VIERNES 10 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Descarta Merril Lynch que sea una catástrofe que afecte a personas o empresas


Se devaluará el peso entre enero y marzo de 2001

Ť Optimista, la visión que tenemos del país con Fox, dice Ť No hay amenazas para México: Smith

Roberto González Amador Ť El banco estadunidense de inversión Merrill Lynch, uno de los más importantes del mundo, estimó ayer que la moneda mexicana sufrirá un ajuste a la baja en su cotización frente al dólar durante el primer trimestre de 2001, cuando ya se encuentre en funciones el nuevo gobierno, pero aseguró que la depreciación del peso no va a ser "una catástrofe" que pudiera afectar a las personas o a las empresas nacionales.

"El ajuste del tipo de cambio ocurrirá hacia el primer trimestre del próximo año, pero lo vemos como una corrección sana", después de la fortaleza que ha experimentado el peso frente al dólar el último año, aseguró Pablo Riveroll, director de análisis de Merrill Lynch en México.

En una conferencia de prensa, Winthrop H. Smith, presidente internacional de Merrill Lynch, dijo que ese banco de inversión, que esta semana cumplió cinco años de operar directamente en la Bolsa Mexicana de Valores, tiene una visión "muy optimista" del futuro del país durante el próximo gobierno, que encabezará el panista Vicente Fox Quesada a partir del primero de diciembre.

Después de reunirse con Luis Ernesto Derbez, uno de los coordinadores del equipo económico de transición de Vicente Fox Quesada, el presidente internacional de Merrill Lynch señaló que esa firma de inversiones considera un acierto del próximo gobierno que se vaya a mantener la disciplina fiscal y que se haya decidido continuar los esfuerzos por reducir la inflación.

El directivo habló de la perspectiva que tienen los inversionistas mundiales sobre los problemas políticos y sociales que podría enfrentar la próxima administración en el trato con sindicatos y grupos corporativos que tradicionalmente apoyaron a los regímenes priístas que gobernaron al país durante siete décadas.

"Desde el punto de vista de los inversionistas, la capacidad que tenga el próximo gobierno de mantener un diálogo fluido con los sindicatos es muy importante", señaló.

Sobre este mismo tema, Pablo Riveroll opinó que el cambio de gobierno en México va a traer aparejado efectos en otras instituciones. Algunos sindicatos, manifestó, podrían verse afectados en la forma en que operaban tradicionalmente, y quizá tengan que modernizarse para enfrentar la nueva realidad política del país.

Interrogado respecto a la opinión que tienen los inversionistas sobre la exigencia de los burócratas de un bono de fin de sexenio o la impugnación sobre la forma en que fue relecto Leonardo Rodríguez Alcaine al frente del Sindicato Unico de Electricistas de la República Mexicana, dijo: "más que un conflicto de los gremios con el nuevo gobierno, lo que se ha visto hasta ahora son problemas internos de esas agrupaciones, sobre todo en la forma en que designan a sus líderes o cómo son representados".

En términos generales, apuntó Smith, la comunidad de inversionistas se encuentra optimista respecto a los cambios en el país. "Fuera de factores ajenos, como la evolución de la economía de Estados Unidos o los vaivenes en el precio del petróleo, no vemos una amenaza significativa para México, a menos que hubiera un cambio de política económica", manifestó.