MIERCOLES 8 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Fue la más competida e inédita elección presidencial en varias décadas 


Esta madrugada, Bush ganaba por una estrecha ventaja a Gore

Ť Por primera vez en casi medio siglo los republicanos dominarán las dos cámaras del Congreso

Ť Hillary Rodham ganó la senaduría por Nueva York; Carnahan, muerto en avionazo, también venció

Ť Será ahora más exiguo el margen de diferencia entre los dos partidos mayoritarios en las cámaras

GORE-41-2Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, miércoles 8 de noviembre Ť El candidato demócrata a la presidencia, Al Gore, habló esta madrugada con su contricante republicano para decirle que George Walker Bush sería el próximo presidente de Estados Unidos, pero menos de una hora después se retractó al conocer el margen ultraestrecho en el voto en Florida.Con ello el país amaneció en una situación inédita.

 Al filo de las cuatro de la madrugada, hora de Washington, Bill Dalley, director de la campaña del vicepresidente, declaró que "sin estar seguros del resultado en Florida, no podemos estar seguros del resulado en la nación; por lo tanto nuestra campaña continúa".

Apenas hora y media antes se daba por descontado que Bush sería el próximo presidente de Estados Unidos y por primera vez en casi medio siglo el Partido Republicano tendría el control de las dos ramas del gobierno estadunidense, el Ejecutivo y el Legislativo.

Sin embargo, a pesar de este aparente dominio conservador, el margen de victoria de Bush era hoy mínimo y el voto popular fue casi dividido por la mitad.

La madrugada de este miércoles la única conclusión del proceso electoral más apretado en décadas era que es que ninguno de los dos principales partidos ganó un claro mandato popular.

Los republicanos, a pesar de conquistar la Casa Blanca y el Capitolio, enfrentarán la realidad de que para administrar su poder tendrán que concretar alianzas con sus contrincantes demócratas durante cada paso del camino.

No obstante, si se confirma la victoria del republicano, sería un triunfo aplastante para Bush, quien durante el último año fue un candidato criticado por su falta de experiencia y quien generó mil chistes sobre sus errores de retórica.

Aún no se sabe si Bush se convirtió en el segundo hijo de un ex presidente en la historia de este país en llegar a la Casa Blanca (el primero fue John Quincy Adams, en 1824).

Apenas se conocieron las primeras proyecciones que daban el triunfo a Bush, estalló la música y la celebración en Austin, Texas, donde el todavía gobernador de ese estado y su familia esperaban los resultados con cientos de simpatizantes. Pero ahora han quedado callados.

BUSH-41-1La elección presidencial seguirá sin una decisión final hasta esta mañana, mientras el demócrata Gore y el republicano Bush esperaban (uno en Tennessee, el otro en Texas) el voto final en sólo un estado que determinará todo: Florida.

Para los republicanos esta noche fue particularmente dulce al anunciarse que las proyecciones señalaban que mantendrían su control del Capitolio, aunque con una mayoría reducida en ambas cámaras del Congreso estadunidense.

En el Senado, la primera dama Hillary Rodham Clinton ganó en Nueva York, mientras en el hecho más curioso de esta elección el candidato demócrata Mel Carnahan ganó desde ultratumba (murió hace unas semanas en un avionazo).

El voto popular así como la competencia para los sufragios del colegio electoral sostuvieron un margen extraordinariamente cerrado a lo largo del día.

No obstante, la nota del día fue que la competencia de esta contienda fue tal que, por primera vez, ni los encuestadores ni los expertos electorales pudieron pronosticar el resultado final.

Una participación electoral más elevada de lo esperado, en particular el voto negro y el voto sindical, en entidades claves, ayudaron a que el demócrata Gore capturara los estados claves de Pennsylvania y Michigan, y asegurar con ello por lo menos la posibilidad de su triunfo a nivel nacional.

Pero según estrategas de Gore, en otros estados importantes, como Iowa, Wisconsin y Oregon -- que votaron por el candidato demócrata en las últimas dos elecciones--, la incertidumbre prevaleció hasta las últimas horas, en parte por la candidatura del ambientalista Ralph Nader, del Partido Verde, quien posiblemente captó los suficientes votos como para negarle la victoria al demócrata y permitir la posibilidad de un triunfo para Bush.

Sin duda, ésta será una de las elecciones más cerradas desde la contienda presidencial de 1960, cuando el demócrata John F. Kennedy triunfó sobre el republicano Richard Nixon por un margen de sólo 50 mil votos en dos estados, Illinois y Texas.

Las elecciones presidenciales en este país no son directas y por lo tanto no se determinan por el sufragio nacional para cada candidato, sino por una compilación de triunfos electorales de los aspirantes estado por estado (más el de Washington, DC).

En este sistema de colegio electoral se le asigna a cada estado un número de votos electorales sobre la base del tamaño de su población, y el candidato que gana la mayoría simple del voto popular gana todos los sufragios electorales asignados a esa entidad federativa.

En total, hay 538 votos electorales, y el candidato presidencial que acumule un número suficiente de estados para lograr un total de 270 gana la presidencia del país.

La contienda más cerrada en el colegio electoral ocurrió en 1976 cuando el entonces candidato demócrata James Carter derrotó a Gerald Ford por sólo 28 votos electorales, un margen que podría haber sido revertido si el republicano hubiera podido ganar solo un estado del tamaño de Nueva York o Texas.

Tan apretada quedó la elección en las últimas horas de este martes que no se llegó a descarta que la jornada pudiera terminar con un empate en el colegio electoral, con 269 votos para cada candidato, algo que sólo ha ocurrido en una sola ocasión en la historia de este país, en 1800.

Si ningún candidato hubiera ganado una mayoría (270 votos) en el colegio electoral, la decisión sobre quién sería presidente hubiera recaído en la nueva Cámara de Representantes, cuyos integrantes también fueron elegidos ayer.

El Congreso

En la batalla legislativa, las proyecciones preliminares señalan que el margen de diferencia de puestos entre los dos partidos en las dos cámaras del Capitolio será más apretado que antes.

ELECTION-41-4Las 435 curules de la Cámara de Representantes y 34 de los cien puestos del Senado estaban en juego este martes, una batalla en donde los demócratas buscaban retomar la mayoría y los republicanos, al parecer, lograron defender el control que mantenían sobre el Capitolio.

El combate más intenso fue por el control de la Cámara de Representantes, donde un cambio de partido en sólo siete curules determina si los republicanos mantienen el control y si los demócratas reconquistan la mayoría que gozaban hasta 1994.

Hoy día, los republicanos controlan 223 curules frente a 211 de los demócratas (con uno en manos de un independiente).

El partido que alcance 218 puestos controla el liderazgo de la Cámara baja, y determina la agenda legislativa.

Con ese poder, quien controlaba esa rama legislativa tenía la capacidad de, si no promover iniciativas políticas, sí detenerlas.

En el Senado, donde 54 legisladores republicanos controlan la mayoría sobre 46 demócratas, los pronósticos sobre un cambio eran más pesimistas al final de este martes.

Pero los demócratas triunfaron en la contienda de más alto perfil nacional: el triunfo de la primera dama Hillary Rodham Clinton en Nueva York, con lo cual la esposa del presidente Bill Clinton se convirtió en la única primera dama en la historia política de Estados Unidos que ocupará un puesto electo a nivel federal.

Todo indicaba esta madrugada que habrá un margen más reducido entre ambos partidos y hasta podría llegar a una división pareja de la Cámara alta, 50 legisladores para cada partido.

Si esto se produce, el vicepresidente de Estados Unidos controlará el voto para romper empates en debates y aprobaciones de legislación en el próximo.