JUEVES 9 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť La banca y los banqueros han sufrido más que otro gremio, dice Rangel
Correctos, el rescate bancario y las medidas ante la crisis de 95: Zedillo
Ť El Presidente exhortó a la ABM a ''recuperar su papel central'' en el desarrollo económico nacional y a otorgar nuevos créditos
Enrique Méndez Ť El presidente Ernesto Zedillo afirmó que al concluir este sexenio se ha acreditado que las medidas para resolver la crisis financiera de 1995 y el rescate bancario de 1998 fueron ''correctas'', y exhortó a la Asociación de Banqueros de México (ABM) a ''recuperar su papel central'' en el desarrollo económico del país, así como a otorgar nuevos flujos de crédito, que se han estancado.
''No es un secreto que el país ha vivido una severa contracción crediticia. (Y) no deja de ser paradójico que en un contexto de crecimiento económico, que ya podemos calificar de sostenido durante cinco años, el crédito canalizado por la banca se haya estancado en algunos años y en otros francamente retrocedido'', dijo.
Los bancos tienen que abrir nuevas líneas de crédito ''sanas'', siempre cuidando los intereses de su patrimonio, pero alentando el desarrollo productivo, económico y social de México, afirmó.
En una comida que le ofreció la ABM como parte de los festejos por el 72 aniversario de esta organización, y durante la cual fue elogiado por su ''actitud valerosa'' de rescatar al sistema bancario, Zedillo pidió a los banqueros reconocer la realidad de que México ya está inserto en una economía global, y recomendó construir alianzas e incluso, cuando sea conveniente, buscar ''capital adicional'' para fondearse.
Recordó que uno de los factores que agravaron la crisis de 1994 fue ''la debilidad del sector bancario'', pero consideró ''afortunado'' que a pesar de ''enormes dificultades, incluyendo las políticas'', hoy la banca tiene un marco regulatorio más propicio para afrontar sus problemas.
Ahora, los bancos tienen que asumir su responsabilidad de propiciar un incremento en la capacidad de ahorro y la distribución de estos recursos a las actividades productivas del país.
''El aumento en la tasa de ahorro interno sólo podrá lograrse con una banca que juegue un papel activo en la promoción'' de esta actividad, sostuvo.
Una vez más, el mandatario defendió la política fiscal y monetaria ''altamente restrictiva'' asumida por su gobierno después de la crisis económica de principios del sexenio. En ese tiempo, dijo, el país estuvo ''a un paso'' de la quiebra de su sistema de pagos que habría postrado a la economía ''en una recesión no de meses, sino de muchos años'', escenario que habría derivado en ''gravísimas consecuencias sociales, y seguramente se habrían perdido varios millones de empleos. Para mí, el costo de no hacer aquellas cosas hubiera supuesto un sacrificio, un daño social mucho más grave''.
Por esa razón consideró que fue necesario que además del Programa de Ajuste Económico el gobierno federal contratara líneas de financiamiento externas, así como que estableciera ''una serie de medidas'' que evitaron la quiebra generalizada del sistema bancario y luego buscaron su rehabilitación. ''Al cabo de seis años de aquellas dramáticas circunstancias, podemos acreditar que las decisiones que se tomaron fueron las correctas'', expresó.
En este año, refirió, la economía creció 5 por ciento en promedio desde 1996; la inflación será menor a 10 por ciento; el crecimiento económico ''seguramente será del 6 por ciento para hablar con prudencia de lo que podemos esperar'', y el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos se situará en 3 por ciento del PIB.
Otro de los logros del país es que se disfruta una transición gubernamental ''sin vivir los sobresaltos, los traumas, los retrocesos que desafortunadamente sufrió el país'' en el cambio de poderes durante casi 25 años, afirmó.
Después de asistir a la comida con la ABM, el presidente Ernesto Zedillo se reunió en Los Pinos con la dirigencia de la Fundación Solidaridad Mexicano-Americana, A.C., que funge de enlace entre los mexicanos residentes en Estados Unidos, y está respaldada por nueve empresas y el Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo, A.C.
Al final de la reunión, los banqueros le aplaudieron de pie. En el encuentro, en la sede de la ABM, también asistieron los secretarios de Hacienda y de Transportes, José Angel Gurría y Carlos Ruiz Sacristán, respectivamente, y el director del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez.
Ť Ofrecen comida en homenaje al mandatario saliente
Roberto González Amador Ť La banca y los banqueros mexicanos ''han sufrido más que cualquier otro gremio'' del país durante la crisis financiera que afectó a México a partir de 1995, afirmó ayer Héctor Rangel Domene, presidente de la Asociación de Banqueros de México (ABM).
En un discurso pronunciado ante el presidente Ernesto Zedillo, el líder de los banqueros sostuvo que a raíz de la crisis ''miles de accionistas bancarios perdieron por completo su patrimonio, y otros tantos han visto disminuido ese patrimonio a la mitad de su valor original'' a casi 10 años de que realizaron esas inversiones, durante la reprivatización realizada entre 1991 y 1992.
Rodeado por los presidentes de los consejos de administración de los principales bancos de México, Rangel Domene afirmó: ''no hay queja, pero como dicen en mi tierra, nos tocó bailar con la más fea''.
En una comida ofrecida al presidente Zedillo ''en reconocimiento a su labor'' y para celebrar el 72 aniversario de la ABM, Rangel Domene estimó que el capital perdido por los accionistas originales de la banca asciende a 11 mil millones de dólares, una cifra equivalente a todo el capital invertido originalmente en la privatización de los bancos realizada durante el sexenio del ex presidente Carlos Salinas.
En lo que constituyó la última reunión pública entre los banqueros y el presidente Zedillo a menos de 22 días de que concluya la actual administración federal, el tema del multimillonario rescate en el que se emplearon recursos públicos para evitar la quiebra del sistema bancario fue eje central del discurso de Rangel Domene, que fue avalado por el conjunto de los presidentes de las instituciones de crédito.
Dirigiéndose al presidente Zedillo, aseguró: ''estos rescates, señor Presidente, no son un acto indigno de su administración, como algunos lo quieren proyectar sino todo lo contrario, una decisión oportuna y valerosa para hacer frente a una crisis de proporciones mayúsculas''.
Sentados a la misma mesa se encontraban algunos de los hombres más acaudalados del país: Roberto Hernández y Alfredo Harp, de Banamex; Ricardo Guajardo Touché y Vitalino Nafría, de BBVBancomer; Antonio del Valle Ruiz, de Bital; Carlos Hank Rohn, de Interacciones; Roberto González Barrera, de Banorte, y el secretario de Hacienda, José Angel Gurría; el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz; el presidente de la CNBV, Eduardo Fernández, y el presidente Zedillo.
Rangel aseguró que el rescate bancario garantizó el ahorro de millones de mexicanos. Mal intencionadamente, aseguró, ha sido llamado rescate de los banqueros, pero las acciones que tomó el gobierno permitieron atajar la crisis y contuvieron sus efectos potencialmente devastadores para la estabilidad del país. ''No se salvó el patrimonio de unos cuantos sino el futuro económico de millones de mexicanos''.
A raíz de la devaluación de diciembre de 1994 la tasas de interés se dispararon hasta rebasar niveles de 100 por ciento anual lo que provocó que millones de deudores no pudieran saldar sus créditos y perdieran todo su patrimonio. Miles de empresas cerraron en el país y se perdieron más de 1 millón de empleos, además de que el nivel de vida del conjunto de la población retrocedió en más de una década.
Sin embargo, Rangel Domene insistió ayer en que en este periodo ''la banca y los banqueros han sufrido más que cualquier otro gremio". Aseguró que de los 18 bancos reprivatizados entre 1991 y 1992 sólo cuatro sobrevivieron a la crisis mientras los demás quebraron o fueron intervenidos.
No es la primera ocasión que los banqueros rinden un homenaje al presidente saliente. Hace seis años, durante la convención bancaria de 1994 celebrada en Cancún, los banqueros tributaron un largo aplauso al entonces presidente Carlos Salinas, de quien dijeron había conducido al país hacia una época de prosperidad sin precedentes. Dos meses después, ya con el nuevo gobierno, estalló la crisis económica más pronunciada que ha vivido México desde los años 30.