VIERNES 10 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Hay "serias irregularidades" en el conteo, acusa Warren Christopher
Desata la elección una guerra entre demócratas y republicanos
Ť Los partidarios de Gore están politizando y distorsionando estos eventos, afirman republicanos
Ť La diferencia en Florida a favor de Bush se ha reducido a 229 votos, indica recuento no oficial
Ť Buchanan aviva la hoguera cuando dice que unos 3 mil votos a su favor serían para el demócrata
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 9 de noviembre Ť El demócrata Warren Christopher, ex secretario de Estado, declaró este jueves que hay "serias y sustanciales irregularidades" en el conteo del voto presidencial en Florida, lo que provocó que representantes del Partido Republicano afirmarán que la campaña de Al Gore está amenazando al sistema democrático de este país.
"Nuestro proceso democrático pide un voto el día de las elecciones, no pide que continuemos votando hasta que le guste el resultado a alguien --declaró esta noche Don Evans, presidente de la campaña del republicano George W. Bush--. Los demócratas están politizando y distorsionando estos eventos, y al hacerlo arriesgan el costo de nuestra democracia".
Mientras las autoridades electorales de Florida continuaba el recuento de los votos en su estado, cuyo resultado podría determinar el ganador de la elección presidencial más cerrada en la historia reciente del país, este jueves estalló una guerra política encabezada por dos "generales", los ex secretarios de Estado James Baker y Warren Christopher, quienes representan al republicano George W. Bush y al demócrata Al Gore, respectivamente.
Así, dos días después de que 100 millones de estadunidenses emitieron su voto en las elecciones de este país de 270 millones de habitantes, podría ser que unos cuantos cientos de votos en un condado de Florida determinen el nombre del próximo presidente del último superpoder. Sin embargo, esto no se sabrá muy pronto.
Las autoridades de Florida inicialmente declararon a Bush como triunfador del sufragio en su estado, pero por un margen de sólo mil 700 votos sobre un total de casi 6 millones emitidos. Por el margen tan estrecho, las autoridades electorales estatales ordenaron un recuento de todos los sufragios presidenciales en la entidad, tarea que todavía no se cumplía al final del día.
Pero el total preliminar y no verificado oficialmente de este recuento de 66 de los 67 condados del estado realizado por la Associated Press indica que ese margen de diferencia ha reducido la ventaja de Bush sobre Gore a sólo unos 229 votos.
El resultado oficial final del recuento podría no estar disponible hasta el martes próximo y hoy la encargada estatal de la elección, Katherine Harris, dijo que el total incluso podría cambiar hasta el viernes 17 de noviembre, fecha límite para contabilizar todos las boletas enviadas por correo.
Pero aun antes de que todo este proceso de recuento se haya completado, Christo-pher anunció que los demócratas demandarán un recuento, esta vez realizado a mano, de las boletas en cuatro condados y sostuvo que el diseño confuso de las boletas en un distrito podría haber causado que 20 mil votantes emitieran boletas que después fueron descalificadas.
"Porque esta privación del derecho al voto de esos floridianos es tanto más grande que la brecha reportada entre el gobernador Bush y el vicepresidente Gore, creemos que merece la plena atención de los tribunales de Florida y de los preocupados ciudadanos de todo el país", declaró hoy William Daley, presidente de la campaña del vicepresidente Gore.
"Los aspectos técnicos no deberían determinar quién será el presidente de Estados Unidos; la voluntad del pueblo debería hacerlo", agregó.
Para agregar aún más sazón a esta sopa hirviente, el candidato ultraconservador Pat Buchanan, del Partido de la Reforma, dijo creer que unos 3 mil votos emitidos a su favor en un condado en Florida, probablemente pertenecen a Al Gore, y que estos le fueron adjudicados por el mal diseño de las boletas en disputa.
Por otro lado, el reverendo Jesse Jackson llegó este jueves a West Palm Beach, el condado en el centro de esta disputa, para encabezar protestas para demandar un recuento del voto en ese decisivo lugar.
El expresar la decisión de los demócratas de intensificar la guerra política, el ex canciller Warren Christopher, a nombre de Gore, declaró: "Hemos llegado a creer que hay serias y sustanciales irregularidades como resultado de las boletas utilizadas en un condado, que eran confusas e ilegales".
La respuesta republicana fue casi inmediata y provino del ex canciller James Baker, a nombre de Bush: "Ciertamente no he visto ningunas acusaciones de fraude, ni he escuchado ningún alegato de fraude", e insistió en que el objetivo era asegurar un voto "transparente" y "confiable".
Mientras tanto, en el campo de batalla de Florida todos los actores insisten en que lo que buscan es garantizar un sufragio confiable e imparcial.
"Nadie nunca dijo que la democracia era simple o eficiente... pero ésta es la democracia en acción", insistió Don Crawford, miembro de la junta electoral de Florida. Agregó que aquellos que buscan un sistema simple deberían ver 90 millas al sur, en referencia a Cuba.
Como comprueba la presencia de dos veteranos diplomáticos, Christopher y Baker, esta elección ya no es asunto de matemáticas sino de política.
Esta noche, furiosos republicanos amenazaron con pedir recuentos en otros cuatro estados si los demócratas insisten en cuestionar los resultados en Florida incluso después del recuento que se realiza.
Karl Rove, estratega electoral de la candidatura Bush, señaló que el margen del triunfo de Gore en Wisconsin fue de sólo 550 votos de un total de 2.5 millones emitidos en ese estado, por lo que dejó entendido que un conteo tan estrecho podría merecer un mayor escrutinio.
Rove también dijo que los republicanos estaban considerando examinar resultados muy apretados en Iowa y Oregon, e informó que las autoridades electorales fallaron en contar más de 27 mil boletas en Nuevo México, donde Gore obtuvo el triunfo con un margen de sólo 5 mil votos.
"El mensaje --explicó otra activista del Partido Republicano a La Jornada--, es que nosotros también podemos jugar este juego. Si ellos (los demócratas) insisten en anteponer recursos legales para cuestionar los resultados, nosotros podremos hacer lo mismo en varias partes del país".
Ambos bandos de esta guerra política insisten en que lo único que buscan es defender el voto del pueblo, pero en vez de que este esfuerzo esté encabezado por expertos y técnicos electorales la disputa está en manos de quienes antes se dedicaban a las negociaciones de conflictos mundiales.
La noche terminó sin que nadie pudiera pronosticar cuándo se sabrá el nombre del presidente electo, que podría ser en unas horas o en unas semanas. Esto mismo podría generar otro conflicto y todos se dedican a medir sus consecuencias políticas.
"El público puede tolerar la espera si el resultado es una mayor confianza en la elección", advirtió el New York Times en su editorial principal hoy, y señaló que esta disputa podría llegar al punto de "causar mayor daño al sistema de dos partidos, el proceso de transición históricamente ordenado y la tradición constitucional".