JUEVES 9 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Gustavo LealŤ Ť
Sequías y rebeldías
Según el abogado González Fernández, secretario de Salud, la prestación "eficaz y eficiente" de los servicios demandó en 1995 "su descentralización; el esfuerzo hoy concluido demandó grandes dosis de negociación, planeación, acuerdos y voluntad política. Las entidades cuentan hoy día con organismos públicos descentralizados (OPD)". Se transfirieron funciones, recursos y decisiones. A las entidades federativas se asignaron más de 7 mil 300 bienes inmuebles y 159 mil plazas federales.
Pero lo cierto es que, a no ser por meros indicadores administrativos, poco se valora la "productividad" efectiva de los médicos del sector público que, con frecuencia, trabajan en condiciones deplorables. Casi no existen estímulos que los impulsen a laborar "contentos" o que los animen a desempeñarse con entusiasmo.
La robusta presencia del sector salud en las manifestaciones que demandan el bono sexenal no encierran ningún enigma: expresa que finalmente ha estallado el inadecuado y frágil soporte operativo real del proceso de descentralización de los servicios de salud a población abierta, la "viga maestra" de la "reforma" zedillista del sector.
No es casual que entre los 30 sindicatos opositores al actual senador priísta Joel Ayala, secretario general de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), se encuentre la Unión Nacional de Sindicatos de Organismos Públicos (OPD), figura legal que ha "amparado" los derechos de los trabajadores en el transcurso de los procesos de descentralización. Y es esta unión nacional la que no demanda tan sólo el bono, sino otras compensaciones indispensables a su labor, como 90 días de aguinaldo, zona única para el salario, vivienda y pago de 365 días de salario y no de 360.
Tampoco es casual que Carlos Tena, coordinador del equipo foxista de transición y ex secretario de Salud en Guanajuato bajo el gobierno de Fox, haya salido inmediatamente al paso para, apresuradamente, reconocer que las inconformidades obedecen a los "pendientes" que deja la actual administración: "en la secretaría el personal está incómodo porque la rama administrativa no ha recibido los aumentos salariales que se han dado en otras ramas". Y es que en su opinión, esas movilizaciones no tienen que ver "con la llegada de la nueva administración", sino con las "falsas expectativas en relación con los bonos y los salarios" del gobierno de Zedillo.
Ante la insistencia de los trabajadores y la notable expansión del movimiento, el senador Ayala comunicó que, finalmente, el gobierno destinará 2 mil 400 millones de pesos para el pago del "complemento de fin de año" (mil 600 pesos y bonos de despensa por 4 mil 500 pesos). Lamentablemente, ello puede servir de coartada para suspender programas en, al menos, diez secretarías de Estado. En el caso del sector salud, el remedio salió caro. Para cumplir con lo ofertado se diferirá la inclusión de 65 códigos del catálogo de puestos en el Programa de Alto y Mediano Riesgo a trabajadores que laboran en áreas nocivo-peligrosas, así como la restructuración de los centros nacionales de Rehabilitación, de Adicciones y del Consejo Nacional de Trasplantes.
La obsesión de Zedillo por allanarle el camino a Fox está operando en sentido contrario. En el sector salud asistimos a una profunda crisis de las ya muy desgastadas relaciones de capilaridad política entre el PRI y su brazo "burócrata". El 2 de julio --junto con la caída de Regino Díaz Redondo y la muerte de Gutiérrez Barrios-- trajo también la fractura de esa relación de inercia y vicio. Tanto así, que hasta el propio Carlos Tena considera que "al igual que se está renovando el gobierno se tienen que renovar los sindicatos, porque el viejo estilo sindical ya no funciona". Y entonces: Ƒqué salida propondría para este conflicto?
Tal y como señalara también Juan Velázquez, dirigente opositor de los trabajadores de Sagar: "la FSTSE --que agrupa a un millón 680 mil trabajadores-- no ha respondido verdaderamente; no ha sabido o no ha querido abanderar nuestras demandas. Debe haber modificaciones de fondo no sólo de su estructura, también en su forma de acción".
Para el senador Ayala, "debemos estar preparados, éste es un buen mensaje para la actual administración y para la futura: muestra la conveniencia de establecer el diálogo para prevenir los estallidos". Tiene toda la razón. Por lo pronto, a él bien le vendría empezar a hacer maletas.
Ť Universidad Autónoma
Metropolitana-Xochimilco