VIERNES 10 DE NOVIEMBRE DE 2000

 

Ť Luis Javier Garrido Ť

El gazapo

La incertidumbre es cada vez mayor, pues Vicente Fox preconizó el cambio, pero ahora como presidente electo se presenta como un hombre de continuidad, según evidenció ante el proceso electoral estadunidense.

1. Las elecciones presidenciales de Estados Unidos han exhibido el nivel de corrupción en el sistema electoral estadunidense y la dependencia que guarda la burocracia política mexicana hacia los peores intereses de ese país. La preferencia que Fox manifestó desde su elección por el candidato republicano George W. Bush, y el respaldo que le dio la mañana misma de la jornada electoral al manifestar ante los micrófonos su viva simpatía por la familia Bush (7 de noviembre), constituyen un gazapo sin precedentes en la diplomacia mexicana, pues además de mostrar sus afinidades con la ultraderecha estadunidense muestra una subordinación inadmisible en un futuro jefe de Estado de un país independiente.

2. Las propuestas económicas de Fox a lo largo de su campaña fueron tan brumosas como las de sus adversarios y no se distinguieron de las de éstos, que eran tan neoliberales como las suyas, pero se han ido definiendo a lo largo del interregno en función de los intereses trasnacionales, y esto contradice su oferta de rectificar el camino seguido. Nada es tan incongruente como pretender que México tenga un camino propio y, ante las evidencias del desastre en el que Zedillo deja a la economía mexicana --y la imposibilidad que tendrá Fox en el primer año de su gobierno para aplicar 90 por ciento de sus programas--, apostar todo al NAFTA o TLC, impuesto por la administración de George Bush padre a Carlos Salinas en 1993, y que tantos estragos ha causado en la sociedad mexicana.

3. La diplomacia foxiana ha confundido lo que es tratar con un gobierno en funciones y relacionarse con un candidato al anunciar una serie de afinidades personales e intereses de grupo, incurriendo en el mismo error que cometieron Salinas y sus colaboradores en la campaña de 1992, como fue evidente en el primer viaje del presidente electo mexicano a Estados Unidos, en donde no ocultó sus preferencias por Bush Jr. y le ofreció gas mexicano y una serie de concesiones en materia de energía, todo lo cual hizo público el candidato republicano en su primer debate con el demócrata Al Gore.

4. El gazapo de Fox no podría imputarse a sus asesores en relaciones internacionales, Jorge G. Castañeda y Adolfo Aguilar Zínser, aun cuando éstos hayan cambiado de su oposición inicial al TLC, en 1993, a su defensa en el 2000, sino que parece consecuencia de una abierta opción por lo que los republicanos representan en términos muy similares a Salinas, quien no pudo ocultar sus vínculos personales con el viejo Bush. Fox olvida el alto costo que pagó el PAN en 1990 al descubrirse que recibía apoyos ilegales provenientes del Partido Republicano.

5. La opción de Fox no es aceptable en el plano moral, ya que la familia Bush tiene intereses privados en la industria petrolera y se le ha imputado connivencia con los intereses más sórdidos de Estados Unidos. Fox no podría justificar ante los mexicanos su "simpatía" por quienes recurrieron a las manipulaciones más burdas del fraude electoral en Florida, gobernado por Jeb Bush, quien es abiertamente señalado como el responsable del operativo "a la mexicana", y el que, como señalaron Warren Christopher y otros voceros demócratas (9 de noviembre), se sustentó a lo largo de la jornada electoral en prácticas abiertamente gangsteriles, pues se utilizaron boletas truqueadas (no sólo en el condado de Palm Beach), desaparecieron más de 30 mil votos "perdidos", se permitió votar a quienes no tenían derecho y se recurrió a todo tipo de manipulaciones.

6. La opción republicana de Fox no es aceptable en el plano político por lo que entraña como justificación. Al igual que él, la tecnocracia salinista y los empresarios, empezando por Televisión Azteca y Televisa, no ocultaron su oposición a Gore argumentando que goza del respaldo de los sindicatos, opuestos al TLC, lo que frenaría el proceso de globalización neoliberal.

7. El futuro inmediato del país estaría además mucho más en entredicho de lo que algunos suponen si a la opción de Fox por el proyecto de los republicanos para América Latina, se agrega su preferencia por muchos programas de los tecnócratas salinistas. La información que fluye muestra que el nuevo gobierno pretende seguir varios de los programas actuales y que va a incorporar cuadros del salinismo haciendo a un lado su oferta de cambio.

8. El PRI ha sido sostén fundamental de la aplicación de las políticas neoliberales en México y, al parecer, los restos del tricolor seguirán haciéndolo. Como candidato, Fox descalificó al PRI por su responsabilidad histórica en el desastre nacional y resulta una paradoja que ahora solicite su apoyo para profundizar la aplicación de las políticas neoliberales.

9. La reaparición del ex presidente Miguel de la Madrid en una conferencia de prensa, organizada en la sede nacional del PRI con el aval de Ernesto Zedillo (8 de noviembre), para pedir a los cuadros priístas apoyen las iniciativas legislativas del presidente electo, que en su mayoría son de corte neoliberal, resultó desafortunada para el priísmo --tanto como la que en el mismo sentido hizo Salinas durante su última visita--, pues evidencia los acuerdos existentes entre la tecnocracia salinista y la próxima administración, no para lograr una transición "de terciopelo", sino para acelerar el desmantelamiento de la nación. ƑO de qué otra manera se puede entender que en el paquete de reformas a la administración pública, que sólo puede pasar mediante un acuerdo PAN-PRI, se pretenda cambiar la política social del Estado en política de "desarrollo humano", que no fue una propuesta de campaña? ƑO que los voceros del nuevo gobierno insistan en suprimir los derechos sociales de los trabajadores en una nueva legislación, lo que tampoco se hizo explícito antes de las elecciones?

10. El único cambio posible es el que se sustente en las políticas que los mexicanos quieren y no en las que dicten los intereses que hasta ahora han dominado en la globalización neoliberal.