismo, es la pérdida de legitimidad de los dirigentes sindicales, pero no de los trabajadores ni de los sindicatos.